En el conflicto entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia se está jugando con fuego de una manera muy irresponsable porque se trata de una confrontación entre superpotencias nucleares, que puede derivar en segundos en una Guerra Mundial, advirtió el filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela en una emisión de programa Desde Donde Sea, dedicada una vez más, por imperativo de la noticia, a este tema que tiene su foco en Ucrania

“Washington ya está manejando directamente los aspectos políticos de Ucrania, que es apenas una cabeza de playa contra Rusia –expresó-. Se concretaron nuestros vaticinios acerca de una escalada en las provocaciones contra Moscú, pues ha habido ataques a puestos fronterizos, intentos de ingresar a territorio ruso con equipos bélicos y sigue el genocidio en las hasta hace poco repúblicas autoproclamadas de Donestk y Lugansk, ahora legitimadas por decisiones del Kremlin”. 

Mostró el Iguanazo de Iván Lira, en el que se observa a Vladimir Putin anunciando el reconocimiento de las dos repúblicas, a lo que Joe Biden le responde que no importa, pues Estados Unidos desconoce a Rusia. 

Los hechos más recientes 

Las tensiones siguen escalando en Ucrania y aunque no se ha producido la tan anunciada invasión rusa, el lunes el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, asentadas en la zona del Donbás, al este de Ucrania y fronterizas con Rusia.  

El mandatario anunció esta decisión tras una extensa reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia en el que participaron altos mandos de la nación, incluyendo al canciller Serguéi Lavrov, al ministro de defensa Serguéi Shoigú y al expresidente Dmitri Medvedev.  

Medios internacionales y agencias de noticias refirieron que antes de hacer público su dictamen, Putin se lo comunicó al presidente francés, Emmanuel Macron y al canciller alemán, Olaf Scholz.  

La semana previa, la Duma (Cámara Baja del Parlamento) solicitó al presidente el reconocimiento de las repúblicas del Donbás, si bien en esa ocasión el Kremlin respondió que era un asunto interno de Ucrania y que una resolución así estaba fuera de los Acuerdos de Minsk.  

Sin embargo, la violencia escaló rápidamente y los líderes de esos enclaves pidieron a Putin el reconocimiento de su de su estatus, así como la firma de tratados de amistad y cooperación, tras emitir una orden de evacuación de civiles por causa de la intensificación de los bombardeos en la región, un hecho reconocido incluso por fuentes europeas.  

El líder de Donetsk , Denis Pushilin, y el de Lugansk, Leonid Pásechnik, pidieron a Putin que reconozca su independencia. El pasado viernes, Putin giró instrucciones a su ministro de Emergencias para que acondicionara refugios temporales en la provincia de Rostov, cerca de la frontera ucraniana, para acoger principalmente a mujeres, niños y personas de la tercera edad.  En esa provincia se dieron provocaciones y escarceos que fueron repelidos por Rusia. Imágenes de la televisión mostraron a decenas de autobuses viajando desde Donestk hasta Rostov. 

Las autoridades milicianas, que controlan de facto esos territorios desde hace casi ocho años, exigieron a los hombres jóvenes permanecer en el Donbás para hacer frente a la escalada del ejército ucraniano. 

En una intervención que se extendió por más de una hora, Putin recorrió la historia reciente de Ucrania, con particular énfasis en lo sucedido tras la caída de la Unión Soviética, donde, a su juicio, convergieron todas las condiciones para el ascenso del nacionalismo ucraniano.  

Asimismo, el líder ruso aseguró que según informes oficiales, «es cuestión de tiempo antes de que Ucrania se sume a la OTAN» e incluso refirió que «el sistema de mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania ya está integrado en la OTAN». 

En concreto, Putin aludió a la ayuda técnico-militar que la alianza atlántica ha proporcionado a Ucrania desde 2014 y a la dirección de las actividades castrenses por parte de «asesores extranjeros».  

Otro aspecto polémico al que se refirió el presidente ruso fueron los planes de Ucrania para crear un arsenal nuclear, como consta en declaraciones formuladas por su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenski, el pasado fin de semana.  

Sobre este punto, Putin destacó que no se trata de «palabras vacías» sino de una amenaza real frente a la cual Rusia no podía «no reaccionar». 

