La democracia de la que tanto habla y por la que se rasga las vestiduras el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, parece que solo aplica cuando a él le interesa.

 

Recientemente se efectuó en la sede del organismo regional un foro en el que se debatió la situación de Venezuela, y en el que se desprestigió a más no poder al Gobierno nacional y a la Revolución Bolivariana.

 

El asunto se le complicó a Almagro cuando, en la ronda de preguntas, un activista lo increpó sobre su empeño por meterse con Venezuela y dejar de lado situaciones que ocurren en otros países del continente donde sí se violan constantemente derechos humanos.

 

La reacción del secretario general de la OEA distó mucho de ser educada, tolerante y democrática. Juzgue usted mismo. 

 

(LaIguana.TV)

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