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Entre los trabajos más rechazados por la sociedad se encuentra, sin duda, la prostitución. Por eso en muchos casos las mujeres que se dedican a ella lo llevan de manera oculta.

 

Así, el testimonio de una «prepago» en el estado Zulia da cuenta de cómo esta lleva su «doble vida», cuya parte laboral esconde incluso a algunos miembros de su familia.

 

«Por mi casa soy una señora e incluso pertenezco a la asociación de padres y representantes en el colegio», contó.

 

Sobre lo que la llevó a la prostitución, aseguró que esto mejoró sustancialmente su situación económica: «Mi familia no pasa necesidades, hambre o trabajo y les puedo pagar el colegio a los niños».

 

Igualmente, dijo estar casada y contar con el respaldo de su actual esposo, a quien conoció primero como cliente de una de sus compañeras en la calle.

 

«Él me respeta y juntos compartimos los gastos de la casa. Sabe de dónde vengo y siempre está para nosotros», añadió Rita, seudónimo que decidió llevar para efectos de la entrevista.

 

Finalmente, contó que ha sido víctima de abusos sexuales, algo común en ese mundo, y nombró la regla que respeta ante todo en el oficio: no dar su número telefónico.

 

(LaIguana.TV)

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