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El comienzo del 2018, ha estado marcado por la publicación del libro Fuego y Furia: dentro de la Casa Blanca de Trump, de Michael Wolff.

 

El autor de 64 años, ha sido premiado dos veces (una en 2002 y otra en 2004) con el National Magazine Awards. Es ampliamente conocido entre los periodistas estadounidenses y, ahora, en todo el mundo. Este nuevo libro es mencionado por algunos medios como un Best Seller porque su ritmo de venta “sólo recuerda al fenómeno de Harry Potter en las librerías.”

 

Con un estilo novelesco, Wolff nos genera la sensación de que caminamos entre los intestinos de una Casa Blanca con severos problemas digestivos. No es un libro de corte histórico. No proporciona datos de interés sobre las relaciones políticas de Estados Unidos con el exterior. Se centra en la descripción de personajes superficiales, muy ambiciosos, que juegan con el destino de millones de ciudadanos sin otro miramiento que sus propios intereses. El más débil de todos: el Presidente de los Estados Unidos. Aunque Trump intenta ser presidente, parece que no logra calzar los zapatos a su investidura y termina dando tumbos de lo ridículo a lo ofensivo sin acierto ninguno.

 

El autor asegura haber logrado unas 200 entrevistas a funcionarios de la Casa Blanca, ex miembros del equipo presidencial y de campaña de Trump. Durante un año, estuvo visitando la mansión presidencial “como una mosca”. Otros periodistas que han accedido a la Casa Blanca tras la distribución del libro, aseguran que los asesores del Presidente- en secreto- confiesan que el autor no llegó a descubrir ni la mitad de las decisiones erradas ni los tuits incendiarios que han apagado durante el primer año de mandato.

 

NO ME DA MI GANA AMERRRRICANA

 

Trump reaccionó con “Fuego y furia”: el abogado del presidente envió 11 páginas de amenazas a la editorial para impedir la distribución del libro y, cuando confirmaron que sería imposible disuadirlos, el presidente trinó:

 

I authorized Zero access to White House (actually turned him down many times) for author of phony book! I never spoke to him for book. Full of lies, misrepresentations and sources that don’t exist. Look at this guy’s past and watch what happens to him and Sloppy Steve!

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 5, 2018
 

“¡No autoricé ningún acceso a la Casa Blanca (de hecho le dije que no varias veces) al autor de este libro falso! Nunca hablé con él para el libro”.
Sin embargo, el autor, entrevistado por la NBC dijo:

 

“Por supuesto que hablé con el Presidente. No sé si se dio cuenta de que era una entrevista, pero ciertamente no fue off de récord”.
Pese a las amenazas para que no saliera a la venta, el libro «Fuego y Furia: Dentro de la Casa Blanca de Trump» se agotó en un par de horas y estas son las desafiantes declaraciones de su autor 

 

DE LA AMBICIÓN A BANNON: UN CORTO CAMINO

 

A consecuencia de lo publicado en el libro, el magnate ha descalificado a su ex consejero presidencial y jefe de estrategia, Steve Bannon, del que ahora reniega pero al que -en el pasado- le otorgó una silla como miembro permanente en las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional. También presionó para que le echaran del Consejo editorial del sitio web Breitbart News, puesto al que había regresado tras su despido del Ejecutivo estadounidense.

 

Bannon es uno de los personajes centrales del libro. Es descrito como el antihéroe estadounidense. Un tipo que salió de la Marina, recibió educación en negocios y de allí a Goldman Sach. Luego pasó varios años fracasando en la industria del entretenimiento. Es un personaje descrito como alcohólico e inestable en cualquier otro afecto que no sea relativo a la autoestima.

 

Por un golpe de suerte, cayó en el entorno de Trump durante la campaña y terminó convirtiéndose en uno de los hombres más poderosos de Washington. Se imagina a sí mismo ocupando el salón oval por su enorme influencia en los medios de ultraderecha. Y se puede decir que ya conoce bien la dinámica: al principio del mandato de Trump se le reconocía como el presidente en la sombra. Si en esta historia hay un Frank Underwood, es Steven Bannon.

 

POR SUS FRUTOS: ¿LO CONOCERÉIS?

