Siguen soplando huracanes de guerra entre Rusia y Occidente e inclusive hay quien cree que estamos a la víspera de una Tercera Guerra Mundial, cuyo detonante sería la creciente tensión entre estos polos de poder alrededor de Ucrania.

Por esa razón, el filósofo, comunicador y analista político abordó este delicado tema en la edición número 401 de su programa Desde Donde Sea, transmitida este martes 25 de enero, pues los indicios apuntan hacia una confrontación bélica abierta, que en el peor escenario pudiera derivar en un conflicto de escala planetaria.

A esta tesis se agrega la militarización de Ucrania por parte de Estados Unidos y Reino Unido, a pesar de que el país eslavo no es miembro de la OTAN y de que las armas no son de primera generación.

En paralelo se suceden juegos de guerra muy cerca de las zonas calientes del conflicto, así como la movilización de tropas de la Alianza Atlántica en países del este de Europa como Bulgaria o Rumanía.

Antes de entrar en materia, Pérez Pirela enfatizó que como lo hiciera en los albores de invasiones militares a Irak o Libia, Washington nuevamente se juega la carta de anunciar una acción bélica por parte de Rusia en contra de Ucrania, citando información de fuentes de inteligencia.

Reuniones estériles entre EEUU y Rusia

Ya en el tema, refirió que, aunque no han faltado reuniones de alto nivel, las tensiones entre Rusia y los países que conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se aproximan peligrosamente a un punto de no retorno, que tiene como foco la situación en la frontera rusoucraniana.

A este respecto recordó que el pasado viernes 21 de enero se reunieron nuevamente en Ginebra el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, sin que se alcanzaran acuerdos mínimos.

Rusia puso de nuevo sobre la mesa la exigencia de respuestas concretas a sus demandas de garantías de seguridad en el este de Europa, a lo que añadió la retirada de las fuerzas de la Alianza Atlántica desplegadas en Bulgaria y Rumanía la semana pasada, explicó el comunicador.

Comentó, asimismo, que horas antes del encuentro, Lavrov alertó que no esperaba grandes avances, pero sí una respuesta concreta a las exigencias de Rusia, que tienen como punto de honor el compromiso jurídico de la OTAN de no incorporar a sus filas a Ucrania y a Georgia.

Del otro lado, destacó que Blinken manifestó que, si bien Washington aspiraba resolver las diferencias con su par por medio del diálogo, adelantó que no era razonable esperar cambios sustantivos a partir del encuentro bilateral y confirmó que no tiene una respuesta para las peticiones de Rusia.

Explicó que, en su lugar, el diplomático estadounidense insistió en incluir en la agenda «la crisis en Ucrania», afirmó que el objetivo era prevenir supuestas agresiones rusas a su aliado y amenazó con «una respuesta unificada, rápida y dura», en caso de que estas se produjeran. 

Sin embargo, matizó el experto, en una rueda de prensa posterior, Lavrov refirió que Estados Unidos se comprometió a responder formalmente a las solicitudes de Moscú acerca de la seguridad en Europa en el transcurso de esta semana, versión que respaldó el gobierno de Joe Biden a través de la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

De otra parte, señaló que en relación con el contenido de los documentos que el departamento de Estado de los Estados Unidos envió a propósito de la reunión con Blinken, Lavrov los tachó como «imposibles de leer» y anunció que un equipo de expertos del gobierno ruso los estaba analizando para ofrecer una respuesta apropiada.

Empero, destacó que, en decir del canciller ruso, bastaba «abrir cualquier página al azar» de los documentos preparatorios que envió el departamento de Estado de cara al encuentro bilateral, para darse cuenta de que «todo cuanto está escrito ahí, no resiste ningún análisis crítico» e inclusive sostuvo que se trataba principalmente de «mentiras».

En este punto puntualizó que era pertinente recordar las mentiras de las supuestas armas de destrucción masiva que tenía Saddam Hussein, que sirvieron de excusa para invadir y bombardear Irak.

El también director de LaIguana.TV apuntó que Lavrov también criticó la política de «zonas de influencia» desarrollada por Estados Unidos y la OTAN –a la que valoró como una herencia no resuelta del colonialismo–, pues en su decir, con ella las potencias pretenden anexionarse nuevos territorios, en su afán por competir por el control del mundo.

