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La joven venezolana Oriana Vargas relató a través de su cuenta en Twitter la experiencia que vivió tratando de emigrar hacia México, pasando por Colombia como escala para su destino final.

 

En los trinos, Oriana expresó que el pasado jueves 15 marzo salió de Venezuela rumbo a Cúcuta. En dicha ciudad estuvo 2 días y 1 noche, hasta que en la madrugada del sábado 17 de marzo partió hacia Bogotá para tomar un vuelo hacia México que saldría a las 3:50 p.m.

 

Impresionada, contó que en el aeropuerto la retuvieron para hacerle algunas preguntas y rayos X, lo que ocasionó que perdiese el vuelo y, por ello, debió pagar una multa al reprogramar otro boleto -que saldría el día 18, a primera hora de la mañana-, aunque casi no tenía efectivo.

 

Al arribar a México -cuyo vuelo partió con una hora y media de retraso, aproximadamente- observó que sus compañeros de viaje tardaban unos 4 minutos en el proceso de revisión en la aduana, pero al chequear su pasaporte venezolano la pasaron directo a la oficina para que diera algunas explicaciones.

 

Oriana continuó su odisea relatando que la condujeron a otro cuarto con 8 personas: 4 hombres y 4 mujeres -una de ellas con una niña de 5 años de edad-, todos originarios de Venezuela, a quienes se les negó la entrada al país sin ninguna razón aparente. Después de esta oficina, los llevaron a otros dos recintos. El de las mujeres contaba con un pequeño bombillo amarillo, y el de los hombres estaba en total oscuridad.

 

Oriana siguió expresando en sus tuits que les quitaron hasta las trenzas de los zapatos. Y, aunque solicitó que le permitieran comunicarse con su madre a través de una llamada, le negaron ese derecho.

 

Los vigilantes se burlaron de todas las mujeres porque estaban llorando. Cuando Vargas pidió que le avisaran a su amiga que la acompañaba que le habían negado la entrada a México, obtuvo como respuesta: «Si se preocupa por ti, pasará la tarde preguntando hasta que le digan, sino no es tan amiga tuya como dices». Oriana recalcó que nunca le avisaron a su amiga.

 

Finalmente, los venezolanos allí reunidos fueron enviados de regreso a Bogotá en un vuelo que llegó a las 11:00 de la noche. La joven tuiteó que pasó llorando toda esa noche en el aeropuerto colombiano ya que, además de habérsele negado la entrada al país azteca, también perdieron su equipaje.

 

Las autoridades de Aeroméxico le informaron que la pérdida de equipaje es normal y que “los venezolanos muy difícilmente entran” en esa nación.

 

Oriana, luego de su travesía, expresó que nunca había sido tratada como lo hizo Migración en México, como si fuese una criminal. Afirmó también que jamás olvidará cómo la miraban y se reían de ella -en su cara- los guardias.

 

En el departamento de Migración, Colombia no le especificó la razón de la negativa del ingreso a México. El único elemento en común era la nacionalidad de los venezolanos. Culmina la joven venezolana detallando que se encuentra en Bogotá en casa de una amiga sin saber que ocurrirá con ella, con la sensación de haber hecho algo malo y sin equipaje.

 

 

(LaIguana.TV)