En su decir, «para Kiev será más fácil construir armas nucleares que para otros países, sobre todo con el apoyo tecnológico del exterior», a lo que añadió la ventaja comparativa que representa la infraestructura heredada de los tiempos soviéticos.  

Como cabía esperar, el presidente de la Federación Rusa no desaprovechó la ocasión para referirse a la falta de compromiso de la OTAN para suscribir un acuerdo sobre la seguridad en Europa y sobre su política de «puertas abiertas» para el ingreso de nuevos socios.  

Asimismo, resaltó que con base en la cuestión ucraniana, occidente chantajea a Rusia con sanciones bajo diversos pretextos reales o inventados, todo con el interés de «limitar el desarrollo» de esa nación.  

La máxima autoridad rusa argumentó que si Ucrania se uniera a la alianza atlántica, eso representaría una amenaza directa para su país, en virtud de lo contemplado en el artículo 5 del Tratado de Washington (principio de defensa colectiva de la OTAN).  

Citando documentos estratégicos, sostuvo que ya se están consolidando puntos de ataque preventivo contra Rusia –que tendrían como plataforma a Ucrania– y fundamentó su afirmación en la gran cantidad de aeródromos desplegados cerca de la frontera ruso-ucraniana.  

Aseveró, asimismo, que si tal escenario se concretara, la aviación de la OTAN podría controlar «todo el territorio ruso hasta los Urales», pues dispondría de las herramientas de reconocimiento para hacerlo, ello sin contar con que los misiles de largo y corto alcance de la OTAN estarían entre 4 y 35 minutos de Moscú.  

Además, para remachar la injerencia occidental en asuntos internos de Ucrania, el presidente ruso sostuvo que en ese país está instalado un gobierno títere, controlado enteramente desde el extranjero. Dijo que ya ni siquiera se trata de un protectorado económico, sino que se degradó a colonia con un Estado marioneta.  

En su criterio, las decisiones de Kiev en los últimos años se han traducido en una «completa pérdida de su soberanía», lo que se imbrica con una agenda de «desrusificación y asimilación obligatoria» en un segmento de la población de Ucrania. 

El mandatario también reiteró sus acusaciones de genocidio en contra de la población rusoparlante y culpó a occidente por mirar a otro lado, mientras unos «cuatro millones de personas» padecen los embates del gobierno de Kiev.  

«El llamado mundo civilizado, del cual los colegas occidentales se autodenominan únicos representantes, prefiere no darse cuenta [de la situación en Donbás], como si no existiera todo este horror y el genocidio, al que están sometidos cuatro millones de personas», aseguró.  

Aunque no descartó continuar con la vía diplomática, en la reunión con el Consejo Nacional de Seguridad, el líder ruso reiteró que su par ucraniano no tiene ninguna intención de cumplir con los Acuerdos de Minsk, con los que se pretendió poner fin al conflicto armado y que implicaba el alto el fuego, así como reformas profundas para otorgar mayor autonomía al Donbás.  

Más todavía: acusó al gobierno de Zelenski de adelantar «operaciones punitivas» en el este del país para exacerbar las tensiones y resolver militarmente el conflicto.  

El anuncio fue seguido por la firma de tratados de cooperación y asistencia mutua con los líderes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, Denis Pushilin y Leonid Pásechnik, quienes se encontraban en el Kremlin.  

Se conoció que entre los puntos esenciales de los tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua entre Rusia y las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk figuran: 

-Cooperación estrecha en política exterior, particularmente en lo tocante a «la defensa de la soberanía, la integridad territorial y la seguridad». 

-Tomar «todas las medidas disponibles para eliminar toda amenaza a la paz, así como para contrarrestar los actos de agresión  por parte de cualquier Estado o grupo de Estados y brindarse mutuamente la asistencia necesaria, incluida la militar». 

-El derecho de «construcción, uso y mejoramiento de la infraestructura militar, incluyendo bases militares, en su territorio», así como protección conjunta de las fronteras de ambas repúblicas.  

Casi de inmediato comenzaron a circular en las redes sociales muestras de júbilo en Donetsk y Lugansk, por el reconocimiento de Rusia a su independencia y soberanía de Ucrania.  

