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Isaías Arturo Medina Mejías, el diplomático venezolano ante la ONU, que renunció en protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro, es socio de una compañía de inversión inmobiliaria que cotiza sus acciones en el mercado de valores EEUU, pero que no ha concretado una serie de ambiciosos proyectos hoteleros en Argentina, México y Venezuela, los cuales ofrece para captar accionistas.

 

Entre los proyectos figura un hotel de cuatro estrellas, 120 habitaciones y una proyección de ocupación de 85 por ciento todo el año, en la población de Pariaguán, al sur del estado Anzoátegui, presentado como el único complejo hotelero de esa categoría capaz de ofrecer el servicio ante la alta demanda derivada de las actividades en la Faja Petrolífera del Orinoco.

 

Se trata de la firma Metrospaces, Inc, con domicilio en el estado de Delawere (que opera como una especie de paraíso fiscal dentro de EEUU), y que adoptó este nombre en febrero de 2013. Su origen se remonta a 2007 cuando fue creada como Strata Capital Corporation.

 

El ingreso de Medina Mejías a la firma estadounidense ocurrió de la mano de un corredor de bolsa venezolano, Oscar Antonio Brito Rojas, quien figura como vicepresidente senior, entre 2014 y 2015 se concretaron dos acciones legales para cederle a la compañía gringa el 60 por ciento de las acciones de una firma o, Inversora Caribe Mar, que presuntamente sería la propietaria del proyecto en la Faja del Orinoco, y que según una página web promocional estaba bautizado como Hotel Santo Cristo de Pariaguán.

 

Con este fin, en mayo de 2014, Medina convoca una asamblea extraordinaria de los accionistas de Caribe Mar que autoriza la venta del 50 por ciento de las acciones, en poder de una compañía constructora, las cuales son adquiridas en el mismo acto por el diplomático en representación del corredor de bolsa Brito Rojas. Según el acta este participa como invitado en la asamblea, aunque no estuvo presente sino que fue representado por Medina.

 

Asimismo Medina vendió 62 mil 500 de sus acciones, equivalentes al 10 por ciento del capital. De ese modo Brito se hizo del 60 por ciento de la compañía.

 

Para ese momento el capital era de 625 mil acciones, valoradas en 1 bolívar cada una, para un monto global de 625 mil bolívares.

 

Lo asombroso es que apenas un año después, en junio de 2015, Medina firma con Brito una cesión de las acciones a favor de Metrospaces, por la cual la compañía de EEUU se compromete a cancelar la suma de 250 mil dólares. Es decir, convirtieron con la firma de un documento 312 mil 500 bolívares en un cuarto de millón de dolares. El pago del dinero se estableció asi: 50 mil dólares en efectivo para el 15 de noviembre de ese año, y los restantes 200 mil dólares en acciones comunes tipo C de la empresa Metrospaces, “libremente convertibles en el mercado de capitales”.

 

El documento firmado ofrece datos sobre los proyectos de Metrospaces, los cuales se concretaban en el desarrollo de “un circuito de Hoteles Boutique en Latinoamérica”, los cuales serían operados “por la cadena hotelera reconocida internacionalmente denominada Small Luxury Hotels (“SLH”).” También se precisa que Brito ha invitado a Medina “a formar parte de la Junta Directiva de la empresa METRO SPACES Inc. (“METRO SPACES”), anteriormente denominada Strata Capital Corporation, debidamente registrada bajo las leyes del estado de Delaware, e identificada bajo el numero fiscal EIN 90-0817201 actualmente listada en la bolsa del mercado de valores norteamericana, publicada en OTC, e identificada bajo las siglas MSPC.”

 

Llama la atención, sin embargo que Medina no aparece en ningún documento público como directivo de la firma ni en ninguna de las dos páginas web localizadas en la red.

 

Quienes sí aparecen son Brito como segundo al mando, mientras el argentino Carlos Daniel Silva es el CEO de la compañía. Otros directivos son Alexander Batallés y Enrique Fornieles. Mientras que la dirección oficial en documentos del mercado de capitales está fijada en 888 Brickell Key Drive, Unit 1102, Miami, FL 33131, que corresponde a una firma de corretaje. Y en las páginas web se exhiben direcciones en Nueva York ( 235 East 40th Street. Unit 20H. New York, NY 10016) y en Buenos Aires (Libertador 5990, Oficina 406, Ciudad de Buenos Aires, PC:1428).

 

¿Inversión extranjera con financiamiento interno?

 

Para febrero de 2016 la revista de negocios Producto, publicó una nota de prensa, emitida por la misma empresa, dando cuenta de las inversiones en Venezuela. Presentado como la “firma inmobiliaria estadounidense Metrospaces” listaba tres proyectos de lujo, a saber el Tulasi Mandir Hotel & Spa, en la isla de Coche, el Hotel Santo Cristo de Pariaguan, en Anzoátegui y la compra de un hotel de 22 habitaciones en Morrocoy, estado Falcón.

