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La llegada del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a Panamá para participar en la VII Cumbre de las Américas estuvo marcada por un acto muy simbólico por parte del mandatario: su visita al barrio El Chorrillo, masacrado por el ejército estadounidense en 1989.

 

La visita tuvo una carga emotiva sin precedentes, pues se trata de la primera vez que un presidente en ejercicios visita el populoso barrio y rinde honores a los caídos la madrugada del 21 de diciembre de 1989.

 

Maduro fue acompañado por una multitud efervescente durante su recorrido por Chorrillo, el que culminó en una tarima improvisada por los propios habitantes donde se rindió homenaje a las víctimas.

 

La Asociación de Familiares de los Caídos en 1989 extendió al presidente venezolano una carta para que actúe como intermediario ante el ejecutivo estadounidense Barack Obama. En la misiva, los dolientes le exigen a Obama que reconozca la responsabilidad de EE.UU. en el asesinato de más de 2000 personas de la populosa barriada panameña.

 

La presidenta de la Asociación, Trinidad Ayola, le pidió a Maduro que “sea el intermediario de nuestra voz en la Cumbre  ante el presidente Obama, con una carta abierta para que usted pueda entregársela”.

 

El ejecutivo venezolano, por su parte, respondió con certeza: “Ten la seguridad de que voy a entregar la carta personalmente”.

 

“Voy a tomar esta causa y la vamos a tomar con mucha fuerza para que se haga justicia, se le pida perdón al pueblo de Panamá, a los pueblos de América Latina”, agregó mientras recibió el escrito.

 

(LaIguana.TV)

 

 

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