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El defensor de origen francés Aurélien Collin, una de las figuras del Orlando City Soccer en la Major League Soccer, ha manifestado este martes su deseo de representar a la selección de Venezuela, si las autoridades futbolísticas del país suramericano desean contar con un defensorcentral de su nivel en el futuro.

 

Collin, quien el pasado fin de semana anotó el gol para el empate agónico 2-2 del conjunto púrpura en su duelo ante el New England Revolution en el Citrus Bowl, está casado con una venezolana y desde hace años posee fuertes vínculos con el país de la selección vinotinto que dirige Noel Sanvicente.

 

“Yo me casé hace más de un año con una venezolana. Pero hace bastante que tiempo que voy para allá. Me enamoré del país, le tengo mucho cariño. Tengo familia allá y casa también”, cuenta para resumir sus vínculos con el país por el que confiesa sentir un gran amor.

 

“Soy un futbolista que ama el fútbol y si mañana puedo ir a ayudar a un país que yo amo mucho como Venezuela, sería un honor, una bendición, así que veamos qué puede pasar”, dice Collin, nacido el 8 de marzo de 1986 (29 años) en Enghien-les-Bains, Francia.

 

De sus primeros contactos con el fútbol venezolano, recuerda haber conocido a Juan Arango, cuando aún era un joven en formación. “Mi primer contrato fue con el Mallorca. Arango estaba allá, cuando yo era muy pequeño. Yo vi hace dos años a Arango en Madrid, fue un rápido encuentro. En el Mallorca era un jugador muy bueno técnicamente, con la selección es el arquitecto del equipo. Le tengo mucho respeto. Ahora está en México y es un jugador muy peligroso”, comenta con respecto al máximo goleador en la historia de la selección vinotinto.

 

El interés no es algo que llegó de la noche a la mañana, pues Aurélien le ha hecho seguimiento a la actuación de Venezuela. “Vi los partidos de la eliminatoria al Mundial 2014 y tenía mucha esperanza de que clasificara, lamentablemente se perdió esa oportunidad al final. He visto que últimamente la selección ha incorporado a varios jugadores que vienen de afuera; he visto eso y mi esposa siempre ha tenido el deseo de que yo juegue para su país”, confiesa.

 

En cuanto a la Copa América que se disputará el próximo mes en Chile, cree que el grupo que le tocó a Venezuela, con Perú, Brasil y Colombia, es difícil. “Muy complicado, es el peor grupo de la Copa América. Es un ‘test’ grande. Si Venezuela puede hacer buenos resultados en ese grupo, será muy bueno para el futuro, porque el próximo año hay Copa América en Estados Unidos y en 2018 un nuevo mundial para el que espero pueda clasificar”.

 

Por la complicada pronunciación de su nombre en francés, prefiere que le llamen Aurelio, como justamente lo llaman en Venezuela cada vez que tiene la oportunidad de viajar. “Mi esposa me llama Aurelio, en España también les costaba mucho pronunciar mi nombre en francés, así que muchos me llaman Aurelio”.

 

De momento, Collin ha dado el primer paso, anunciando voluntariamente su intención de jugar con Venezuela. Ahora, espera que las autoridades del fútbol en la nación caribeña establezcan contacto con él y poder comenzar los trámites para llevar a cabo su deseo de vestir la camisa vinotinto.

 

El estatuto de la FIFA establece que un jugador nacionalizado, sin relación sanguínea con el país al que desea representar, debe demostrar haber vivido allí al menos durante 5 años, un aspecto queCollin tiene cubierto al poseer casa fija y varias estancias en Venezuela mucho antes de su llegada a la MLS.

 

Llegó a la MLS en la temporada 2011 para reforzar la zaga del Sporting Kansas City, club con el que permaneció hasta 2014. Anotó 11 goles en 107 encuentros, consiguiendo un título de la Copa MLS en la temporada 2013, siendo nombrado el Jugador Más Valioso de dicha final. Desde 2015 pertenece al Orlando City Soccer, uno de los dos equipos de expansión en la liga.

 

Antes de llegar al fútbol estadounidense estuvo con el Vitoria Setúbal de Portugal, apareciendo en 33 encuentros entre 2009 y 2011, consiguiendo además tres goles.

 

(Sergio Ruiz/Nación Púrpura)