 

Los dos proyectos de construcción, según la nota, habrían sido aprobados en diciembre de 2015 y se estaba a la espera del aprobación de los fondos a traves de créditos supuestamente solictados a los bancos de Venezuela y Bicentenario. Mientras que en el caso del hotel a comprar la tramitación de financiamiento se realizaba ante el Bicentenario.

 

Las cifras de ingresos estimados eran realmente enormes. En el de Coche  “Metrospaces espera cobrar entre 280 y 350 dólares por noche y mantener tasas de ocupación por encima de 70%”, lo que reportería “aproximadamente 2,2 millones de dólares en ingresos con un margen EBITDA de 35%.”. Mientras que en el de Pariaguan “se espera que el proyecto genere alrededor de 4 millones de dólares en ingresos anuales, con un margen EBITDA de 40%”. Y finalmente el de Morrocoy “esperamos llevarlo a alrededor de 700 mil dólares en ingresos con un EBITDA de 35%.”

 

Ninguno de los proyectos ni siquiera arrancó, más allá de la redacción de prospectos y páginas web con imágenes en 3D capaces de llamar la atención y atraer a incautos inversionistas.

 

No está claro si hubo algún desembolso. Todo indica que no. En marzo pasado la compañíaa hizo circular una nota informativa en la que anuncia la reestructuración de sus activos venezolanos y negociaciones para adquirir negocios y proyectos inmobiliarios en los Estados Unidos.

 

“La situación económica y política venezolana se ha deteriorado más rápido y más allá de lo que se ha anticipado.”  Y agregaba que la devaluación monetaria ha hecho que las líneas de crédito bancario local y los créditos para la construcción sean básicamente insuficientes, lo que hace que la financiación de nuestros Tulasi Mandir y el Hotel de la Faja del Orinoco sea muy difícil en los tiempos actuales, ya sea para vender o deshacerse de estos activos para permitir que la gerencia enfoque nuestros recursos y capital en proyectos más productivos.

 

Probablemente el impacto de esa decisión sirvió también de base para que Isaías Medina optara por cortar sus lazos laborales con el gobierno venezolano, para lo cual no consiguió mejor oportunidad que presentar su “renuncia” como un acto de rebelión politica.

 

Nieto de un expresidente y padre de un joven enjuiciado por accidente en Florida donde murió adolescente colombiana

 

Medina Mejías tiene 51 años, es hijo de Isaías Medina Serfaty, cuyo padre es el expresidente Isaías Medina Angarita, derrocado en octubre de 1945 en un golpe de Estado impulsado por Acción Democrática y su líder Rómulo Betancourt.

 

Medina Serfaty fue senador por varios periodos durante la llamada IV República, postulado por el partido Copei (socialcristiano).

 

Cabe destacar que Oscar Arturo es abogado y estaba establecido en Porlamar, isla de Margarita, al menos desde 2008, donde prestaba sus servicios profesionales.

 

Su ingreso a la Cancillería ocurrió en abril de 2015, cuando el embajador ante la ONU, Rafael Ramírez, estaba en funciones, lo que podría hacer suponer la existencia de un vínculo más cercano que explicaría la reaccion del también excanciller quien lo acusó de actuar “de manera deshonesta”.

 

Su “deserción” no es el único escándalo que ha afrontado en su corta carrera diplomatica. El 1° de enero de 2016 su hijo de 17 años, tuvo un accidente automovilístico mientras conducía un lujoso vehículo Porsche del año 2008, propiedad de su familia, en Key Biscayne, sur del estado de Florida en EEUU.

 

El vehículo, que se desplazaba a alta velocidad, según videos de vigilancia, impactó contra un arbol en Harbor Drive, la mañana de año nuevo, y el hecho falleció la estudiante colombiana Daniela Benavides San Miguel, de 18 años. Medina y otro adolescente resultaron heridos.

 

Las investigaciones determinaron que el venezolano, además de conducir a alta velocidad, estaba bajo el efecto del consumo de marihuana y un medicamento y además no poseía licencia de conductor. Por tales razones en febrero  la jueza Mindy Glazer ordenó su procesamiento como adulto y le fijó una fianza de 100 mil dólares, además de establecer el uso de una tobillera de localización para supervisar su arresto domiciliario.

 

Sin embargo en noviembre de 2016, el joven fue arrestado tras ser acusado de haber intentado manipular el monitor que lleva un registro con GPS de sus movimientos.

 

Adicionalmente el hecho de ser extranjero e hijo de un diplomático generaba expectativas sobre un creciente peligro de fuga.

 

No se descarta que la detención de su hijo haya sido usado por las autoridades estadounidense para presionar al diplomático y obtener un pronunciamiento politico como argumento de renuncia a sus funciones. E incluso que se hubiera determinado alguna violación legal o situación de fraude con los fallidos proyectos de inversión hotelera.

 

(LaTabla)

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