También se conoció que Putin ordenó a las Fuerzas Armadas de su país garantizar el mantenimiento de la paz en las recién reconocidas repúblicas del Donbás.   

«En relación con el llamamiento del líder de la República Popular de Donetsk, [ordeno] al Ministerio de Defensa ruso que garantice hasta la firma del acuerdo [de amistad, cooperación y asistencia mutua] que las Fuerzas Armadas rusas realicen funciones de mantenimiento de la paz en el territorio de la República Popular de Donetsk», reza parte del decreto de reconocimiento. 

Si bien desde medios occidentales se asegura que ya hay militares rusos en suelo considerado por esos países como ucraniano, este martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa descartó –por ahora– el establecimiento de bases rusas en el Donbás.  

Más precisamente, el vicecanciller ruso Andréi Rudenko declaró a medios rusos que de momento, Rusia no estudia la posibilidad de instalar bases militares en las recién reconocidas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.    

«Se han firmado los tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua entre Rusia y estos nuevos estados, la seguridad de los cuales nos comprometemos a garantizar», recordó por su parte el canciller ruso, Serguéi Lavrov.     

En ese orden, el presidente Vladimir Putin pidió autorización al Consejo de la Federación (Senado) para desplegar tropas en el extranjero.  

También en esta jornada se informó que la Duma –Cámara Baja del Parlamento– ratificó por unanimidad el reconocimiento de la independencia y la soberanía de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, decisión que fue refrendada por el Consejo de la Federación (Senado). 

En reunión sostenida este martes, el Consejo de la Federación de Rusia ratificó por unanimidad –155 votos– los tratados de amistad y cooperación con las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, que establecen una renovación automática en cinco años.  

Poco después de conocerse esta decisión, el presidente Vladimir Putin anunció que enviará tropas a las repúblicas de Donetsk y Lugansk para restablecer la paz, de conformidad con lo establecido en los tratados de cooperación y amistad suscritos ayer.  

En relación con las fronteras de las nacientes repúblicas, Putin especificó que reconocían como límites los que tenían esas provincias –Donetsk y Lugansk– cuando formaban parte de Ucrania, aunque admitió que aspiraba que estos asuntos «polémicos» se resolvieran en las negociaciones entre Kiev y las autoridades del Donbás.  

Adicionalmente, aseguró que en vista de la negativa de Kiev a cumplir con los Acuerdos de Minsk, su administración los había dado por concluidos al reconocer a los nuevos estados.  

Por otro lado, Putin descartó que Rusia pretenda usar la crisis ucraniana para tratar de restaurar el imperio ruso o la Unión Soviética, como se ha insinuado desde occidente.  

Reacciones de occidente 

¿Vendrán más sanciones, estallará la guerra o ambas?, fue la pregunta dirigida a la audiencia por el moderado del programa al iniciar un pase de revista a las reacciones que produjo el reconocimiento ruso a las naciones del Donbás.  

“Desde la contraparte occidental, las reacciones a la decisión del Kremlin no se hicieron esperar y se inscriben dentro de lo ya anunciado en el caso de que Rusia invadiera a Ucrania, aunque esto no haya ocurrido: respuestas como bloque unificado, amén de acusaciones por presuntas violaciones al derecho internacional”, reseñó y pasó a ofrecerlas en detalle. 

Ucrania. Al momento del anuncio ruso, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, estaba reunido con los miembros del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad. De acuerdo con información recogida por medios internacionales, su gobierno aseguró que Donetsk y Lugansk siguen siendo parte de su territorio.  

Oleski Danílov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, destacó ante los medios que, pese al reconocimiento de Moscú a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, Kiev “seguirá cumpliendo sus obligaciones con todos los habitantes del Donbás”.  

Se conoció además que Zelenski sostuvo una reunión telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se extendió por 35 minutos, según reseñaron agencias internacionales. 

Posteriormente, el mandatario mencionó en Twitter que discutió «la situación actual» con el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson y anunció sostendrá reuniones con Charles Michel, presidente del Consejo de Europa y con el presidente de Turquía, Recep Tayipp Erdoğan.   

En un mensaje a la nación, Zelenski aseguró que se mantendrían dentro del camino diplomático. Dijo además: «estamos en nuestra tierra. No le tenemos miedo a nada ni a nadie. No le debemos nada a nadie. Y no le vamos a dar nada a nadie. Estamos seguros de ello».  

