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No ha sido nada estable el equipo más cercano del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el poco más un año que lleva en el cargo. Varios de sus más cercanos colaboradores han sido botados o han renunciado en este breve tiempo, algo poco común en las administraciones estadounidenses.

 

Lo que ocurre con el equipo de gobierno parece superar a los hechos de ficción que relata la serie de televisión House of Cards, curiosamente también envuelta en un escándalo por denuncias sobre el comportamiento de su protagonista, Kevin Spacey.

 

El teniente general Michael Flynn, asesor presidencial en Seguridad Nacional, fue el primero en dimitir de su puesto, en febrero de 2017, luego de solo 24 días en funciones, arrastrado por un escándalo sobre sus relaciones con personalidades rusas.

 

Otro personaje de alto nivel en materia de seguridad, James Comey, director del FBI, fue echado por Trump en mayo de 2017.

 

El despido de Comey trajo otros cambios. Esta vez en el equipo de prensa del gobierno por no haber sabido controlar la polémica sobre la salida del director del FBI. En julio, Sean Spicer renunció a su cargo de secretario de Prensa de la Casa Blanca.

 

En julio del año pasado, el jefe de Gabinete, Reince Priebus, fue despedido, generando otra marejada de habladurías en la capital de EEUU.

 

Un importante asesor de Trump, el polémico periodista y publicista Steve Bannon, acusado de ser supremacista blanco,  fue cesanteado en agosto 2017, pese a haber sido figura fundamental de la campaña presidencial.

 

A principios de este año, le pidieron la renuncia a Thomas Shannon tercero a bordo y principal diplomático de carrera en el Departamento de Estado.

 

Rob Porter, quien se desempeñaba como jefe de Personal de la Presidencia, renunció luego de que sus dos ex esposas coincidieran en ratificar acusaciones por violencia doméstica. Se especuló que debido al manejo de este escándalo caerá también  el general John Kelly, jefe de Gabinete, ex jefe del Comando Sur, famoso por sus “preocupaciones” por Venezuela.

 

Finalmente, hace apenas unos días quedó fuera Hope Hicks, joven asesora de comunicación, luego de haber reconocido púbicamente que su función la llevó a decir “mentiras blancas” en nombre de Trump.

 

Este martes, el mundo se sorprendió con el despido de Rex Tillerson, el hasta ahora secretario de Estado. En medios políticos de Washington no hubo tanta extrañeza pues desde hace tiempo se sabía que Trump y Tillerson se masticaban pero no se tragaban.

 

La gente se pregunta qué otras novedades traerán los siguientes capítulos de esta versión real de House of cards.

 

(LaIguana.TV)