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El Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) expresó a través de un comunicado su “más profunda preocupación por la escalada de violencia que está viviendo Venezuela”.

 

Durante una reunión efectuada en la Ciudad de México el pasado 27 de abril, el Comité hizo un llamado urgente a la paz, al diálogo y a la definición de una agenda consensuada de medidas que protejan primeramente la vida de cada venezolano.  Asimismo, afirman que en el país tanto oposición como gobierno han cometido “muchísimos errores”.

 

“No será la agudización de estos errores lo que sembrará el camino de la paz y del entendimiento. Exaltar o radicalizar cualquiera de estas dos posiciones, no hará más que profundizar un conflicto que derivará, muy probablemente, en más muertes y en una guerra civil que despunta en el horizonte de un horror que podemos y debemos evitar de manera urgente”, enfatizaron.

 

Clacso condenó la “actitud irresponsable” de algunos gobiernos latinoamericanos y de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) que en lugar de contribuir a la reconciliación exacerban las tensiones.

 

Asimismo, condenaron  la injerencia externa protagonizada por Estados Unidos contra Venezuela. Alzan su voz en pro del “fin inmediato de todas las formas de violencia, sea quien fuera que las ejerce”.

 

A continuación puede leer el comunicado completo:

El Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), reunido en la Ciudad de México, expresa su más profunda preocupación por la escalada de violencia que está viviendo Venezuela.

 

El país atraviesa una profunda crisis política, económica y social a la que se le ha sumado un cada vez más alto número de muertos, de heridos y detenciones que ponen en riesgo el orden democrático. Desde CLACSO, hacemos un urgente llamado a la paz, al diálogo y a la definición de una agenda consensuada de medidas que protejan, en primer lugar y de forma inmediata, la vida de miles de ciudadanos y ciudadanas. Cuando muere un venezolano o una venezolana no muere un chavista o un miembro de la oposición: muere un ser humano. Una pérdida irreparable que podría haber sido preservada, si hubiéramos sido capaces de preservar, ante todo, la dignidad y la inviolabilidad de la vida, base de los derechos humanos sobre los que se debe edificar cualquier democracia.

 

En Venezuela se han cometido muchísimos errores. Los ha cometido la oposición y los ha cometido el gobierno. No será la agudización de estos errores lo que sembrará el camino de la paz y del entendimiento. Exaltar o radicalizar cualquiera de estas dos posiciones, no hará más que profundizar un conflicto que derivará, muy probablemente, en más muertes y en una guerra civil que despunta en el horizonte de un horror que podemos y debemos evitar de manera urgente.

 

En noviembre de 2016, CLACSO realizó su reunión del Comité Directivo en Caracas. Allí, exhortamos a profundizar todos los esfuerzos necesarios para avanzar en el camino del diálogo y del acuerdo político abierto y sincero. Desde aquel momento, todo ha empeorado. El desafío del entendimiento y del compromiso, basado en la protección del orden constitucional y de la seguridad ciudadana, siguen plenamente vigentes.

 

Condenamos la actitud irresponsable de algunos gobiernos latinoamericanos y de organismos multilaterales, como la OEA, quienes, en un momento de extrema tensión y habiendo centenas de vidas en juego, en vez de contribuir a que primen el acuerdo, la sensatez y la reconciliación, exacerban las tensiones, alimentan la voluntad desestabilizadora o la prepotencia de quienes hoy se enfrentan, volviendo a esta gran nación, un verdadero campo de batalla. Resulta lamentable que nuestros países poco hayan aprendido de las experiencias todavía recientes de incubación de la barbarie en una región en que, la fragilidad de la democracia, sea por la razón que fuera, siempre ha afectado la vida de los más pobres, de los más vulnerables y excluidos.

Los gobiernos de América Latina podrían haber tratado de contribuir mejor a la crisis venezolana, que echando gasolina en un incendio que parece no tener otro limite que la destrucción generalizada de todo lo que ese gran país y ese inmenso pueblo, han sabido construir colectivamente a lo largo de las últimas décadas. Poco favor le hacemos hoy a Venezuela, incitando al odio, profundizando las divisiones, cavando abismos que separan y alejan cada vez más a los venezolanos y a las venezolanas del camino de la paz y del diálogo democrático.

 

Condenamos la injerencia externa en Venezuela, particularmente, la que ejerce el gobierno norteamericano con sus persistentes y ahora renovadas ambiciones coloniales e imperiales sobre la región.

 

Condenamos también el ataque que sufre el país y, en especial, su gobierno, por parte de monopolios mediáticos que desinforman, distorsionan y ocultan el origen complejo de la profunda crisis vivida.

 

CLACSO se suma a quienes, desde dentro y fuera de Venezuela, exigen la paz y el fin inmediato de todas las formas de violencia, sea quien fuera que las ejerce. Exhortamos al gobierno y a la oposición a respetar la Constitución de la República, dirimiendo sus diferencias en la más estricta observancia a las leyes y al estado de derecho. La violencia no puede continuar siendo el camino que el país encuentre para dirimir sus desacuerdos y para edificar su futuro de prosperidad, justicia y libertad.

 

Estamos con la paz. Estamos con el diálogo y con la democracia; con una democracia que se nutre y alimenta de la diversidad y de la divergencia política, no que se derrumba impotente ante ellas.

 

Estamos hoy, más que nunca, con el pueblo venezolano.

Comité Directivo
Secretaría Ejecutiva
CLACSO
Ciudad de México, 27 de abril de 2017