Sostuvo asimismo que al menos de momento, «no hay razones para acciones caóticas» y se comprometió a informar de inmediato a los ucranianos si se produjera «un cambio en la situación y un aumento en los riesgos». 

El martes, Zelenski declaró que estudiaba la propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores de su país de romper las relaciones diplomáticas con Moscú, una postura que no es compartida desde el Kremlin.  

Según lo expresado por el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia Andréi Rudenko, en el Kremlin no están «valorando esa decisión» y subrayó que eso «no corresponde» a su elección.  

Se su parte, el portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que Rusia se mantiene abierta a contactos diplomáticos con Ucrania y valoró negativamente la suspensión de relaciones adelantada por Kiev.  

«La ruptura de relaciones diplomáticas sería un escenario muy indeseable que haría todo aún más difícil, no solo para los Estados, sino también para los pueblos de los dos países», dijo Peskov a la prensa.  

Unión Europea. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Joseph Borrell, rechazó el anuncio y lo calificó como una «flagrante violación del derecho internacional, la integridad territorial de Ucrania y los Acuerdos de Minsk».  

Además, Borrell ratificó que «la UE y sus socios reaccionarán con unidad, firmeza y determinación en solidaridad con Ucrania”.  

Más temprano, a propósito de la decisión del Consejo de Seguridad de Rusia, el alto funcionario avanzó que el bloque impondría sanciones si Rusia se anexionaba las repúblicas de Donetsk y Lugansk, y que las pondría «sobre la mesa» en el caso de que hubiera reconocimiento de independencia. 

Asimismo, acusó a Putin de causar la mayor amenaza para Europa desde la II Guerra Mundial y señaló a Bielorrusia de «dejarse arrastrar» al conflicto.  

Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, también condenó el hecho y señaló que «el reconocimiento de los dos territorios separatistas en Ucrania es una flagrante violación del Derecho Internacional, la integridad territorial de Ucrania y los Acuerdos de Minsk». 

Tal y como ya había expresado Borrell, advirtió que Bruselas y sus socios reaccionarán «con unidad, firmeza y con determinación, en solidaridad con Ucrania».  

En esta jornada, el jefe de la política exterior de la Unión Europea anunció nuevas sanciones contra 27 entidades y personalidades rusas pertenecientes a la política, los medios, el estamento militar y el ámbito empresarial, bajo la acusación de «socavar la integridad, soberanía e independencia» de Ucrania.  

En su decir, con estas acciones, que fueron tomadas «en estrecha coordinación con sus socios y aliados, se pretende afectar las relaciones económicas entre las dos regiones separatistas y la Unión Europea, así como la capacidad del Estado ruso para acceder a los mercados financieros y de capital de la UE». 

OTAN. Por su parte, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, rechazó a través de un mensaje en Twitter el reconocimiento de Rusia a las repúblicas de Donetsk y Lugansk. 

«Esto erosiona los esfuerzos para resolver los conflictos y viola los Acuerdos de Minsk», aseveró. Dijo, asimismo, que «la OTAN apoya la soberanía e integridad territorial de Ucrania» y urgió a Moscú a «que deje de alimentar el conflicto y elija la diplomacia».  

Estados Unidos. A estas voces se sumó la de Washington. En un comunicado difundido en el sitio oficial de la Casa Blanca firmado por la secretaria de Prensa, Jen Psaki, se precisa que el «presidente Biden próximamente firmará una orden ejecutiva con la que se prohibirán nuevas inversiones, comercio y financiamiento por parte de estadounidenses hacia, desde o en la zona del Donbás”.  

«Para ser claros: estas medidas son independientes y se sumarían a las medidas económicas rápidas y severas que hemos estado preparando en coordinación con los aliados y socios en caso de que Rusia invada Ucrania», se lee en el texto. 

Además, Psaki, sostuvo que la administración Biden continuaría «consultando con sus aliados y socios, incluyendo Ucrania, sobre los próximos pasos y sobre la escalada en curso de Rusia a lo largo de la frontera con Ucrania», aunque luego se informó que Estados Unidos no enviará tropas a ese país. 