 

En Fuego y Furia, se describe largamente la trama de conflictos entre Bannon e Ivanka Trump, la hija del Presidente. Ella también aspira a la presidencia y comienza a abrir un camino propio en compañía de su esposo, Jared Kushner.

 

Otro de los hijos de Trump se vio salpicado por las revelaciones de Fuego y Furia. Refiriéndose a Donald Trump hijo, Jared Kushner y Paúl Manaford, Steve Bannon habría dicho que:

 

Como “destacados miembros del equipo de campaña pensaron que era una buena idea encontrarse con un gobierno extranjero (es decir, funcionarios rusos) dentro de la Torre Trump, en una sala de reuniones en el piso 25, sin abogados. No tenían ningún abogado. Incluso si tú pensabas que eso no era traición o antipatriótico o una cosa mala, y ocurre que yo creo que era todo eso, debías haber llamado al FBI inmediatamente”.

 

Cuatro días después del lanzamiento del libro, Bannon emitió una declaración enviada a los medios en la que decía:

 

“Mis comentarios iban destinados a Paul Manafort, un curtido profesional de campaña con experiencia y conocimiento sobre cómo operan los rusos. Él debería haber sabido que ellos son hipócritas, astutos y no son nuestros amigos. Reitero, esos comentarios no apuntaban a Donald Jr.”

 

CUCARACHAS, RATAS Y BACALAOS: LA VIDA DE TRUMP EN LA CASA BLANCA

 

Una de las revelaciones importantes de Fuego y Furia es que Trump y su entorno cercano estaban convencidos de que perderían las elecciones. Ciertamente tenían motivos, considerando que Trump obtuvo casi tres millones de votos menos que Clinton. La estrategia de la derrota estaba fríamente planificada. No así la estrategia frente a la victoria.

 

El autor del libro reconoce que pocas administraciones han dado tanta libertad de movimiento a la prensa dentro de la Casa Blanca como la de Trump.

 

Del libro se desprende que no es una administración sólida, sino varios feudos, que en su pugna constante filtran –convenientemente- informaciones a los medios. Mientras tanto, el Presidente, distrae la mayor parte de su tiempo en el anhelo de ser querido por la prensa.

 

Tras la publicación del libro cobró especial relevancia el resultado del chequeo médico anual del mandatario. El viernes 12 de enero, el magnate fue examinado con bioanálisis de sangre y orina, además de controles cardíacos. Desde Reagan, se difunden los resultados del informe médico, aunque la Casa Blanca realiza un control previo de la información que se hace pública.

 

Algunas de las costumbres del presidente quedaron expuestas en el libro. Desde que se mudó a la residencia Presidencial, teme ser envenenado, por lo que usualmente prefiere comer combos precocidos de Mc donalds y no permite que nadie toque su cepillo de dientes. Posteriormente la hija menor confirmó los gustos gastronómicosdel padre.

 

Las apreciaciones de sobre la salud mental de Trump parten de la consideración de que “es intelectualmente incapaz de ser presidente de EEUU”. El coro de opiniones de asesores y conocidos del presidente parece afinarse sólo en un criterio: todos definen al primer mandatario como “idiota”, “imbécil” o “ignorante”. De hecho, se describe al Presidente como una persona fácilmente manipulable por la vía de la adulación y con una adicción irrefrenable por obtener aplausos.

 

Ante la vorágine de críticas sobre sus habilidades intelectuales, el magnate no pudo contenerse y un sábado amaneció trinando: “Soy un genio muy estable”.

 

Wolff relata que Sam Nunberg intentó instruir a Trump sobre la Constitución. Al parecer no logró pasar de la Carta Enmienda antes de que el magnate entrara en desespero. Sin embargo, parece estar claro en el hecho de que la vigesimoquinta enmienda a la Constitución de EEUU, establece que el mandatario del país podrá ser destituido en caso de padecer una incapacidad física o mental que le impida ejercer sus poderes y deberes.

 

El año pasado un grupo de especialistas de la salud mental se reunió para escribir- a varias manos- un libro en el que cuestionaban el juicio del Presidente. Lo cierto es que la sociedad norteamericana admite como verosímil que el magnate no está en sus cabales.

