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La Carta Democrática Interamericana fue aprobada en sesión extraordinaria el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Lima, Perú. La misma le otorga a la Organización de Estados Americanos (OEA), potestad para sancionar “con medidas que considerase adecuadas a una nación miembro”.

 

Esto con la intención de fortalecer y preservar “la  institucionalidad democrática” en los países adheridos a la OEA.

 

En este sentido, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, emitió un informe sobre la situación venezolana, sugiriendo la posibilidad de suspender al país de la alianza de no convocar de inmediato a elecciones generales.

 

La activación de este recurso para Venezuela acarrearía la suspensión temporal a su derecho de participación en la OEA. Para la activación de la carta se requiere el voto positivo de los dos tercios de los Estados que conforman la organización.

 

Ante esta situación, el presidente Nicolás Maduro, ha explicado que no existe ninguna “alteración del orden democrático” que justifique esta acción.

 

La solicitud de activación de la Carta, es el segundo intento de atentar contra la integridad institucional de Venezuela. Así pues, el 23 de junio del pasado año, veinte países votaron a favor de discutir un reporte presentado por Luis Almagro y activar la Carta Democrática. Pero con doce votos en contra, la intención no llegó a proceder.

 

De ser sancionada Venezuela, deberá seguir cumpliendo sus obligaciones como miembro de la organización, pero dependiendo de las medidas el país se vería afectado por un cerco diplomático, limitando la capacidad de acción del gobierno.

 

(LaIguana.TV)