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El llamado a una alternativa política fue el principal mensaje del Encuentro Pueblo en Lucha y Chavismo Crítico, realizado este martes en el auditorio de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela.

 

Con una tímida convocatoria que llenó a medias el recinto, cinco ponentes del chavismo crítico expusieron su visión y planteamientos políticos a un año del primer encuentro de un archipiélago de plataformas de izquierda, que reúne grupos sindicales, partidos y organizaciones políticas.

 

El exministro de gobierno de Hugo Chávez, Héctor Navarro, participó como ponente en nombre de la Plataforma de Defensa de la Constitución, y en su intervención afirmó que en este momento políticamente no hay un verdadero enfrentamiento gobierno-oposición, sino una «pugna por la supremacía» entre dos fuerzas políticas del mismo bando: el PSUV y la Unidad.

 

En este sentido, aseguró que el gobierno venezolano demuestra con sus acciones alejarse cada vez más del proyecto socialista que se inició con el expresidente, ahora fallecido, Hugo Chávez.

 

«Cada vez nos alejamos más de una democracia socialista», aseguró.

 

Entre otros aspectos y acciones, nombró la aprobación del Arco Minero -y su consecuente entrega de soberanía-, así como los casos de corrupción -Marea Socialista estima la fuga de 5 mil millones de dólares del país- como demostración de la incapacidad del gobierno actual.

 

«Tenemos una derecha que gobierna y otra que dice estar en la oposición», afirmó.

 

Navarro criticó duramente que el presidente Nicolás Maduro denunciara el supuesto asesinato de Chávez y luego no realizara ningún tipo de investigación al respecto: «como si no tuviera una obligación, no solo moral, sino legal, de hacerlo».

 

Por esta razón, indicó, debe buscarse una nueva referencia de la izquierda política en el país, para los trabajadores. «Este gobierno está entregado al fascismo y a la derecha», sentenció.

 

Luchar contra el rentismo y sus programas

 

Esta idea del cambio y alternativa a las fuerzas de oposición y gobierno fue la principal a lo largo de todas las intervenciones en la Asamblea. Marcos García, del Sindicato de Trabajadores de la UCV (Sinatra-UCV), coincidió con Navarro en que es necesaria «una alternativa al nuevo orden burgués» creado en el país entre los principales actores políticos.

 

García indicó que actualmente vivimos en un Estado militarista, que ha mantenido la lógica del capitalismo pese a su discurso socialista de allí que, afirmó, haya tantos problemas de inseguridad en el país. «La delincuencia es propia del capitalismo», aseguró.

 

Asimismo, fustigó programas creados por el gobierno como los Comités Locales de Abastecimiento Producción (Clap) que denunció como medidas para separar a la población entre los que los reciben y quienes no.

 

Aseguró que estas iniciativas son parte del rentismo petrolero y la idea de seguir viviendo y dependiendo del petróleo en Venezuela, una política que también comparte la oposición: «¿Qué es el Carnet de la Patria? Es lo mismo que ofreció Rosales con la tarjeta Mi Negra».

 

Gobierno y oposición se cruzan en los negocios

 

«Maduro construye su oposición a imagen y semejanza», afirmó Gonzálo Gómez, de Marea Socialista, durante su intervención.

 

El representante de este movimiento político indicó que desde el gobierno se ha mantenido un discurso de cambio que no ha sido tal. «En concreto han habido pocas transformaciones estructurales», consideró.

 

Explicó que en el país hay una «vieja casta burocrática» que surgió de los liderazgos del poder popular y militares insurrectos que, una vez en el poder, se comenzaron a convertir en burguesía. Eliminó en este sentido las diferencias entre gobierno y la MUD, por considerar que son dos fuerzas políticas que mantienen rivalidades «por encima de la mesa», pero en los negocios se cruzan constantemente.

 

Señaló, por ejemplo, los casos de Manuel Rosales y el gobernador de Lara, Henri Falcón, a los que consideró «sectores acomodaticios de la oposición», que eventualmente dan declaraciones similares o que favorecen de alguna forma el discurso de gobierno.

 

Gómez enfatizó la necesidad de una «nueva revolución democrática», en un país donde hay supresión de elecciones y un Estado de Excepción permanente. «Peor que en la Cuarta» ha sido la situación de la democracia en este gobierno.

 

«No hay ni democracia representativa, mucho menos participativa y protagónica», aseguró.

 

«Esto no es socialismo»

 

Orlando Chirinos, del Partido Socialismo y Libertad, afirmó que en el país «no hay, no hubo, ni habrá socialismo» con la dirigencia del gobierno. E indicó que el uso del socialismo para el discurso únicamente «no empezó con Maduro».

 

Desde su tolda política buscan crear una alternativa socialista, una tercera vía: «socialismo con democracia obrera».

 

Chirinos recordó la persecución a líderes de izquierda en el país, como el cacique Sabino Romero, y acusó al ahora vicepresidente Ejecutivo, Tareck El Aissami, de ser el responsable de su persecución. Asimismo, indicó que El Aissami, durante su gestión como gobernador de Aragua, también arremetió contra líderes sindicales de la entidad.

 

Dejó entrever que la nueva medida anunciada por el Ejecutivo de delegar 15 funciones presidenciales a la Vicepresidencia Ejecutiva, podría ser parte de una transición en el país. «Tenemos una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que permite la presidencia a una persona que haya tenido dos nacionalidades», denunció.

 

El periodista Manuel Isidro Molina, del Movimiento Popular Alternativo, señaló por su parte que es necesario articular y encontrar a la población, que tiene -según afirmó- más del 92% de inconformidad con la situación actual.

 

«La MUD es corresponsable de la crisis», acusó a la oposición, por lo que llamó a la «política alternativa» para enfrentar y resolver a «macrocrisis moral, ética, política, económica y social» que atraviesa el país.

 

(Aporrea)