El pasado domingo 9 de noviembre se realizó en la Ciudad del Vaticano, la Bajada de la Chinita. Durante la ceremonia dominical oficiada por el Papa Francisco, el acto religioso sin precedente histórico en Roma, se llevó a cabo con total normalidad y brindó goce y disfrute a los feligreses que se hicieron presentes.
Sin embargo, no dejó de tener el guiño político, ya que la oposición venezolana no desaprovecha ningún espacio y, sin importar el irrespeto que puede representar la intromisión de la politiquería para los creyentes de esta fe, mostraron durante la ceremonia una bandera de Venezuela con 7 estrellas, lo que representa un ataque al símbolo patrio.
No obstante, algunos de los presentes usaron la gorra tricolor que es un conocido ícono de los marchantes opositores y se ha utilizado en infinidad de actos políticos en Venezuela como objeto de identificación. ¿Será que tiene algo que ver la Chinita con la tendencia política? ¿O las creencias religiosas determinan también las posiciones políticas en Venezuela?
Pues monseñor Roberto Lückert fue uno de los organizadores de la Bajada en el Vaticano, y por eso a él se le atribuye la responsabilidad en la presentación del tricolor que no se cree haya sido algo casual o un error involuntario, debido a las actuaciones anteriores y declaraciones de rechazo al gobierno que ha tenido, en otras oportunidades, el representante de la Comisión Episcopal Venezolana (CEV).
Debido a estas actuaciones, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello descargó a Lückert, diciéndole que desearía enviarlo con su bandera a Marte, en un viaje “de ida sin regreso”. Su carga de odio, dijo Cabello, no le ha permitido entender que la bandera venezolana tiene 8 estrellas.
El show mediático que pretendieron armar en torno a la representación de la fe venezolana en el extranjero es una verdadera pérdida moral, pues no solo atentan contra el sentimiento nacionalista y el sentido de pertenencia que sostienen muchos paisanos, sino también contra un acto tan especial para los creyentes y devotos de “la dama del Saladillo” que, independientemente de su tendencia política, esperan esta fecha para honrar y agradecer a la patrona de Maracaibo por los favores recibidos.
(LaIguana.TV)