Además de las sanciones, cuyos detalles ofrecerán el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro, la funcionaria comunicó que se anunciarían «medidas adicionales por la flagrante violación de los compromisos internacionales que cometiera Rusia hoy”.  

En esa línea, el secretario de estado, Antony Blinken, ratificó lo dicho por la Casa Blanca y aseveró que el reconocimiento de Rusia a las repúblicas del Donbás requería «una respuesta rápida y firme», a lo que agregó que su gobierno tomaría «medidas apropiadas en coordinación con los socios». 

La mañana de este martes, el Departamento de Estado informó en un comunicado que Blinken había conversado telefónicamente con el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba y anunció que este acudirá mañana a la capital estadounidense para una reunión en persona.  

En la tarde, el presidente Joe Biden aseguró que Rusia, al reconocer a las repúblicas de Donetsk y Lugansk, violentó la soberanía de Ucrania y supuestamente ya inició la invasión militar a su vecino.  

Además, anunció «el primer paquete de sanciones» contra la nación eslava, que incluyen a dos bancos rusos, así como la imposición de límites para que Moscú pueda acceder a recursos financieros –particularmente en lo tocante al manejo de la deuda–, así como a presuntas «élites rusas y sus parientes».  

Biden también reconoció que había «trabajado con Alemania para asegurarse» de que el gasoducto Nord Stream 2 «no avanzará».  

Además, amenazó al Kremlin con «reforzar» la presencia militar estadounidense en Estonia, Letonia y Lituania, si Rusia no retiraba sus tropas de Bielorrusia, al tiempo que denunció que continuaba el despliegue de fuerzas militares rusas y suministros en todas sus fronteras con occidente.     

Con el presunto argumento del deterioro de la situación en el Donbás por causa del gobierno ruso, el mandatario estadounidense reiteró que Estados Unidos y sus aliados continuarán respaldando a Ucrania económica y militarmente.  

Pese al tono agresivo, Biden no descartó los contactos diplomáticos con Moscú y aseguró que su administración estaba comprometida seriamente con las conversaciones.  

Reino Unido. En Londres, la secretaria de Asuntos Extranjeros del Reino Unido, Liz Truss, publicó un comunicado en el que se lee que «el reconocimiento del presidente Putin a la ‘república popular de Donetsk y a la república popular de Lugansk como Estados independientes, muestra un desprecio flagrante por los compromisos de Rusia en virtud de los Acuerdos de Minsk».  

Truss agregó que «este paso representa un nuevo ataque a la soberanía y a la integridad territorial de Ucrania y marca un final al proceso de Minsk y es una violación a la carta de las Naciones Unidas».  

En consonancia con lo expresado por otras potencias occidentales, el Reino Unido adelantó que respondería de manera «coordinada» con sus aliados y afirmó que no permitiría que «esta violación de Rusia a los acuerdos internacionales quede impune».  

Este martes, pese a la negativa rusa de enviar tropas a la zona de conflicto, el primer ministro, Boris Johnson, expresó en un comunicado que «toda la evidencia muestra que el presidente Vladimir Putin está empeñado en una invasión a gran escala de Ucrania, un país europeo independiente y soberano. Es claro que esto sería catastrófico». 

En el texto también se advierte que si Putin continúa con esta tentativa tachada de expansionista, «es claro que esa conquista no debería tener éxito y Putin debería fallar».  

Asimismo, siguiendo la línea estadounidense, Johnson informó que el gobierno había impuesto sanciones sobre cinco bancos rusos y a tres individuos «de muy alto patrimonio neto», que supuestamente revisten de «importancia estratégica para el Kremlin».  

En este último caso se anunció la congelación de todos los activos que estas personas poseen en ese país, la prohibición explícita de visitar su territorio y la veda a todos los individuos o entidades locales que hagan negocios con ellos.  

Francia y Alemania. Desde Francia, el presidente Emmanuel Macron, quien estuvo muy activo los días previos como mediador entre Putin y la Unión Europea, demandó la imposición de sanciones contra Rusia y solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el caso de Ucrania.  

Entretanto desde Berlín se comunicó que Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente estadounidense, Joe Biden, acordaron que garantizarían que el reconocimiento de las repúblicas del Donbás «no quedará sin respuesta».  

