giii.jpg

El ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, denunció este miércoles la ejecución de un golpe de Estado en el marco de las mesas de negociaciones que se llevan a cabo desde el pasado 16 de mayo para solventar la situación que se vive en el país, producto de llamados a acciones violentas por un grupo minoritario de la oposición.

 

En la mesa de negociaciones se planteó este miércoles una reforma constitucional y una convocatoria a elecciones presidenciales para el primer trimestre de 2019, adelantando así los comicios previstos para el 2021.

 

Es «el diseño de una ruta para un golpe de Estado, es el diseño de una ruta para cambiar el Gobierno», afirmó el canciller de Nicaragua, citado por medios internacionales.

 

«Esto no es una agenda consensuada, es una agenda impuesta unilateralmente porque nosotros no la aceptamos», agregó el diplomático durante la discusión en la mesa de trabajo, tras la discusión presentada por la Conferencia Episcopal como mediadora del diálogo.

 

Además de estas propuestas, los sectores de la oposición solicitaron la elección de nuevos magistrados del Consejo Supremo Electoral para «asegurar el voto de la ciudadanía». 

 

Con esta propuesta, el Gobierno Nacional señaló que estos grupos de oposición — conformada por el sector privado, sociedad civil, estudiantes y campesinos — buscan desconocer, no solo al Ejecutivo Nacional, sino también los mandatos de la actual Asamblea Nacional. 

 

Debido a no llegar a un acuerdo en su cuarta mesa de diálogo, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes informó que se suspende indefinidamente el diálogo con el gobierno del presidente Daniel Ortega.

 

«Dado que en esta cuarta jornada de diálogo no se ha logrado un consenso, los obispos suspenden la mesa plenaria del dialogo, pero sugieren una comisión mixta para que se logre un consenso y se supere el impase», expresó Brenes al tiempo que señaló que esta comisión debe estar integrada por tres representantes de cada una de las partes. En el país centroamericano se registran protestas violentas, en principio, por el rechazo a una reforma al seguro social que Ortega revocó inmediatamente. Sin embargo, las manifestaciones vandálicas no han cesado e incluso dejan varios fallecidos.

 

Desde el inicio del conflicto, que ha arrojado varios destrozos, el Ejecutivo nicaragüense ha mantenido su deseo de diálogo para dar con la solución.

 

(AVN)