El primer ministro israelí, Naftalí Bennett, viajó este sábado a Moscú y se reunió con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un intento de mediar por el fin del conflicto armado tras la invasión rusa de Ucrania. Así lo informó el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

«El primer ministro despegó hacia Moscú temprano esta mañana, después de las conversaciones con los líderes del pasado miércoles», confirmó en un escueto comunicado el gobierno de Israel.

«Están discutiendo la situación en torno a Ucrania», dijo Peskov ante la prensa, según recogió la agencia de noticias Sputnik. Poco después de la invasión rusa a Ucrania, iniciada el 24 de febrero, Bennett había ofrecido a su país como mediador entre Moscú y Kiev.

El mandatario israelí mantuvo el miércoles largas conversaciones telefónicas tanto con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, como después con Putin, en las que se ofreció como mediador para poner fin a la guerra en virtud de la buena relación directa que Israel mantiene con ambos países.

El propio Zelensky señaló que confiaba en el papel mediador de Israel e incluso planteó una cumbre en Jerusalén, aunque al parecer Putin habría rechazado esa opción al decantarse por las conversaciones en Bielorrusia.

El comunicado oficial del gobierno no menciona ni a Ucrania, ni la invasión rusa, en línea con el tono medido y el perfil bajo que Israel ha mantenido sobre el conflicto, para no dañar su estratégica relación con Rusia, aunque mantiene su alianza con las potencias occidentales y Estados Unidos y ha defendido la «integridad territorial y soberanía de Ucrania».

Israel mantiene una coordinación estrecha con Rusia desde el comienzo de las hostilidades en Siria para bombardear posiciones de fuerzas proiraníes que se han mantenido en estos días desde el inicio de la guerra en Ucrania, algo que para el Estado judío es prioritario en su agenda exterior.

Benett insistió en que la posición de Israel es «mesurada y responsable», ya que es uno de los pocos países del mundo que mantiene una buena relación y comunicación directa tanto con Rusia, como con Ucrania.

Además en Israel viven unos 1,2 millones de judíos provenientes de la antigua URSS, la mayoría de Rusia y Ucrania; países donde también residen importantes comunidades judías a las que el gobierno israelí no quería perjudicar posicionándose de forma clara ante la invasión.

El primer ministro israelí, judío ortodoxo, tomó la inusual decisión de viajar en pleno shabbat, la fiesta judía semanal en la que la actividad política se paraliza en Israel.

Junto con Benett, viajó el ministro de Construcción y Vivienda, Zeev Elkin, nacido en Ucrania y ruso-parlante, quien ejerció de traductor en la reunión que duró unas dos horas y media, según medios hebreos. También acompañaron al primer ministro, su asesor de Seguridad Nacional, Eyal Hulata; su asesor diplomático, Shimrit Meir; y su portavoz, Matan Sidi.

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