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La desaparición de los 43 jóvenes estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, estado de Guerrero y su declaración de muerte por parte de la Procuraduría de México ha puesto al descubierto los espantosos antecedentes de la pareja indicada de mandar a eliminar a los estudiantes, el acalde José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda.

 

La revista colombiana Semana en su versión digital ha publicado que Abarca es señalado de cometer otros asesinatos, y la vinculación con la organización narcoparamilitar “Los Guerreros Unidos”.

 

 “David Molina Francisco, presidente del Consejo Político Estatal del Partido de la Revolución Democrática, lo acusó de los asesinatos de los activistas Arturo Hernández Cardona, Félix Rafael Banderas Román y Ángel Román Ramírez, militantes de la corriente Izquierda Democrática Nacional”, asegura Semana.

 

Abarca llegó a ganar las elecciones regionales de Iguala prometiendo un gobierno democrático, seguridad ciudadana, rescatar las tradiciones familiares y atacar cualquier cosa que oliera a izquierda, señala Semana. 

 

Añade que los tres “fueron secuestrados por desconocidos el 30 de mayo del 2013, junto con otras cinco personas, tras una protesta frente al Palacio Municipal. Sus cuerpos fueron encontrados sin vida tres días después. De los otros cinco manifestantes aún se desconoce el paradero”.

 

Para el drama de los padres y familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa no hubieron #SOSAyotzinapa en Twitter, ni menos en Facebook, los grandes actores de Hollywood no hicieron discursos con el caso, a excepción de la desaparición forzada de los jóvenes no merecía la mención de las estrellas.

 

Las grandes corporaciones mediáticas mexicanas tampoco repararon en el hecho de que en Iguala era práctica común la desaparición forzosa de personas, hecho comprobado con el hallazgo de más de 20 fosas comunes en medio de la búsqueda de los jóvenes estudiantes.

 

Al respecto la corresponsal de RT en Venezuela, Karen Méndez, ha reflexionado:

 

“Sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes mexicanos, grandes corporaciones mediáticas como CNN se han limitado a informar sobre este caso sin ahondar, sin contextualizar y mucho menos levantar críticas contra un gobierno amigo de la Casa Blanca”.

 

Además llama la atención sobre el tratamiento hecho por el canal estadounidense a las guarimbas y las manifestaciones violentas opositoras ocurridas en Venezuela a principio de año y que valió varias visitas de corresponsales para “informar” sobre la situación in situ.

 

 “La estrategia de CNN en español consistió en manipular y divulgar información falsa. Por ejemplo, decían insistentemente que los manifestantes eran estudiantes pacíficos, sabiendo que algunos de los estudiantes de las universidades privadas que protestaban solo lo hacían durante el día, pero que apenas caía el sol los grupos radicales de la extrema derecha (que no eran estudiantes) empezaban a quemar universidades, guarderías, unidades móviles de transporte, a colocar guayas de púas en las avenidas para que los motorizados se degollaran”.

 

Lamentablemente, para los familiares de los 43 estudiantes, el pueblo de México y para el periodismo, los macabros sucesos de Iguala no han merecido la atención, la crítica ni un dedicado trabajo de seguimiento propio del programa Conclusiones conducido por el mexicano Fernando del Rincón, quien si dedicó semanas enteras al tema de las guarimbas en Venezuela.

 

Haga un ejercicio estimado lector, y póngase a pensar si esto hubiese ocurrido en un país con un gobierno de izquierda como Ecuador, Nicaragua, Bolivia o Uruguay por no mencionar exclusivamente a Venezuela. Vaya que las cosas serían distintas.

 

(LaIguana.TV)