Antes de ocupar su puesto en el despacho presidencial, cualquier mandatario debe poner a punto algunas cuestiones. En ese proceso se encuentra la flamante presidenta de Honduras, Xiomara Castro, que ordenó que su nuevo despacho en la Casa Presidencial sea rigurosamente fumigado.

Si bien puede tratarse de un procedimiento de rutina, también tiene un significado simbólico después de los gobiernos de Porfirio Lobo (2010-2014) y de Juan Orlando Hernández (2014-2022), que siguieron al golpe de Estado perpetrado contra el presidente Manuel Zelaya en 2009.

«Después de 12 años de dictadura, la Casa Presidencial necesitaba una buena fumigada», publicó, con ironía, la cuenta oficial del partido Libre, fundado por Zelaya y liderado por Xiomara Castro, la nueva presidenta hondureña.

En el video publicado por el partido, dos funcionarios con trajes protectores fumigan el despacho que ocupará Castro, conocido como Altar Q. Hasta el 26 de enero, la oficina estuvo ocupada por Juan Orlando Hernández, denunciado por el nuevo oficialismo por actos de corrupción y por haber ganado las elecciones de 2017 tras un fraude electoral.

Los hondureños celebraron la sanitización del lugar y tampoco dudaron en proponer algunas otras medidas previas a que Xiomara Castro se siente en el sillón presidencial.

La más mencionada por los simpatizantes de Libre fue una exhaustiva búsqueda de micrófonos ocultos y «aparatos de escucha», demostrando la desconfianza que persiste en relación al gobierno anterior.

Otros apelaron a soluciones de otro plano y propusieron «exorcizar» el despacho tras los períodos de Lobo y Hernández porque «donde se fraguan planes maquiavélicos dejan esa mala vibra».

Más católicos, algunos pidieron el uso de agua bendita en la oficina.

(Sputnik)