Tong Gosungnern, un niño de dos años, se salvó por los pelos de morir aplastado por una palmera de más de 9 metros, un suceso que tuvo lugar el pasado 10 de febrero en Nakhon Ratchasima (Tailandia).

 

Una cámara grabó cómo el menor jugaba con unos amigos en la carretera frente a la casa de sus padres cuando el árbol se precipitó justo a su lado.

 

Mientras sus compañeros se dispersaron, el menor se quedó paralizado contemplando la caída de la palmera y resultó ileso porque una mujer le tomó en brazos.

 

(RT)

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