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«122 prisioneros viciosos liberados por la Administración Obama [del campo de detención] de Guantánamo» han regresado al campo de batalla. ¡Una decisión terrible!»,  ha sentenciado el presidente estadounidense Donald Trump en un nuevo tuit publicado este martes.

 

Las declaraciones del mandatario hacen referencia a las cifras presentadas en el informe de la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional de EE.UU. de 2012, pero en este documento consta que 113 de los prisioneros mencionados por Trump fueron puestos en libertad no por Barack Obama sino por su predecesor, George W. Bush.

Sin embargo, el mandatario ha continuado su ataque verbal a Obama en un segundo tuit, arremetiendo esta vez contra el denominado ObamaCare. «Nuestro excelente nuevo Proyecto de Ley para la Asistencia Médica está listo para su revisión y negociaciones. El ObamaCare es un desastre completo y total: ¡está colapsándose rápidamente!», ha anunciado Trump.

Minutos después el presidente volvió a criticar en Twitter a su predecesor por tercera vez, en esta vez en referencia a las relaciones bilaterales entre EE.UU. y Rusia durante su presidencia. «Durante ocho años Rusia ‘atropelló’ al presidente Obama, se hizo cada vez más fuerte, tomó Crimea e instaló allá misiles. ¡Débil!», ha proclamado el actual inquilino de la Casa Blanca.

¿Nueva Administración, nueva política?

El nuevo mandatario estadounidense sigue criticando a su predecesor y desatando la polémica. Por ejemplo, Trump acusó a la anterior Administración de interceptar comunicaciones, tanto propias como de los integrantes de su campaña electoral durante las presidenciales pasadas.

 

Otro de los objetos de enfrentamiento entre la anterior y la actual Administración es la base naval de la Bahía de Guantánamo en Cuba. La instalación se había convertido en objeto de acalorados debates por las acusaciones sobre el uso de torturas, lo que hizo que Obama prometiera cerrarla en numerosas ocasiones. Sin embargo, no cumplió su promesa. El actual inquilino de la Casa Blanca ha afirmado que su intención es seguir utilizándola en la lucha contra el Estado Islámico.

 

Ambas Admininstraciones discrepan también en relación con Rusia: la liderada por Obama había concentrado en Moscú numerosas críticas, las cuales empezaron en el momento del regreso a Rusia en 2014 de la Península de Crimea. Aunque realizada a través de un referéndum popular en el que la mayoría de la población de Crimea se manifestó en favor de reintegrarse en Rusia, este hecho dio comienzo a años de críticas contra Moscú procedentes de Washington y varios países europeos.

 

Incluso el mismo Trump fue acusado de mantener vínculos secretos con Rusia y de haber ganado solo gracias a la intervención de presuntos ‘hackers’ rusos –acusación lanzada por la Administración Obama sin prueba alguna–, afirmaciones que el magnate ha rechazado en varias ocasiones. El actual mandatario estadounidense afirma que, aunque respeta al presidente ruso Vladímir Putin, no mantiene ninguna relación con el Kremlin fuera del marco diplomático actual.

 

(RT)