Los problemas cardiacos vuelven a azotar al mundo del fútbol después de conocer la muerte de dos jugadores tras sufrir sendos infartos en un entrenamiento con sus equipos, ambos en los últimos días.

El primero de ellos fue Marin Cacic, jugador croata de 23 años que militaba en el NK Nehaj. El defensor sufrió un ataque cardiaco durante un entrenamiento de su equipo, sin presentar ninguna patología previa. Cacic fue trasladado a un hospital, donde entró en coma pero terminó perdiendo la vida.

Tan solo un día después, el pasado 22 de diciembre, Mukhaled Al-Raqadi, futbolista del Muscat FC, sufrió un infarto en el calentamiento antes de un partido de su equipo. Pese a que fue llevado al hospital más cercano de manera inmediata, horas después se confirmó el fallecimiento del jugador omaní.

Estas dos muertes han vuelto a hacer saltar las alarmas sobre los problemas cardiacos en el fútbol, en un año en el que estos se han plantado como uno de sus grandes enemigos.

Eriksen y Agüero, los más recientes

El primer gran susto lo dio Christian Eriksen en la Eurocopa, cuando se desplomó en el partido inaugural de Dinamarca contra Finlandia al sufrir una parada cardiorrespiratoria. Afortunadamente, y tras varios minutos de angustia por la vida del jugador, los servicios médicos lograron reanimar al jugador que abandonó el terreno de juego consciente.

En los últimos días, Eriksen volvió a ser noticia al rescindir su contrato con el Inter de Milán por el desfibrilador que le implantaron tras lo ocurrido. Italia no permite por normativa a los jugadores con estos aparatos jugar en la Serie A, por lo que ambas partes tuvieron que finalizar su relación. Por el momento, Eriksen se encuentra entrenado con el Odense danés hasta volver a estar capacitado para volver al fútbol de élite.

El segundo caso, más reciente y cercano, el del Kun Agüero, que hace algo más de una semana anunció su retirada del fútbol por una arritmia que se le detectó a finales de octubre. El argentino dio el susto en el Barça-Alavés de esta temporada en el que se fue al suelo por dolores en el pecho y mareos.

Tras comenzar un tratamiento que de entrada le alejaba tres meses de los terrenos de juego como mínimo, la situación no mejoró y Agüero decidió poner punto y final a su carrera profesional.

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