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La historia de Leandro Colmenares se parece a muchas que cada vez se escuchan con más fuerza en Venezuela: sacrificar los ahorros de toda una vida para emigrar a algún país suramericano en busca de una mejor calidad de vida, para toparse con una realidad: no todos los que salen de su país la consiguen.

 

Este venezolano de 37 años vendió su auto y su apartamento para establecerse en Panamá y luego en Colombia; sin embargo no pudo mantenerse estable en ninguno de los dos.

 

Colmenares trabajaba en Venezuela como técnico especialista en equipos médicos, empleo con el que mantenía a una familia de cuatro miembros. Emigro con 7.000 dólares, lo que le quedó tras repartir parte de los ahorros entre la familia.

 

“Yo salí de Venezuela codeándome con doctores. Meses después estaba en una mueblería de Panamá trapeando el piso”, dijo Colmenares a Reuters.

 

Contó que en su estancia pasó hambre y que muchos fines de semana tuvo que conformarse con una sola comida al día. Tras regresar a su país, en febrero, se mudó a casa de la familia de su esposa, donde vende masa artesanal para hacer arepas.

 

(LaIguana.TV)