 

LA DESOLADA TELEVISIÓN ROTA

 

Pocos días antes del lanzamiento de Fuego y Furia, un bromista colgó un falso extracto del libro en el que narraba la primera noche del empresario en la Casa Blanca:

 

Trump se quejaba de que la televisión de su habitación estaba rota porque no tenía el canal de gorilas. Para complacerle, le habían creado una lista de reproducción de programas de naturaleza que disgustó a Trump porque “los gorilas no se peleaban”. Entonces –proseguía la paparrucha- el personal agregó más imágenes de gorilas peleándose hasta que el presidente quedó “satisfecho”.

 

La broma citaba a un supuesto “informante”, según el cual, Trump pasaba hasta 17 horas al día viendo el canal a pocos centímetros de la pantalla. “Le has dado bien a ese otro gorila”, conversaba Trump con los animales.

 

“Creo que él piensa que los gorilas pueden oírlo”, agregaba la fuente falsa.

 

El trino tiene más de 26 mil retuits y 88 mil me gusta. Muchos estadounidenses consideraron se trataba de una historia real.

 

El periodista del canal de televisión CBC News, Keith Boag, llegó a debatir la historia durante su programa matutino de noticias, tras lo cual se vio obligado a pedir disculpas.

 

En efecto, una serie de incidentes públicos despiertan suspicacia sobre la salud mental del Presidente: como aquella vez que inventó un país ante los líderes africanos en una reunión en la ONU, o más recientemente, olvidando su propio himno nacional en un acto público, o cuando llamó “países de mierda” varias naciones durante una reunión en el Salón Oval con legisladores demócratas y republicanos.

 

EL PODER DETRÁS DEL PELUQUÍN NARANJA

 

A punto de cumplir su primer aniversario, la administración de Trump ya comienza a tomar forma. Para entenderla, es más valioso recurrir a otro documento que, aunque no fue escrito por él, si lo firmó.

 

Su redacción quedó en manos del grupo de militares que han tomado por asalto a su gobierno y nos permite vislumbrar mejor hacia dónde se orienta la política exterior de un período que, para la historia, será ilustrado con el peluquín naranja.

 

Nos referimos a la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América, que fue difundida a finales del año pasado y en la que se definen a Rusia y a China como la “antítesis” de los intereses y valores de los Estados Unidos. Para nuestro continente, al país del norte le resulta alarmante las relaciones de Venezuela y Cuba con sus enemigos declarados. En lo político, amenazan con aislar a la mayor de las Antillas y a la Revolución Bolivariana.

 

En el marco de esta agenda, nos recuerda William Serafino:

 

“En abril de 2017 el think thank demócrata Brookings Institute, asesoró a la Administración Trump sobre qué hacer en Venezuela. El último recurso propuesto es el bloqueo financiero y la intervención humanitaria”.
El antichavismo no decide nada. 

 

En abril de 2017 el think thank demócrata Brookings Institute, asesoró a la Administración Trump sobre qué hacer en Venezuela. El último recurso propuesto es el bloqueo financiero y la intervención humanitaria; le guste o no al antichavismo. pic.twitter.com/D3xAhPGIgL

— William Serafino (@williamserafino) January 8, 2018
 

 

Los estragos de la Guerra no convencional no sólo se han hecho sentir por la vía de la Guarimba, el asesinato selectivo, la guerra económica y el bloqueo financiero y comercial. Han logrado infiltrar hasta la principal industria nacional con un macabro desmantelamiento de PDVSA por la vía del saqueo y la corrupción. Cada corrupto en el Estado es un sirviente de la agenda de la Casa Blanca, consciente o no. Cada moneda usurpada a la nación es un triunfo del enemigo.

 

El antichavismo no decide nada. 

 

En abril de 2017 el think thank demócrata Brookings Institute, asesoró a la Administración Trump sobre qué hacer en Venezuela. El último recurso propuesto es el bloqueo financiero y la intervención humanitaria; le guste o no al antichavismo. pic.twitter.com/D3xAhPGIgL

— William Serafino (@williamserafino) January 8, 2018
 

Al compás, una legión de imbéciles trumpetistas orquestan con trinos las loas petitorias del genocidio en la Patria de Bolívar. Ojalá les den pronto su Green card y se vayan demasiado.

 

Por: Larissa Costas

 

(larissacostas.wordpress.com)