Se ha puesto de moda que los pescados capturados en Venezuela se vendan en dólares en las islas de Curazao, Aruba y Trinidad. Pescadores aseguraron que esta modalidad lleva más de tres años desarrollándose entre los artesanos, pues al hacer el cambio de monedas se llenan más los bolsillos.
Explicaron que el principal motivo que les llevó a sacar los pescados del país son los altos precios de los repuestos, insumos y el control del valor de su trabajo, ya que les obligan a vender su producción a bajo importe sin recibir ningún tipo de ayuda ni beneficio por parte del Gobierno.
Antonio Monroy, pescador de Arrecife, en Catia la Mar, dijo que el kilo de pargo se lo pagan a 11 dólares, mientras que el de atún entre 9 y 10 dólares, mientras que aquí no supera los Bs. 1.700.
“Nos resulta mejor vender en dólares porque recibimos más bolívares al cambiarlos. Además, los repuestos nos los venden en moneda extranjera, aunque no lo veamos al momento de pagar y eso es lo que nos perjudica. Si el Gobierno nos sigue controlando, esto va a seguir igual”.
Monroy denunció que son varios los flagelos que afectan a los productores pesqueros. “No se consiguen repuestos, los precios de los insumos y equipos han subido, aunado a eso está la inseguridad para operar en el mar”.
Insistió que es muy difícil conseguir sus insumos de trabajo. “Un motor que estaba Bs. 3.000 ahora subió a 25 millones” y añadió que muchos de esos artículos son importados, por lo que su precio aumentó con la devaluación.
Aunque esta actividad económica les genera buenos ingresos corren el riesgo de ser secuestrados, robados y capturados por la Guardia Costera. “Uno se arriesga por la familia. Sé que no es fácil, pero nos encomendamos a la Virgen del Valle, madre de todos nosotros”.
Frente Nacional de Pescadores se niega a la exportación en dólares
Según Edgar Moreno, pescador de La Zorra, en Catia la Mar, y representante de Vargas en el Frente Nacional de Pescadores, la fuga de pescado hacia las islas de Curazao, Aruba y Trinidad fue alertada hace varios años; sin embargo, el Ministerio de Pesca, Acuicultura y Truchicultura hizo caso omiso a la situación.
Detalló que a finales de noviembre abrieron los canales de exportación de pargo y mero a 30 embarcaciones de la flota que pescan en la región Guayana Holandesa y Francesa a través de un convenio con China.
“No estamos de acuerdo con que el pescado se venda en dólares a otros países porque le quitan el alimento a los hogares varguenses, ese es un comercio ilegal. No es posible que el tajalí lo vendíamos a Bs. 900 el kilo y ahora se cotice sobre los Bs. 4.000, siendo esta una de las opciones asequibles para el pueblo”.
Divisas deben ser declaradas y vendidas al BCV
En declaraciones del pasado 28 de noviembre, el Ministro de Pesca, Ángel Belisario, explicó que “la idea es ordenar, adecuar y normar esta actividad para comenzar a hacer de esta una fuente de divisas para el país”.
En este sentido, acotó que funcionarios de su despacho dieron a conocer a los pescadores los detalles sobre acuerdos internacionales de pesca, restricciones y posibilidades de capturas y ventas de especies, según nota de prensa del ministerio.
Ratificó que la regulación venezolana obliga a quienes comercializan hacia otros países a declarar y vender las divisas obtenidas al Banco Central de Venezuela (BCV).
Los pescadores con intención de exportación deben cumplir los procedimientos establecidos en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Pesca y Acuicultura. Por ello, deben adicionar el permiso de exportación a las autorizaciones tradicionales que exigen el INEA, la ONA y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), entre otras.
Este permiso es canalizado mediante la subgerencia de Insopesca en Nueva Esparta o de la entidad donde se asiente la actividad productiva del pescador, en la cual consignarán la factura pro forma y una planilla de solicitud que descargan en la web de Insopesca, www.insopesca.gob.ve.
Además, deben anexar el comprobante de pago de las 50 unidades tributarias que establece la Ley de Pesca y Acuicultura como tributo para este tipo de trámite, y el cronograma de salida, esto es, las fechas en que saldrán a realizar la comercialización del producto.
