El periodista Mark Weisbrot vistió Caracas en el año 2014 por el prestigioso medio inglés apenas comenzaron los primeros brotes de protestas en Venezuela. Allí, según escribió en una crónica publicada en la edición The Guardian, se fue distanciando de la percepción que traía desde su país, modelada por “Los medios de comunicación principales”.
A su regreso las conclusiones de Waisbrot respecto a la situación venezolana eran claras: acepta haber sido engañado por las imágenes mediáticas y se convence que las revueltas son financiadas por los ricos de Caracas e incitadas por el departamento de Estado norteamericano.
Justo lo que escribió el profesional de la comunicación en ese entonces, es lo que actualmente sucede tres años más tardes: falsos positivos, manipulación mediática, acciones exclusivamente en el Este de Caracas, los mismos rostros de la derecha, la mano de Estados Unidos y los intereses burgueses.
Waisbrot escribió: “Imágenes forjan la realidad, la concesión de un poder de la televisión e incluso fotografías fijas pueden zambullirse profundamente en la conciencia de la gente sin que ellos lo sepan. Pensé que yo también era inmune a las representaciones repetitivas de Venezuela como un Estado fallido en medio de una rebelión popular. Pero yo no estaba preparado para lo que vi en Caracas este mes: poco de la vida cotidiana parecía estar afectada por las protestas, la normalidad se impuso en la gran mayoría de la ciudad. Yo, también, había sido engañado por las imágenes mediáticas”, así parte la crónica del periodista Mark Weisbrot titulada “La verdad sobre Venezuela: una revuelta de los ricos, no una ‘campaña de terror”.
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