Capturan.jpg

Cuando los agentes del CTI vinieron por él, el pastor Jesús Díaz enseguida supo cuál era el motivo de su visita. Con temor, acompañó a los oficiales desde la puerta de su iglesia, situada en el barrio La María, en Soacha, hasta la camioneta de la Fiscalía en donde le leyeron los cargos que pesaban en su contra por acto sexual abusivo con menores de 14 años.

 

Para ese momento, las investigadoras del Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS) y del CTI ya habían recolectado el testimonio de 3 menores y una mujer, así como de 2 pastores en su contra, cuyos relatos siempre coincidieron. Cuando lo treparon al vehículo, una de las fieles de su parroquia se le acercó, levantó una mano y dijo: “Pastor, lo amamos!, para usted todo, Dios lo protege!”

 

Hacia el año 2001, Jesús Díaz fundó la iglesia Maranata, que luego pasó a llamarse Misión Avivamiento y Poder de Fuego de Dios. Al poco tiempo, en los pasillos del culto comenzaron a aparecer rumores acerca de las actuaciones indebidas del pastor, pero al principio nadie lo quiso creer. Aunque uno de los compañeros de Díaz lo sorprendió un día desvistiendo a una menor en el segundo piso del edificio clerical, su denuncia no prosperó y fue expulsado junto con su mujer de la comunidad. Lo mismo le ocurrió al siguiente pastor que quiso denunciar la misma situación.

 

Así se supo que su accionar presuntamente consistió en predicar la “palabra angelical” durante los cultos para poder subir a las niñas -los ángeles- al segundo piso del inmueble y tocarlas en el sórdido lugar al momento de la comunión.

 

Lo que han podido averiguar las investigadoras del caso fue que Díaz también se aprovechó de la pobreza imperante en la zona para cooptar a los familiares de las niñas regalándoles insumos básicos e infundiendo temor a Dios en las menores de edad para impedir que lo denunciaran. De esa forma compró el silencio de su comunidad.

 

En una ocasión, incluso, invitó a los padres de una de las menores a una finca de su propiedad en el municipio de Mesitas del Colegio, en el que presuntamente tocó a la niña durante la noche después de separarla de sus familiares. Así transcurrió el tiempo hasta que finalmente, los padres de una de las pequeñas le creyeron y realizaron la denuncia ante la Fiscalía, que inició la investigación del caso.

 

Además de las quejas de las 3 menores que aseguran haber sido agredidas sexualmente recientemente, apareció el testimonio de una mujer de 22 años que afirmó haber sido violentada cuando tenía 14 años, lo cual sembró temor porque el pastor hubiera operando de esa manera desde hacía mucho tiempo. Esto teniendo en cuenta que fundó otra iglesia en Cazucá.

 

A pesar de que algunos feligreses se acercaron para asegurarle a Díaz que contaba con su apoyo inquebrantable, otros le preguntaron a los agentes del CTI: “¿Él si va a durar preso? ¿Fijo? ¡Entonces sí vamos a denunciar!”.

 

Estas manifestaciones hacen pensar a las autoridades que con su captura se acerquen más víctimas a denunciar la presunta actuación del Pastor Díaz.

 

(Semana)