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Parece que no hay temas tabú en en el hogar de los Smith. Si hace unas semanas, Jada Pinkett Smith confesaba que se estaba quedando calva, ahora ha dado todo tipo de detalles sobre su sexualidad en su programa de Facebook Red Table Talk.

 

Y no estaba sola: su hija Willow y su madre Adrienne Banfield Norris (Gammy) también hablaron sobre sexo. Tres generaciones de mujeres sentadas en una mesa y charlando sobre cómo Willow vio a escondidas a sus padres manteniendo relaciones hasta cuando Jada aprendió a masturbarse a los 9 años gracias a su abuela

 

«Mi primera toma de contacto con el sexo fue viéndote a ti con papá en la cama», dijo Willow, de 17 años. Visiblemente sorprendida, Jada pidió más información a su hija. «¿Cuándo demonios nos viste?», preguntó la actriz, que está casada desde hace 20 años con Will.

 

Willow hizo memoria: «Fue en Utah. Bajé a buscar un poco de zumo y os vi durante un momento, pero me marché corriendo». La joven todavía recuerda lo que pensó en aquel instante: «Dios mío, esto es una locura… ¿Qué acabo de ver?»

 

Jada se rió, pero admitió no recordarlo. Afortunadamente, estaban a oscuras y su hija pequeña «solo vio unas sombras». Siguió Gammy, quien explicó cómo su introducción al sexo creó mucha vergüenza en su vida.

 

«¡Basta de tener cinco orgasmos al día!»

 

La siguiente parte del programa giró en torno a cómo descubrió la mujer de Will Smith su propia sexualidad. «Mi abuela me enseñó en qué consistía el placer propio porque quería que supiera que era algo mío», relata. La anciana quería que la actriz y productora comprendiera que si «un hombre le daba placer, no significaba que eso fuera solo gracias a él».

 

Durante su juventud, la mujer de Smith, quien contará en un libro que traficó con drogas, tuvo una «adicción con los juguetes sexuales». A los 21 se dedicaba a tener «orgasmos múltiples» porque, como ella define, se encontraba en un momento de «exploración» y se «abstenía de los hombres».

 

Llegó un punto en el que pensó: «¡Basta de tener cinco orgasmos al día!». Sobre las relaciones de pareja que duran años, como la suya, explicó que «un buen sexo es necesario».

 

Las intimidades de Jaden, su hijo mayor, y su hijastro Trey también salieron a la luz cuando Jada reveló que sabía el momento en que los dos muchachos perdieron sus virginidades. «Recuerdo un momento con Trey en la cocina donde al mirarlo supe que había tenido sexo», explica. Avergonzado por su madrastra, Trey corrió al baño y reconoció lo que Jada ya se olía.

 

(20minutos.es)