asdadd.jpg

La charla entre Rafael Correa y Manuel Zelaya comienza con un afectuoso reconocimiento, por parte de este último, del apoyo político mostrado por el expresidente de Ecuador mientras tenía lugar el golpe de Estado en 2009 en Honduras. 

 

Hoy en día, Honduras tiene aún un nefasto recuerdo reciente de lo ocurrido en las últimas elecciones, donde gran parte de la población percibió un claro fraude electoral que dio la victoria a Juan Orlando Hernandez, y se lanzó a la calle a protestar desencadenando un cruento conflicto.

 

No obstante, Zelaya asegura en una de sus primeras intervenciones en la charla que «el pueblo Hondureño está de pie, a pesar del golpe de Estado y la represión», si bien lamenta que «los cambios que se están produciendo son hacia la radicalización del sistema neoliberal y de la dictadura capitalista que gobierna el planeta».

 

«Problemas» con EEUU.

 

Zelaya recuerda un momento específico y significativo de su mandato: «Cuando asumí mi firma como presidente de Honduras a la alternativa bolivariana para las Américas y me uní al ALBA [Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América], la irritación en Washington, especialmente entre los grupos más conservadores, fue increíble. Me dijeron: si usted se une al ALBA va a tener problemas con los EEUU, y los tuve».

 

«Es increíble que se limiten tanto las decisiones soberanas de un país», lamenta por su parte Correa, que aprovecha para abrir un nuevo tema en la conversación mencionando la actitud actual del Gobierno estadounidense con respecto a la inmigración.

 

«Trump dice que los migrantes surgen porque los Gobiernos no dan respuesta a sus pueblos –explica Zelaya–. Lo que no reconoce es que, en estos países nuestros de la ‘órbita’ del dólar, las medidas económicas las receta el Fondo Monetario Internacional, dirigido por Europa, el Banco Mundial y los EEUU, mediante un pacto entre ellos para imponernos un modelo de explotación, de expoliación y de marginalidad».

 

A continuación, el expresidente de Honduras se dirige retóricamente al presidente de los EEUU: «Señor Trump, lo que usted critica, usted lo provoca. Esa migración desde América Latina a los EEUU es precisamente porque usted fuerza a estos países pequeños a modelos económicos que están fracasados».

 

El evidente fracaso del neocolonialismo

 

«Es claro que este neocolonialismo, como el colonialismo original, extrajo mucha riqueza de nuestros países», apunta Rafael Correa en una fase más avanzada de la entrevista, y explica: «También en nuestros países tenemos fuerzas internas de exclusión, de marginación, por ejemplo ciertas burguesías, ciertas élites, más conectadas con la metrópolis que con su propia patria, que siempre han dominado nuestros países».

 

Zelaya, por su parte, señala este problema como una característica intrínseca del sistema económico imperante: «El modelo económico capitalista es un modelo excluyente, explotador, degradante e inmoral, que basa toda su hegemonía en el proceso de negocios».

 

«Cuando hoy el sistema económico neoliberal –continúa Zelaya–, aplicado en el sistema de dictadura capitalista mundial, está dando señales de fracaso y de colapso en diferentes partes del mundo, radicalizan sus políticasfrente a estos países que buscan su desarrollo: todos los de América del Sur».

 

El exmandatario hondureño concluye al respecto que «todos necesitamos unirnos para crear políticas que suplanten la dependencia de la metrópolis», y lamenta: «El Estado, en nuestros países, se ha vuelto un estado terrorista, porque se vuelve enemigo de los pueblos».

 

Correa aporta una reflexión de carácter histórico que completa el enfoque de esta parte de la charla: «Muchas veces se dice que la izquierda colapsó por el colapso del bloque soviético, que era la izquierda marxista… pero lo que ha fracasado en América Latina, sin duda, es el capitalismo».

 

«Por supuesto puede ser un capitalismo mal aplicado –continúa el expresidente ecuatoriano–, pero eso es lo que hemos tenido y eso es lo que ha hundido a nuestros países en el retraso y en el subdesarrollo».

 

Lecciones aprendidas y esperanza 

 

Tras un breve relato de las condiciones concretas que rodearon al golpe de Estado sufrido por Zelaya en 2009, el político hondureño recapitula: «¿Cuál es la lección aprendida con los EEUU? Es un país desarrollado que tiene una democracia interna, pero hacia afuera actúa como un imperio y aplica medidas déspotas en el sistema capitalista. Y no aceptan cambios. Cuando los cambios afectan a sus [compañías] transnacionales y a sus negocios, los rechazan abruptamente».

 

Correa coincide enfáticamente con su interlocutor: «Es algo que nuestros ciudadanos a veces no entienden, pero es cierto: existe cierto margen de acción, pero hasta que pones en peligro sus intereses; ahí viene una arremetida feroz, campañas de desprestigio brutales, algunas veces muy evidentes».

 

El exmandatario ecuatoriano añade al respecto que «la mejor manera de enfrentar las restricciones externas es la integración», si bien admite que «hoy, en América Latina, se está retrocediendo» en ese sentido.

 

Por su parte, Zelaya responde, en un tono optimista y dirigiéndose de manera personal a Correa: «La conciencia que he adquirido después de tu Gobierno, del de Chavez, del de Cristina [Kirchner], de los de Evo Morales, Lula… es que esa época creó una semilla, y esa semilla está sembrada y está creciendo». El expresidente de Honduras culmina su reflexión citando al histórico expresidente cubano, Fidel Castro: «Hay esperanza, siempre, como decía Fidel, en que un mundo mejor es posible».

 

Durante este encuentro, Rafael Correa y Manuel Zelaya profundizan también en otras cuestiones de actualidad y de gran interés, un diálogo que podrán ver en el video del programa que les ofrecemos aquí en su totalidad.

 

(RT)