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«De mi comparecencia no esperen amenazas ni chantajes ni insultos», ha asegurado el presidente de Cataluña en el inicio de su comparecencia. «Nunca nos pondremos de acuerdo con todo pero sí que entendemos que la manera de avanzar no puede ser ninguna otra que la democracia y la paz, esto significa el respeto por el que piensa distinto», ha añadido.

 

El presidente catalán ha calificado la jornada del 1 de octubre de «éxito», a pesar de «todos los esfuerzos y los recursos para impedir el referéndum». «Más de dos millones de catalanes votaron porque vencieron al miedo», ha afirmado Puigdemont, que ha subrayado que «es la primera vez que una jornada electoral se desarrolla entre ataques policiales que cargan contra aquellos que hacen cola para meter su voto en una urna».

 

El presidente catalán ha asegurado también que es «muy consciente de que hay gente preocupada por lo que está pasando y lo que puede pasar», y se ha referido a las empresas que en los últimos días han cambiado su sede social a otras ciudades de España, asegurando que estas decisiones tienen más efecto «en el mercado» que «en la economía real de Cataluña».

 

A continuación, Puigdemont ha comenzado a explicar cómo se ha llegado hasta este punto, haciendo especial hincapié en la decisión del Tribunal Constitucional de España de anular y fijar la interpretación de varios artículos de su Estatuto de Autonomía, aprobado en 2006 por el Parlamento catalán, las Cortes españolas y el pueblo de Cataluña en referéndum. Asimismo, el presidente catalán ha recordado las inhabilitaciones y las multas de quienes promovieron tanto la consulta del 9 de noviembre de 2014 como el referéndum del 1 de octubre. 

 

«La única manera de garantizar la supervivencia es que Cataluña se convierta en un Estado», ha explicado Puigdemont, que también ha asegurado que «hasta 18 veces» pidieron acordar «un referéndum como el que se celebró en Escocia». 

 

El jefe del Ejecutivo de Cataluña también se ha dirigido al conjunto de los ciudadanos españoles: «No somos unos delincuentes, no somos unos locos, no somos unos golpistas, no somos unos abducidos». «No tenemos nada en contra de los españoles. La relación no funciona y no se ha hecho nada para revertir la situación», ha añadido.

 

«Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de República», ha asegurado Puigdemont, que sin embargo, ha añadido: «Eso es lo que hacemos hoy con toda solemnidad y con la misma solemnidad proponemos que el Parlament suspenda la declaración de independencia para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada».

 

Asimismo, el presidente de la Generalitat ha asegurado que «hay muchas propuestas serias de mediación, algunas de las cuales eran difíciles de imaginar hace poco tiempo». «Los resultados tendremos que tenerlos en cuenta en la época de diálogo que estamos dispuestos a asumir», ha añadido. 

 

«Apelo a la responsabilidad de todos. Al gobierno español le pido que acepte la mediación», ha concluido Puigdemont. 

 

(RT)

 

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