En ese orden relató que el diplomático ruso cuestionó que ese esquema de competencia que rige actualmente las relaciones ruso-estadounidenses no se centrara en conjurar los peligros y amenazas que se ciernen sobre la humanidad, sino que quedara reducida a discutir únicamente sobre Ucrania, en clara demostración de que esta nación es una zona de influencia de la OTAN.

Mientras esto ocurría, mencionó que los medios de comunicación están jugando un papel fundamental en la guerra simbólica, antecedente necesario de una guerra fáctica. Así, al otro lado del océano, el diario estadounidense The Washington Post informó que Estados Unidos pidió a Moscú que no se publicara la respuesta de la Casa Blanca a la propuesta rusa de garantías de seguridad.

El Post hizo estas aseveraciones citando un comunicado en el que funcionarios estadounidenses pedían «a sus colegas rusos que mantengan el documento en secreto», aunque de acuerdo con una fuente anónima del departamento de Estado, el Kremlin podría reservarse el derecho de publicarlo.  

Armas Occidentales llegan a Ucrania de más en más

De otro lado, puntualizó que, en paralelo, mientras proliferan los encuentros de alto nivel, Occidente continúa abasteciendo de armas a Ucrania. El relato que sustenta estos avances es la «inminente» invasión que ejecutaría Rusia a través de la región del Donbás, donde están las autoproclamadas –y prorrusas– repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

El pasado jueves, María Zajárova, portavoz de la cancillería rusa, denunció una creciente ola de especulaciones en los medios occidentales y ucranianos para «encubrir» sus provocaciones hacia Rusia, incluyendo en el ámbito militar, cuyas consecuencias, advirtió, podrían ser «extremadamente graves».

En este punto, el filósofo resaltó que mientras que en Occidente todos los verbos están en condicional, Rusia denuncia la creciente militarización de Ucrania.

Para fundamentar su punto, precisó que Zajárova denunció que Reino Unido había enviado tropas en aviones de combate a Kiev, de cara a una operación militar en el Donbás, si bien las Fuerzas Armadas de Ucrania ya estarían bombardeando a la población civil de esa zona, que es predominantemente de origen ruso.

«Ucrania está dirigida por fascistas que harían sonrojar a la siempre tibia Europa», sostuvo el analista. Y si bien de esto no se habla, mientras tanto, desde Washington y Bruselas se arma a un gobierno fascista que bombardea civiles, advirtió.

Ahondando en los detalles sobre la militarización a Ucrania, indicó que no solo Londres se aprestó a enviar soldados a Ucrania, pues Estados Unidos también puso su grano de arena y según informes del gobierno ruso, unos 8.500 soldados estadounidenses estarían desplegados en territorio ucraniano con el pretexto del inminente ataque ruso.

Comentó, asimismo, que en declaraciones ofrecidas a la prensa este 25 de enero, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, alertó que «Estados Unidos está aumentando las tensiones» y que el gobierno ruso está «observando estas acciones de Estados Unidos con gran preocupación».

Además, el sábado 22 de enero, la embajada de Estados Unidos en Kiev confirmó el envío de más 90 toneladas en armas letales y municiones destinadas al ejército ucraniano, pero no formuló comentarios relacionados con el envío de soldados.

Entretanto –y acaso para echar más leña al fuego– el Congreso estadounidense impulsa una ley de supuesta ayuda a Ucrania para evitar una invasión rusa, que daría carta blanca a Estados Unidos para intervenir ya no solo en el marco de ataques militares sino cibernéticos, añadió.

Además de recibir armamento antitanque por parte del Reino Unido y material bélico diverso de Estados Unidos, el gobierno de Volodymyr Zelensky podría eventualmente contar con armas de fabricación estadounidense, principalmente misiles antiaéreos, enviadas desde los países bálticos –Letonia, Estonia y Lituania–, que la semana pasada recibieron autorización de la Casa Blanca para concretar dichos envíos, refirió el comunicador.

Pérez Pirela destacó que a la ecuación se suma España, que, pese a sus problemas internos, anunció que enviará barcos de guerra al Mar Negro –otro punto caliente donde desde hace meses la OTAN realiza ejercicios militares que han sido denunciados por el Kremlin como provocaciones abiertas–, así como cazas a Bulgaria. 

