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Los precios de los medicamentos no escapan a la onda especulativa que actualmente sacude al país. El más reciente amento del salario mínimo, decretado por el presidente Nicolás Maduro, se ha transformado en la excusa perfecta para que los comerciantes privados y los vendedores ambulantes (bachaqueros), hagan de las suyas y sigan atacando la ya deteriorada economía del pueblo venezolano.

 

Según denuncias formuladas por varios ciudadanos a través de las redes sociales, un jarabe para la tos pasó de costar 3.875,07 bolívares a 36.328,82 bolívares. Todo esto ocurrió apenas en el transcurso de una semana.

 

La Lamotrigina, un medicamento para tratar la epilepsia, hoy día se estaría vendiendo en los comercios a un costo de 31.000 bolívares.

 

Igualmente, el regulador de motilidad intestinal Colypan de 200 mg (30 tabletas), se está ofertando a un costo de 18.000 bolívares.

 

Por último, el antibiótico Cefadroxilo Alfa de 500 mg está siendo etiquetado en algunas farmacias a 18.300 bolívares.

 

Esta es apenas un pequeñísima muestra de la larga lista de medicinas que, de conseguirse, presentan unos precios casi inaccesibles o inaccesibles. La denuncia, aunque reiterada, se formula para que las autoridades y los organismos competentes tomen las medidas correspondientes.

 

(LaIguana.TV)

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