Más temprano, Scholz se había sumado al coro de condenas contra Rusia y destacó que la actuación del presidente Vladimir Putin contradice lo estipulado en los Acuerdos de Minsk.  

En la presente jornada, el canciller anunció la suspensión de la certificación del gasoducto Nord Stream 2, decisión que fue celebrada desde Washington, de acuerdo con lo recogido por medios y agencias internacionales.  

Consejo de Seguridad de la ONU. La noche de este lunes y a solicitud de París y Kiev, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió con carácter de urgencia para discutir la situación actual en Ucrania, tras el reconocimiento de la independencia y autonomía de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk por parte de Rusia.  

Rosmary Dicarlo, secretaria general adjunta de la ONU, manifestó su preocupación por la escalada de violencia en el Donbás que ya ha dejado víctimas fatales y aludió a las miles violaciones al alto al fuego registradas en los últimos días, que han sido computadas por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).   

Por su lado, el embajador ruso en Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, acusó al gobierno ucraniano de ignorar las demandas de los ciudadanos del Donbás, considerando que Lugansk y Donetsk se autoproclamaron independientes en 2014.  

Asimismo, el diplomático justificó la decisión de su país con el argumento de que Moscú había esperado hasta el último momento para reconocer a las repúblicas y que solamente actuó en razón del incremento de los bombardeos en la zona.  

El representante ruso también sindicó a Kiev de negarse a cumplir con los Acuerdos de Minsk bajo la influencia «nefasta» de occidente, que ha dirigido sus acusaciones contra Rusia, a pesar de que ese país no forma parte del pacto.  

El embajador ucraniano, Serguéi Kislitsa, replicó a estos dichos, señalando al gobierno del presidente Vladimir Putin de proferir amenazas y de usar la fuerza contra Ucrania y demandó a Moscú que cancele inmediatamente el reconocimiento de las repúblicas, a las que sigue considerando parte de su territorio. 

Desde el asiento de Estados Unidos, voz cantante en los reclamos contra Moscú, se aseguró que con este acto de provocación, Putin pretendía justificar una invasión a Ucrania y tildó de «disparate» el despliegue de fuerzas de paz rusas en el Donbás.  

En todo caso, la embajadora Linda Thomas-Greenfield ratificó su respaldo al gobierno de Zelenski, así como a la integridad territorial y a la soberanía de Ucrania.  

China. Por su lado, el representante permanente de china en la ONU, Zhang Jun, resaltó que en este momento, lo más importante es que todas las partes implicadas en este conflicto se mantengan en el terreno del diálogo.  

La mañana del martes se divulgó que el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores del gigante asiático, Wang Yi, expresó a su par estadounidense, Antony Blinken, su preocupación por la situación en Ucrania, pero resaltó que la posición de Beijing sobre este tema es consistente.   

Wang sostuvo que es necesario que se respeten las preocupaciones legítimas de seguridad de cada país, sin que ello contravenga los propósitos y principio de la Carta de la ONU.  

En el criterio de China, el decurso de los acontecimientos en Ucrania está relacionado con las demoras en la aplicación de los Acuerdos de Minsk, de manera tal que el gobierno de Xi Jinping mantendrá el contacto con todas las partes implicadas para apuntalar en el cumplimiento de lo pactado.  

«China pide una vez más a todas las partes que actúen con moderación, reconozcan la importancia de aplicar el principio de seguridad indivisible, suavicen la situación y resuelvan las diferencias mediante el diálogo y la negociación», expresó el alto funcionario.  

Repercusiones en los mercados. Además de la sucesión de declaraciones, al anuncio de Putin siguió un desplome en cadena de las bolsas europeas a propósito de la incertidumbre asociada a la crisis en Ucrania.  

De acuerdo con reseñas de medios especializados, las bolsas más importantes del continente europeo se desplomaron este lunes entre el 1 y el 2 %, dada la incertidumbre que se cierne sobre el encuentro entre los presidentes Vladimir Putin y Joe Biden, luego de que el primero reconociera a las repúblicas de Donetsk y Lugansk.  