Según explicara refiriendo un trabajo de la agencia Sputnik, aunque la misión –que en papel es de vigilancia– estaba prevista desde hace meses, Madrid decidió acelerar los plazos en vista de la creciente tensión entre la OTAN y Rusia.

En el texto se refiere que expertos estiman que este movimiento belicista responde al interés del gobierno de Pedro Sánchez en granjearse el favor de Washington para terminar su prolongado conflicto con Marruecos por el llamado Sahara Occidental (República Saharaui).

Esta especulación, puntualizó, se sustenta en que el pasado 19 de enero, el ministro de Asunto de Exteriores de España, José Manuel Albares, se reunió en Washington con Blinken para conversar sobre ese complejo tema, que tiene más de cuatro décadas de evolución y sin solución clara a la vista.

En la capital estadounidense, Albares destacó que, en la actual crisis entre Rusia y Occidente, la diplomacia debe «liderar todas las acciones», si bien apoyó todas las de tipo bélico que desarrolla la Alianza Atlántica como presunta «preparación» ante una eventual invasión rusa a Ucrania, sintetizó.

Sobre esto, precisó que, aunque al día siguiente el ministerio de Defensa español anunció el envío de los buques y cazas españoles, especialistas como el politólogo Manuel Monereo consideran que todas las partes están claras en que Rusia, como ha reiterado el Kremlin en numerosas ocasiones, no planea atacar militarmente a Ucrania. 

«Rusia difícilmente va a invadir Ucrania, a no ser que la OTAN intervenga de alguna forma en el Donbás», citó Pérez Pirela a Monereo en su conversación con Sputnik, en la que el español insistió en que «no se puede desechar totalmente, pero la intención es clara de no invadir», de lo que se desprende que «lo que hace Pedro Sánchez son balas de fogueo, sabiendo que no va a pasar nada».

Sin embargo, este politólogo advierte que, el hecho de que se trate de «balas de fogueo», que el gobierno de Sánchez puede permitirse porque no depende del gas ruso ni tiene en puertas procesos electorales, no implica en modo alguno una posición carente de consecuencias y peligros, pues la tensión existente entre las partes podría derivar en un conflicto armado de gran intensidad.

No obstante, pese a informes que apuntan en la dirección opuesta, el analista es de la tajante opinión que la OTAN cumplirá lo ya dicho por su secretario general: ningún soldado de la Alianza será enviado a Ucrania, aún en el caso de que Rusia accionara militarmente, refirió.

La jugada tampoco parece ser auspiciosa si se interpreta desde el punto de vista de los intereses españoles en el conflicto con Marruecos, pues Estados Unidos y Francia son aliados cercanos de la nación magrebí y resulta muy poco probable que las tornas cambien, pese al interés de Sánchez en posicionarse cercano a la OTAN, reflexionó el comunicador venezolano.

«Una vez más, España y otros pequeños países sin ninguna importancia en el concierto mundial, serán tratados cual condones geoestratégicos, es decir, serán desechados», añadió. 

La falacia tras la postura unificada de la UE y EEUU en torno a Ucrania

Internamente, el gobierno español también ha enfrentado oposición frente a estos avances guerreristas en el conflicto OTAN-Rusia, porque, aunque desde el ministerio de Exteriores se sostiene que la respuesta obedece al deseo de los ciudadanos, tales declaraciones no parecen corresponderse ni siquiera con la propia realidad del Ejecutivo, resaltó Miguel Ángel Pérez Pirela.

El analista criollo aseguró que no solo en España hay discrepancias sobre el manejo de la crisis entre la OTAN y Rusia, que supone el envío de nuevos contingentes armados a Ucrania y a países del este de Europa.

En Alemania, relató, la ministra de Asuntos Exteriores Annalena Baerbock instó a sus pares a no mezclar el territorio de la OTAN con Ucrania, mientras que Hungría reclamó que no quería «una nueva Guerra Fría» en el centro y el este europeos.

Además, frente a la creciente militarización del territorio ucraniano, Berlín y París, los dos países que en su criterio encabezan de la Unión Europea, advirtieron que el conflicto del Donbás, no se resolvería con más armas.

