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“¿Te golpeó la policía?”, “¿fue la policía quien te golpeó?”, de esta manera periodistas abordaron a un joven golpeado y ensangrentado en la avenida Francisco de Miranda, en el marco de una manifestación que realizó la oposición venezolana.

 

El muchacho, quien se notó con una lesión en la cabeza y en su boca, fue inmediatamente cercado por reporteros gráficos, camarógrafos, comunicadores para solamente asediarlo con preguntas y retratarlo, pero si brindarle asistencia ante las condiciones en que se encontraba.

 

Asimismo y persistentemente interrogado se mostró confuso, en un momento escupió sangre y también parece desfallecerse, sin embargo nadie lo atendió porque esto pasó a otro plano. Lo más importante era captar las imágenes y que acusara a funcionarios.

 

El video publicado por la periodista Amanda Sánchez develó en cierta forma la pérdida de humanidad hacia el otro, la falta de ética y de valores. ¿Es que acaso vale más una noticia o una foto que la vida de una persona? Si bien es cierto que el rol del profesional de la comunicación es ir en busca de la información y de lo más cercano a la verdad, un incidente como este amerita esencialmente prestar ayuda y tender la mano sin pensarlo.

 

¿Estamos ante un ejemplo de degradación en la labor periodística? Saque sus propias conclusiones.

 

(LaIguana.TV)