Aunque el actor venezolano no detalló qué día ocurrió el incidente, aseguró a TVyNovelas que la situación se registró en el bar 4:40.
Allí, Luciano fue de rumba con otros actores de ‘La ley del corazón’, como Mábel Moreno e Iván López, cuando “llegaron unas niñas a pedir fotos”, señaló el venezolano, que enseguida relató cómo fue que un acompañante de esas fans lo golpeó:
“Yo cogí el teléfono para la selfi, cuando un hombre jala a una de ellas. Tomé la foto y me di la vuelta, de pronto me pegan con un hielo en la cabeza. Volteo y era el mismo tipo celoso”.
Esta historia la contó el protagonista de ‘La ley del corazón’, luego de que en TVyNovelas le preguntaron qué es lo que menos le gusta de tener fama, y él indicó que es el no poder disfrutar de sitios públicos como, por ejemplo, lugares nocturnos como bares.
“Esa parte no es chévere, porque no puedo disfrutar de un lugar nocturno. Ahora todas las reuniones son en casas. Antes podía salir tomado, porque me gustaba la rumba, y no pasaba nada. Mucha gente me ha dicho: ‘Aprovecha, que son tus 15 minutos de fama’, y yo no comparto eso. ¡Me niego a ponerle límites a mi carrera! Llevo 17 años actuando y no es para una fama cortica, sino bien larga”, puntualizó el actor.
Luciano también explicó al medio que la fama lo ha hecho volverse un hombre introvertido y hasta le ha traído problemas para conseguir pareja o hacer amigas:
“No me he elevado, todo lo contrario, me he encerrado más en mi casa. He aprendido a ser más introvertido, porque todo lo que hago se magnifica. Por ejemplo, conocí a una niña en el Carnaval de Barranquilla y dijeron que era mi novia. Entonces, las mujeres se espantan. Yo creo que las mujeres me tienen miedo, dirán: ‘¡Yo no puedo salir con él porque me van a inventar chismes!’”.
En la entrevista que fue publicada en la edición impresa de la primer quincena de junio de la mencionada revista, Luciano también habló de otras cosas de su vida personal y profesional e incluso destacó que aún no es seguro que vaya a estar en la segunda temporada de ‘La ley del corazón’.
