Rusia rechazó este martes que haya entregado a Estados Unidos su respuesta a la propuesta de seguridad que recibió de Washington, como adelantaron medios estadounidenses, mientras renovó su postura de que Moscú no retrocederá ante la amenaza de nuevas medidas coercitivas unilaterales por parte de la Casa Blanca. 

La declaración rusa se produce antes de la conversación telefónica que el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, sostendrán este martes en la cual tienen previsto abordar la crisis ucraniana. 

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, desmintió los reportes de medios estadounidenses a los que un portavoz del Departamento de Estado de EEUU confirmó que ya habían recibido la respuesta por escrito de Moscú. 

«Hubo una confusión. Esas fueron otras consideraciones sobre un tema diferente», explicó el vocero de Vladímir Putin, agregando que «de momento no hay una respuesta principal de la Federación Rusa sobre el tema clave», que Moscú todavía está preparando. 

Ante la creciente tensión entre ambas naciones por el tema de la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania, continúan las amenazas contra Rusia por parte de Occidente.   

Según la embajada rusa en EEUU, en su página de Facebook, «es Washington y no Moscú quien genera las tensiones», al tiempo que responde una declaración del Departamento de Estado acerca del estatus de Crimea, en el cual acusa a Moscú de haber invadido la península en 2014, lo cual rechaza Rusia. 

El comunicado de la representación diplomática recuerda que «es Estados Unidos quien alentó el golpe nacionalista radical en Ucrania (en 2014) como resultado del cual la población de Crimea fue amenazada de exterminio y votó por reunirse con Rusia». 

El intercambio de publicaciones en Twitter entre Rusia y EEUU incluyó, por la parte rusa, una imagen del mapa de Crimea en el que está impresa la frase «Crimea es Rusia», mientras que la parte estadounidense aparece el mismo mapa, pero con la frase «Crimea es Ucrania». 

Las tensiones entre Moscú y Washington, respaldado este último por parte de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se agravaron en las últimas semanas con las acusaciones estadounidenses, no demostradas, de que Rusia planea invadir Ucrania. 

El Kremlin asegura no tener la intención de atacar al país vecino, sino que reclama «garantías» formales de seguridad, como el compromiso jurídico de que Ucrania no entrará jamás en la OTAN y un repliegue a las posiciones militares de 1997. 

Una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, justo antes del inicio de la Presidencia rusa de ese órgano este martes, se selló con un intercambio de acusaciones entre ambas partes al respecto. 

Blinken y Lavrov sostendrán la conversación telefónica en un nuevo intento por dar salida a la crisis por medio del camino diplomático y sucede tras el intercambio de propuestas, por escrito, entre ambas potencias. 

(teleSUR)