Para ilustrar los alcances de estas discrepancias entre los países de la UE, comentó que previamente, jefe de la Armada alemana, Kay-Achim Schönbach, se vio forzado a presentar su dimisión, porque en una conferencia dictada en el Instituto de Estudios de Defensa y Análisis «Manohar Parrikar» de India aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, quería «respeto».

En su intervención, Schönbach calificó a Rusia como «un país antiguo» e «importante», sostuvo que tanto Alemania como India necesitaban a la nación eslava y conminó a los asistentes a aceptar que Crimea ya no formaría parte de Ucrania.

A juicio de Pérez Pirela, esto parece ser indicio de que la narrativa impulsada desde Washington no ha logrado calar suficientemente en Bruselas, que entre dos aguas apuesta por una participación más activa en el conflicto, al tiempo que evita que el este y el centro del continente se vean inmersos en una guerra abierta.

En su criterio, ni siquiera han servido las llamadas telefónicas que hiciera Joe Biden a líderes europeos la noche de este lunes, en un intento desesperado por presentar una posición común frente a la supuesta amenaza rusa.

Todavía más: las respuestas de la Casa Blanca a la crisis, como la evacuación de familiares de diplomáticos en Kiev, la promoción de la expulsión de Rusia del sistema de pagos SWIFT y el respaldo militar a Ucrania, han suscitado declaraciones contradictorias entre los países de la Unión Europea, agregó.

Para Pérez Pirela, la razón tras esta incapacidad de Europa para seguir el dictamen estadounidense, podría explicarse a partir de los intereses económicos y electorales a lo interno de cada país.

El experto considera que un buen ejemplo es el caso de Alemania, abiertamente interesada en el gasoducto Nord Stream 2, pese a las múltiples presiones estadounidenses para evitar que su aliado se embarque en esa negociación con Rusia.

Desde su punto de vista, tampoco puede obviarse que en estas posiciones encontradas la multitud de noticias falsas difundidas por medios afines a al guerrerismo otanesco, juegan un papel, pese a que han sido calificadas en las instituciones europeas como alarmistas.

Así, ilustró a modo de ejemplo que el británico Sky News aseguró que Moscú pretendía instalar un gobierno títere en Kiev, citando fuentes de inteligencia, una especie desmentida oficialmente y estimada como improbable por analistas como el politólogo argentino Atilio Borón.

En respuesta a la agencia AFP, que replicó la noticia falsa de Sky News, Borón aseguró que el presidente Vladimir Putin no tenía la intención de instalar un «presidente interino» en Ucrania, como en su día lo hiciera Donald Trump con Juan Guaidó en Venezuela, al tiempo que conminó al medio a no desinformar al público, detalló el director de LaIguana.TV.

Ejercicios militares, acciones armadas en Ucrania y reforzamiento de fronteras

Frente a la creciente escalada militar en distintos puntos de su extensa frontera, especificó que el gobierno ruso desplegó varios ejercicios bélicos, tanto en solitario como con sus aliados regionales.

Así, refirió que además de los juegos de guerra realizados junto a Irán y China en el golfo Pérsico la semana pasada, este lunes se iniciaron simulacros a gran escala en el mar Báltico, en los que, según reportes oficiales, una veintena de buques realizarán misiones de defensa antiaérea, antisubmarina y antiminas.

«Lo dijimos al final del año pasado: comenzaríamos este año con vientos de guerra y hoy 25 de enero vemos escaramuzas y ejercicios militares no en cualquier país, sino en superpotencias», enfatizó. 

Mencionó que paralelamente, el ejército ruso realiza ejercicios militares en Siberia enfocados en el disparo de blancos a gran distancia –20 kilómetros– a través de lanzacohetes, en los que mediaba la asistencia de drones para la determinación de blancos de un enemigo simulado, en el que participan más de 500 efectivos castrenses y más de 40 unidades de equipo militar.

Para completar el relato, indicó que este martes Rusia y China comenzaron el ejercicio naval Mar Marino 2022 en aguas del mar Arábigo, que implica operaciones de búsqueda y rescate de un buque petrolero capturado por fuerzas enemigas, así como el traslado en helicóptero de un herido hacia un barco amigo.

Mientras esto se sucedía, Pérez Pirela resaltó que Rusia expresó su «preocupación» por el envío de armas de Occidente a Ucrania, al tiempo que los milicianos que controlan el este del país aseguraron que Kiev se prepara para atacar abiertamente el Donbás, con el respaldo de la OTAN.

