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A falta de Hola, la revista de las casas reales europeas, la mujer del actual presidente del parlamento venezolano se tuvo que conformar con una copia tercermundista y decididamente marginal llamada Ok, editada por esa fábrica de prensa basura que es el Bloque de Armas.

 

Diana D’Agostini de Ramos, una rubia oxigenada, hija de un inmigrante italiano que hizo su fortuna a punta de coimas pagadas a los políticos de la democracia representativa, se muestra a los casi 55 años como la princesa consorte de un trono con fecha de vencimiento.

 

Cual maniquí de la tercera edad la aspirante a primera dama (aunque sea en un anticipado release o relanzamiento del carmonazo) exhibe su bronceado de cámara de insolación vestida en su dormilona de saten azul.

 

Sin duda, como un contrato de obra pública, el glamour y el reconocimiento de la prensa “rosa” se pueden comprar, es lo habitual. Y Diana pertenece a una capa de la burguesía latinoamericana que se “hizo”o a la sombra de los gobiernos de la postguerra, enfrentados a las capas tradicionales y oligarquicas.

 

(latabla.com)