El euro Stoxx 50 cayó 2,17 %; Fráncfort retrocedió 2,07 %; París 2,04 %; Milán el 1,72 %, Madrid 1,18 % y Londres 0,39 %, pese a que comenzaron la jornada en alza, incluso a pesar del desplome de Wall Street el pasado viernes, cuando el Dow Jones perdió 0,68 %, el S&P 500 0,72 % y el Nasdaq 1,23 %. 

Este martes, el petróleo Brent del mar del Norte, el más caro de todos los que se cotizan, superó la barrera de los 98 dólares, el mayor precio computado desde septiembre de 2014.  

Según la agencia Reuters, la tendencia alcista inició el lunes por la escalada de tensión entre Rusia y occidente en torno a Ucrania. 

Puntos para la discusión 

Al cierre del programa, Pérez Pirela expuso sus puntos de vista respecto al tema. 

Señaló que el presidente ruso ha sido claro en cuanto a que estuvieron esperando, no quisieron legitimar a las repúblicas de Donestk y Lugansk hasta que fue evidente que Ucrania no tenía la menor intención de respetar los Acuerdos de Minsk. 

“La maquinaria mediática oculta a escala internacional que la evacuación de civiles en Donbás fue producto de la intensificación de los bombardeos ucranianos en esa región. Es un hecho reconocido por fuentes europeas. Se viene dando un genocidio silencioso por parte de Ucrania a estas regiones, pero lo único que ha hecho occidente para detener este genocidio es darle más armas a Ucrania”, expresó. 

“A partir del reconocimiento, ante el Ejército ucraniano no están ya las milicias y civiles desarmados de estas repúblicas, sino el Ejército ruso porque Putin dio la orden de entrar en estos territorios y garantizar la paz –aseveró-. Ahora es otro cantar”. 

Sostuvo lo que ya ha planteado en anteriores análisis de este tema: “El objetivo real es parar el crecimiento económico, industrial, energético de países como Rusia y China. Uno de los puntos clave es detener el gasoducto Nord Stream 2 para que las empresas de EE.UU. puedan seguir vendiendo el gas licuado a Europa. De eso se trata todo esto”. 

En cuanto al aspecto geoestratégico, dijo que occidente no quiere hablar de lo que significaría para Rusia que un vecino hostil, como Ucrania, sea dotado de armas estratégicas de la OTAN. “No olvidemos que estamos hablando del Ejército ruso, el mismo que impidió que Moscú cayera en manos de Napoleón o de Hitler”. 

Calificó como una ironía que el gobierno de Zelenski se presente ante el mundo como nacionalista y está controlado plenamente por EE.UU y OTAN. 

“Es un hecho diplomático fundamental que Putin haya dado por concluidos los Acuerdos de Minsk al reconocer los nuevos estados”, planteó Pérez Pirela y leyó el comentario de la periodista Nailé Manjarrés, del programa Entre líneas, quien observó que “Putin hizo caer lo que ya estaba guindando: unos acuerdos a los que las partes le daban tanta relevancia como a las resoluciones de la ONU”. 

En torno a la postura de la Unión Europa, dijo no tener “la menor duda de que Josep Borrell y compañía se están frotando las manos ante este horizonte bélico. Una vez más, EE.UU. pone a Europa a pelearse en territorio europeo, mientras ellos están bien lejos”.  

Palabras y nombres clave

Ucrania, Rusia, Estados Unidos, OTAN, Donbás, Donestk, Lugansk, Acuerdos de Misk, Nord Stream 2, Vladimir Putin, Joe Biden, Volodymyr Zelenski, Denis Pushilin, Leonid Pásechnik Joseph Borrell, Serguéi Lavrov, Antony Blinken, Dmytro Kuleba, Enmanuel Macron, Xi Jinping , Boris Johnson, Olaf Scholz, Jens Stoltenberg, Dmitri Peskov, Serguéi Kislitsa, Úrsula von der Leyen, Rosmary Dicarlo, Vasili Nebenzia, Linda Thomas-Greenfield. 

Fuentes citadas

LaIguana.TV / El Iguanazo de Iván Lira / HispanTV / RT, Reuters.  

Contribuciones

Pérez Pirela agradeció los aportes realizados durante el programa por los usuarios Carlos Rafael López Martínez y Caza de Brujas a través de la plataforma Youtube. 

(LaIguana.TV)