«En este ataque al Donbás, en este genocidio continuado es que se puede centrar uno de los ‘potes de humo’ que está lanzando la OTAN», advirtió el especialista venezolano.

Inclusive, el líder de la no reconocida República Popular de Lugansk denunció que el ejército ucraniano está impidiendo la labor de la misión de internacional de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa.

El comunicador precisó que no se trata solamente de despliegues militares de parte de Rusia, pues por su lado, el ejército de Ucrania realizó el fin de semana un despliegue militar cerca de la península de Crimea, cuyo territorio sigue reclamando como propio a pesar del referéndum popular con el que se decidió su reincorporación a Rusia, a la que perteneció hasta 1954.

Empero, matizó, pese a la evidente escalada militar y declarativa, autoridades ucranianas han descartado de plano una inminente agresión de Moscú, aunque el propio presidente, Vlodymyr Zelensky, dijo que su país estaba listo para entrar en una confrontación armada, aunque aún no veía motivos para ello.

De su parte, Alexéi Danilov, ministro de Defensa de Ucrania, acusó a los medios de comunicación local de divulgar «datos de ficción militar» y los exhortó a «disminuir» la tensión en sus publicaciones. 

Para detallar las implicaciones de estos decires del gobierno ucraniano, citó declaraciones ofrecidas por la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova

Zajárova, refirió, salió al paso de los contradictorios pronunciamientos de Kiev asegurando que «todo es lógico», puesto que «desde hace años se habla de tanques rusos en Ucrania», se introdujo el término de «país agresor» y con ese pretexto, incluso se reescribieron todas las leyes. «Después piden a los medios que no siembren el pánico», remató.

En el mismo orden, comentó que a contrapelo de la versión del gobierno de Zelensky, milicianos del Donbás sostuvieron este lunes que cerca de la línea de contacto hay unos 120.000 efectivos ucranianos prestos para recrudecer las hostilidades.

Saliendo de esta esfera, mencionó que, en América Latina, la voz del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se alzó este martes en contra del injerencismo estadounidense y de otros países en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

«Se viven tiempos de mucha tensión, el problema internacional de Rusia, Ucrania, la intervención de Estados Unidos y otros países», citó Pérez Pirela las palabras que pronunciara el mandatario en su conferencia matutina.

Para cerrar la edición, informó que poco después y en cumplimiento con lo declarado por el secretario general de la OTAN, Jens Stolterberg, en declaraciones en las que se comprometió a «aumentar aún más» la presencia militar «en la parte oriental de la alianza», se confirmó el envío de 300 misiles antitanque Javelin de Estados Unidos a Ucrania.

Y en horas de la tarde, voceros de la Organización de Naciones Unidas confirmaron que el secretario general del organismo, António Guterres, conversó con representantes de Rusia y Ucrania sobre la situación en la frontera común, si bien no han trascendido más detalles sobre el encuentro.

Comentarios al cierre

Para Miguel Ángel Pérez Pirela, la situación de crispación actual entre la OTAN y Rusia tiene al mundo en un vilo e incluso ha puesto a temblar las bolsas, porque no se trataría de una invasión de la Alianza Atlántica a un país disminuido previamente sino todo lo contrario. 

«No es lo mismo atacar a Irak, un país que primero desarmaron; no es lo mismo atacar a Afganistán, un país al que primero arrodillaron; que atacar a la Federación Rusia (…). Si Estados Unidos se atrevió a atacar a Siria y salió con las tablas en la cabeza, imaginen lo que puede suceder si bombardean a Rusia», país que no pudo ser conquistado por Napoleón Bonaparte ni por Hitler, apuntó al respecto.

Además, destacó que pese a la bravuconería de los Estados Unidos y los pobres intentos por secundarla en los que se han embarcado algunos países europeos, estas no tienen fuerza real para enfrentar a potencias como Rusia o China, cuyas fuerzas armadas tienen una capacidad de contrapeso indiscutible.

Del lado de Europa, dijo para concluir, además de relativa debilidad militar, los países están entrampados en la defensa de sus propios intereses, lo que resta posibilidades para que pueda se concrete una alianza bélica unificada.

(LaIguana.TV)