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¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? Se preguntan en la bliblia los evangelistas Mateo y Lucas. Esta parábola pudiese aplicarse a Colombia y México, países que critican y cuestionan las elecciones en Venezuela; aún cuando en sus naciones donde también se efectuarán comicios, han sucedido amenazas de muerte contra candidatos presidenciales y decenas de asesinatos de políticos.

 

Un total de 90 políticos, entre precandidatos, exalcaldes y militantes de organizaciones partidistas han sido asesinados en los últimos ocho meses en el marco de las elecciones generales que se realizarán en México el venidero 1 de julio; mientras que en Colombia tres candidatos que se medirán en los comicios presidenciales del 27 de mayo han recibido amenazas.

 

A pesar de esta muestra de violencia política que se vive en México y Colombia, el gobierno de Estados Unidos (EEUU), el secretario general de la Organización de Estados Américanos (OEA), Luis Almagro, ni la Unión Europea han salido a exigir que se suspendan los comicios en estas naciones, como sí han hecho en Venezuela.

 

Para el internacionalista Luis Quintana, esto se debe a que se aplica un doble rasero con Venezuela.

 

«Se pretende juzgar a Venezuela de forma permanente con fines de deslegitimar tanto el proceso como a las autoridades de este proceso electoral, eso trae como consecuencia que se invisibilizan actos de violencia en otros países y se pretende alumbrar determinados aspectos de la realidad venezolana o pretende tergiversarlo como supuestas carencias democráticas, como supuestas carencias de un régimen autoritario cuando en realidad no lo es», manifestó Quintana.

 

En entrevista telefónica con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), resaltó que Venezuela si tiene unas garantías electorales en su legislación interna, «además son disposiciones o garantías que no establecen la mayoría de los países de América Latina. Por ejemplo hay países como: Chile, Brasil, Argentina que no admiten acompañamiento electoral internacional».

 

En México, de acuerdo con la consultora especializada en riesgos y políticas públicas, Etellekt, 90 políticos han sido asesinados desde que arrancó el actual proceso electoral en septiembre de 2017.

 

Entre las víctimas se encuentran: 22 precandidatos, 15 exalcaldes, 13 regidores, 13 militantes de partidos con distintos puestos, 10 alcaldes en funciones, siete dirigentes partidistas, cuatro candidatos, dos exregidores, un diputado local, un representante municipal, un exsíndico y un exdiputado federal, publicó el pasado 11 de mayo Hispantv.

 

En la tierra de Emiliano Zapata, donde el 1 de julio se elegirán: 3.400 cargos públicos, entre ellos: un nuevo Presidente, otros 180 políticos han sufrido agresiones directas, lo que convierte este proceso electoral en el más sangriento de la historia mexicana.

 

Por su parte, en Colombia, los aspirantes presidenciales: Iván Duque (Centro Democrático), Gustavo Petro (Movimiento Colombia Humana) y Germán Vargas Lleras (Movimiento Ciudadano Mejor Vargas Lleras) han recibido amenazas de muerte.

 

A pesar de estos hechos de violencia que se han registrado en México y las amenazas en Colombia, el también profesor de Geopolítica considera que no se debe cuestionar la validez de estos procesos.

 

«No creo que sea conveniente aplicarle a ellos las mismas varas que nos aplican a nosotros, en cualquier caso las elecciones de México y de Colombia serán válidas si cumplen con las leyes nacionales de sus países, y eso lo debe definir el pueblo de Colombia y México, respectivamente; así como en Venezuela lo determinará el pueblo venezolano, creo que esa es la mejor lógica que se le puede aplicar a eso», opinó.

 

Para Quintana, el ataque contra las elecciones presidenciales y de consejos legislativos estadales que se realizarán en Venezuela, el 20 de mayo, no se trata «de desconocer per se el resultado electoral, sino desplazar al chavismo del poder. Es instalar en Venezuela un gobierno neoliberal que esté subordinado a los intereses del mundo, es decir Estados Unidos, la Unión Europea, entre otros poderes».

 

Señaló que un grupo significativo de países reconocerán, validarán y respetarán los resultados electorales en Venezuela; mientras que un grupo de los países no se va a referir al resultado electoral, «van a seguir manteniendo relaciones normales como han mantenido hasta ahora, y otros grupos de países sobre todos los vecinos, con el apoyo de Estados Unidos y Europa que van a desconocer los resultados, pero bueno, eso no va a impedir que en Venezuela se continúe desarrollando el proceso que se ha venido desarrollando en los últimos 20 años».

 

(AVN)