Un hecho biológico universal, es decir, común a todos y a todas es el nacimiento. Se desprende de la maternidad. Lo femenino, la mujer, la maternidad si bien son conceptos diferentes, se mezclan, a veces hasta se diluyen. Una mujer, puede ser madre o no, por ejemplo. Pero la madre, empieza a redefinir su identidad, a expandir su propia feminidad, y transforma todo lo que hace a partir del momento de la concepción de los hijos. En esencia, eso convierte a la maternidad, al nacimiento, a la mujer en elementos sublimes de nuestra sociedad ¿Quién puede atentar contra el nacimiento de un niño? O ¿quién puede atentar contra la vulnerabilidad de la salud de un niño?

 

El desnudo como protesta, en pleno siglo XXI, poco tiene de innovador. El siglo pasado, John Lennon y su esposa Yoko Ono realizaron una sesión fotográfica casi artesanal para la carátula del sencillo Two Virgins. Aunque suele relatarse como una jugada espontánea de un músico, un año después Lennon invitó a una encamada por la paz como acción de protesta en contra de la guerra de Vietnam.

 

El desnudo como protesta se encuentra inscrito en el Manual de Gene Sharp. El desnudo femenino que se ha visto en días recientes en Venezuela pretende plantarse frente a un gobierno que ha ampliado exponencialmente los derechos y la participación de la mujer en la vida política y social del país. Es un desnudo que no tiene bases de reivindicación de ninguna naturaleza.

 

Mientras que, en otras partes del mundo, el desnudo femenino es un instrumento de protesta para alcanzar derechos de la mujer, en Venezuela, se utiliza para actuar en contra de un gobierno que impulsa la igualdad de género. Es un contrasentido. Mientras que el desnudo en la protesta simboliza el despojarse de prendas frente a una sociedad conservadora, en Venezuela son precisamente los sectores sociales más conservadores los que se desvisten.

 

En las últimas elecciones efectuadas en Venezuela, el chavismo propuso que se implantara como norma electoral la paridad de género en la nominación de las candidaturas a la Asamblea Nacional. La oposición se opuso. Ocurrió entonces una de las cosas más extrañas que se pueden ver en éste país: connotadas militantes de acción democrática y chavistas se unieron a favor de una propuesta. Pero además, en los dos últimos años, la oposición ha sido mayoría en la Asamblea nacional y no ha elaborado ni una ley que refuerce los derechos de la mujer o atienda al género. La Revolución Bolivariana, en contrapeso, tiene una larga historia de reivindicación de derechos de la mujer, de atención al género y una cuestionable alianza con el feminismo.

 

Una anciana baja sus ropas en pleno Boulevard del Cafetal. Se coloca en cuclillas y allí deposita su materia fecal: lo califica como su contribución a la resistencia. Encontramos en la imagen dos símbolos poderosos: la desnudez y la acción de excretar, que tal vez, sea de los momentos más íntimos de la vida.

 

Estamos, pues, en la presencia de un discurso biopolítico. Mi amiga, Lilia Ramírez escribió un interesante artículo que envió a mi correo electrónico y ofrece los siguientes aportes:

 

“La biopolítica en tanto construcción teórica de la filosofía política, ha intentado abordar fenómenos y contextos en los que se usa la vida como arma para confrontar a un adversario político, bien sea como forma última de resistencia, o bien como forma de terrorismo extremo que puede incluir acciones como el terrorismo suicida o los asesinatos mediatizados que ha empleado por ejemplo el estado islámico.

 

Podemos entonces reconocer una suerte de estrategia política por parte de un sector de la oposición venezolana que ha optado por usar la vida como un arma de terrorismo en contra del Estado, y más aún en contra de un sector político de la realidad venezolana como el chavismo.”

 

Es así como la materia fecal se ha convertido en el meme de la nueva política nacional. Si bien es cierto que muchas personas confunden los memes con las gráficas que se distribuyen en internet, lo cierto es que el concepto es mucho más amplio.

 

Lo que pocos conocen es que el origen proviene de una teoría de la evolución cultural, la memética, fusión de memoria e imitación. El “meme” fue empleado por primera vez por el zoólogo keniano Richard Dawkins, a partir de su libro The gene selfish (El gen egoísta), donde exhibe una evidente similitud con memoria, mímesis y la palabra inglesa gene.

 

En una nota de La Jornada, el especialista en comunicación e innovaciones tecnológicas Gabriel Pérez Salazar explicaba que: “muchas veces los pensamos como las imágenes que son copiadas en Internet, pero en realidad un meme, según Dawkins, que lo trabaja desde 1976, es cualquier elemento dentro de una cultura que se replica en el interior de esta misma unidad cultural. Por ejemplo, podríamos hablar de una forma de bailar: los pasos que se siguen cuando se baila la Macarena, muy conocida por todos, o los refranes”.

 

A mi me gusta como Lilia lo resume, así que vuelvo a su referencia:

 

“Un meme es una unidad de información que puede ser rápida y eficazmente reproducible, y que generalmente en nuestra era de redes sociales se materializa en un mensaje multimodal, esto es un mensaje que puede incorporar diversos modos de comunicación”. Este es el estado actual de la famosa puputov, visto desde la cultura contemporánea.

 

Sin embargo, hay un componente social, psicológico, hasta emotivo que me inquieta: ¿por qué la dirigencia opositora conduce a la población que le es leal a expresiones rayanas en la humillación? ¿Por qué acudir a la recolección del excremento propio y ajeno, en un intercambio de parásitos y bacterias, un atentado a la salubridad de ellos mismos, cuando tienen la opción de acudir a un gran debate público nacional y originario? La humillación a la Guardia Nacional, a la que les avientan excremento ¿no pasan por una primera humillación autoinflingida, individual y colectiva? Recordemos que, finalmente, las heces representan lo que eliminado del proceso de la vida humana ya no sirve para ella.

 

Erich Fromm, en el libro “Anatomía de la destructividad humana” reflexiona:

 

“La necrofilia en sentido caracterológico puede describirse como la atracción apasionada por todo lo muerto, corrompido, pútrido y enfermizo; es la pasión de transformar lo viviente en algo no vivo, de destruir por destruir, y el interés exclusivo por todo lo puramente mecánico. Es la pasión de destrozar las estructuras vivas”.

 

En días recientes, en Venezuela, observamos cómo militantes de oposición profanaron tumbas del Cementerio de La Limpia en el Estado Zulia para utilizar las urnas como barricadas y se están acumulando las imágenes en un prontuario de quebrantamiento no solamente exclusivo a la ley, sino nuestros parámetros culturales y sociales.

 

El juicio no puede ir dirigido contra aquel que, convencido en falso de que se encuentra en un callejón sin salida, cree que no le queda otro remedio que sumarse al meme de la necrofilia o de la coprofilia. El juicio es político, a una dirigencia que está despojando de amor propio y colectivo a un sector de la población que son venezolanos y venezolanas, a los que debemos atender con urgencia, y tender el puente de la palabra, entre aquellos que estamos unidos en el amor a Venezuela.

 

Por: Larissa Costas

 

(larissacostas.wordpress.com)

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