El 11 de abril de 2002, la élite empresarial y política, junto a los medios de comunicación privados, que se habían convertido en partidos políticos de oposición, consiguieron los muertos que necesitaban para justificar el golpe de Estado contra el gobierno legítimo del presidente Hugo Chávez.
La derecha venezolana siguiendo un libreto importado desde los laboratorios de Washington, perpetró el brutal ataque al Estado de Derecho y a la Constitución Nacional.
El golpe de Estado se fraguó con 300 mil opositores marchando en las calles de Caracas, que fueron instigados a llegar hasta las inmediaciones del Palacio de Miraflores, donde los esperaba la mira de los francotiradores puestos por la derecha en lugares estratégicos.
Con un plan fríamente calculado fueron eliminadas 15 personas con tiros certeros, para culpar a los entonces llamados Círculos Bolivarianos (Comités de Defensa de la Revolución) del chavismo.
Eran días de marchas y contramarchas, en los que los medios privados transmitían repetidamente las escenas de protestas, y los mensajes de los rabiosos opositores al presidente Chávez, con un odio inoculado.
Mientras los marchistas salían a las calles, las cúpulas empresariales, sociales y eclesiásticas habían firmado un Pacto de gobernabilidad en la lujosa quinta La Esmeralda de Caracas, en el que establecieron 10 puntos de acuerdo para la transición de la era post chavista.
Así, comenzó a circular el rumor de la renuncia del presidente Chávez, mientras aparecían en pantalla Julio Borges, Leopoldo López y Henrique Capriles, personajes de la conspiración actual, exigiendo la renuncia de la directiva de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el Gabinete Ejecutivo, la Asamblea Nacional, el Fiscal, el Defensor del Pueblo, el Contralor, y el Tribunal Supremo de Justicia.
El objetivo deseado lo lograron implantando una dictadura que duró 48 horas, y que culminó con el rescate del presidente Hugo Chávez, quien había sido secuestrado por un grupo de militares traidores.
Hoy 11 de abril, después de 13 años, los mismos sectores continúan promoviendo acciones desestabilizadoras antidemocráticas tras su incapacidad de tomar el poder por la vía electoral.
(LaIguana.TV)
