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A finales del mes pasado, Jenn y Lorenzo Trujillo terminaron los trámites para obtener su expediente matrimonial que les autorizaba a casarse, pero en realidad ellos no tenían planeada ninguna boda.

 

«Yo pensaba que iríamos a ver al juez de paz con un par de amigos a los juzgados», cuenta Jenn, que ?igual que Lorenzo? es miembro del Ejército de Estados Unidos.

 

Pero la boda no fue como ella esperaba. El 7 de julio, Lorenzo le dio la sorpresa de su vida.

 

La pareja salió como si fuese una cita cualquiera, pero en realidad Lorenzo había preparado una boda sorpresa.

 

Con ayuda de los mejores amigos y vecinos de la pareja, Allie y Ryan, Lorenzo lanzó la Operation Get Hitched [Operación Casarse] en sólo 10 días.

 

Para empezar, Lorenzo le dijo a Jenn que se comprara un vestido bonito para un evento elegante para el que había sacado entradas. Por suerte, Jenn eligió uno blanco, pensando en reutilizarlo para la boda en los juzgados.

 

Esa noche, la pareja primero fue a un bar de vinos, donde Lorenzo hincó la rodilla y le pidió a Jenn que se casara con él.

 

La respuesta de Jenn, por supuesto, fue un «sí», pero Lorenzo seguía nervioso.

 

«Estaba en ascuas, porque estaba a punto de pedírselo y no tenía ningún control de lo que estaba pasando en la casa», cuenta a la edición estadounidense del HuffPost. «Estaba tan nervioso que pensé que no funcionaría».

 

Lorenzo aplacó sus nervios y le dijo a su novia que había dejado las entradas para el evento en casa de Allie y Ryan. Cuando llegaron a casa de sus vecinos, Jenn se dio cuenta de que había luces en su casa. Entonces, vio a un fotógrafo y Allie le dio un ramo de flores.

 

«Miré a Lorenzo y le dije: Espera, ¿¡de verdad vamos a hacerlo esta noche!? ¿¡Cómo lo has hecho!? ¿¡Esto está ocurriendo de verdad!?», recuerda.

 

La pareja se casó allí mismo, ante la atenta mirada de 20 amigos íntimos.

 

 El fotógrafo Saint Elmo inmortalizó la ceremonia y reconoció estar impresionado al ver cómo Lorenzo llevó a cabo ese arriesgado plan.

 

«Mi reacción inicial cuando me dijo lo que iba a hacer fue: ‘Ay, ay, ay’, pero fui optimista», explica Elmo al HuffPost. «Esa noche estaban muy felices y preparados para casarse. Jenn es todo diversión y espontaneidad, así que salió perfecto».

 

 Ha pasado una semana, pero los recién casados siguen sin creerse que el plan saliera a pedir de boca.

 

«Todo lo que yo había previsto salió a la perfección», reconoce Lorenzo. «Jenn estaba realmente sorprendida y no se imaginaba lo que iba a pasar, todos nuestros amigos más cercanos estaban ahí y fue una boda íntima y genial».

 

Jenn lo corrobora: «Sinceramente, [a Lorenzo] no se le podía haber ocurrido nada mejor».

 

(HuffingtonPost)