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Dos años después de detallar ella misma por qué se sometió a una doble masectomía preventiva, Angelina Jolie ha vuelto a escribir en ‘The New York Times’ un extenso artículo -‘Diario de una cirugía’-, en el que detalla cómo ahora se ha sometido a una operación en la que le han extirpado los ovarios y las trompas de falopio, como medida preventiva para no padecer cáncer, tal como lo sufrieron su madre, su abuela y una tía. «He entrado en la menopausia. No puedo tener más hijos, pero me siento bien con lo que vendrá», confiesa.

 

La actriz y enviada de la ONU explica que tras unos análisis médicos, los doctores detectaron anormalidades en la proteína CA-125 que podrían indicar la formación de un cáncer de ovarios en su etapa temprana, lo que precipitó su decisión de someterse a una cirugía. La mutación del gen BRCA1 hacían a la actriz tener un 87% de posibilidades de contraer cáncer de pecho y un 50% de cáncer de ovarios.

 

Planeado desde hace tiempo

 

«Había estado planeando esto durante algún tiempo. Se trata de una cirugía menos compleja que la masectomía, pero sus efectos son más graves. Deja a la mujer en una forzada menopausia. Así que me preparé físicamente y emocionalmente, estudiando las opciones con los médicos, y las alternativas para mis estrógenos y mi progesterona. Pero aún creía que quedaban meses para ello», explica.

 

Pero hace dos semanas, los resultados de una analítica revelaron marcadores de inflamación en la proteína CA-125. «Me propuse mantener la calma, ser fuerte y no pensar que no viviría para ver crecer a mis hijos y conocer a mis nietos».

 

Cuenta luego, que llamó a su marido -Brad Pitt-, que estaba en Francia. Y que ese mismo día visitó al cirujano que trató a su madre, antes de morir. Las pruebas descartaron un tumor.

 

Medicina Oriental y Occidental

 

Tras hablar con muchos médicos «orientales y occidentales», Jolie tomó la decisión -«personal», subraya- tomó la decisión de extirparse las trompas y los ovarios, ya que llevaba la mutación genética que hizo que murieran tres mujeres de su familia. Sus médicos le aconsejaron que se hiciese la cirujía preventiva una década antes de la aparición de los tumores en los casos de su madre, su abuela y su tía.

 

La semana pasada se sometió a la operación. Le encontraron un tumor benigno en un ovario, pero sin signos de cáncer en los tejidos.

 

Ahora, explica, lleva un parche transparente con estrógenos, y un DIU con progesterona. «Me ayudará a mantener un equilibrio hormonal», relata. «Elegí mantener mi útero porque el cáncer en ese órgano no forma parte de mi historia familiar».

 

«No voy a ser capaz de tener más hijos, y tendré cambios físicos. Pero me siento a gusto con lo que vendrá, no porque yo sea fuerte, sino porque esto es parte de la vida. No hay que temer», dice. «No es fácil tomar estas decisiones. Pero es posible tomar el control y hacer frente a frente con cualquier problema de salud (…) El conocimiento es poder», concluye.

 

(elperiodico.com)