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Un equipo de especialistas liderado por el Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén asegura que ha encontrado un sello de hace 2.700 años con el nombre del profeta Isaías —que da nombre a uno de los libros de la Biblia— y podría ser la primera evidencia de que realmente existió, informa Live Science.

 

El hallazgo se produjo durante unas excavaciones que tuvieron lugar en 2009 en Ophel, una zona de Jerusalén Este ubicada entre el sitio arqueológico conocido como la Ciudad de David y el Monte del Templo. Se trata de una pieza de arcilla suave que se endureció con el tiempo y el estudio sobre su origen se va a publicar en la revista Biblical Archaeology Review.

 

Eilat Mazar, profesor de Arqueología y líder de los investigadores, señala que en la impresión del sello se puede ver el nombre de Isaías —»Yesha’yahu», en hebreo—, pero aún no están 100% seguros de que realmente perteneciera al profeta.

 

Robert Cargill, profesor de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) y colaborador de Mazar, indicó que si se confirma este hecho supondría el descubrimiento de «la primera referencia arqueológica» y «la más temprana fuera de la Biblia» sobre el profeta Isaías.

 

Además del nombre de esa persona, en el cuño se pueden leer las letras «nvy». Los arqueólogos no se atreven a asegurar una explicación, pero destacan que solo faltaría que continuaran con la letra hebrea «aleph» para que formara la palabra «profeta».

 

(RT)

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