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Hoy 20 de mayo no se puede hacer campaña electoral ni ofrecer pronósticos en caliente sobre ganadores y perdedores. Pero sí pueden lanzarse algunas profecías de baja temperatura.

 

La primera que me atrevo a soltar es que hoy Venezuela hará nuevos aportes a la rama de los estudios políticos. La  forma como se están llevando a cabo estas elecciones, el contexto internacional previo y el que vendrá, han modificado y seguirán modificando sustancialmente eso que llaman los paradigmas de la democracia. 

 

Eso de defender la democracia rechazando que se hagan elecciones es algo tan difícil de vender que ni siquiera esas megafábricas de posverdades, fake news, ollas, mentiras y cuentos de caminos que son los grandes sistemas de medios, redes y corporaciones del show business, pueden sostener semejante tesis por mucho tiempo. 

 

Las elecciones presidenciales venezolanas también acentuarán la crisis que ha comenzado a experimentar el engañoso y manipulador concepto de la «comunidad internacional», una mampara detrás de la que se ocultan las operaciones de intervención, injerencia, invasión y atraco de las grandes potencias capitalistas contra países que no siguen al pie de la letra sus instrucciones y hasta los caprichos de ciertos gobernantes o jefes de corporaciones.

 

Episodios como el que hoy protagonizamos en este hermoso trópico ayudan a demostrar que comunidad internacional son todos los países del planeta, no unos cuantos que se han arrogado la voz del mundo.

 

Otra profecía que se puede difundir hoy es que continuarán «secándose» algunos factores externos que, en el empeño de oponerse a Venezuela han perdido hasta la más elemental compostura. Aunque siguen engañando a grandes masas (maquinaria mediática mediante), momentos como estas  elecciones de hoy dejarán en evidencia el rol servil que desempeñan dentro de esa «comunidad internacional» las oligarquías latinoamericanas, los partidos de derecha y ultraderecha y ciertos organismos internacionales. Sus propios pueblos, en un día no tan lejano, les pasarán la factura.

 

Otra ecuación que probablemente se verá cuestionada es la que establece la igualdad entre calamidad económica y cambio político. Quedará claro que eso no es tan automático como  muchos suponen, sobre todo cuando es demasiado evidente que la calamidad es provocada, producto de un sabotaje que pretende, precisamente, inducir el cambio.

 

Otro dogma en tela de juicio es el de que la impopularidad del gobierno se traduce también automáticamente en popularidad de los adversarios. Puede suceder -así lo demuestra el caso de Venezuela- que hasta sea viceversa.

 

Un aporte adicional que dejará este proceso para las Ciencias Políticas es el uso de la inteligencia de datos aplicadas a las políticas sociales, para contrarrestar grandes operaciones multinacionales de desestabilización. Sobre esto habrá material para elaborar unos cuantos libros y tesis de grado.

 

También es posible profetizar cómo titularán a partir de mañana los grandes medios de comunicación de la derecha hegemónica. Pero con esos vaticinios ya se nos adelantó, genialmente, Rusia Today.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)