Las nuevas sanciones de la Unión Europea contra Rusia afectarán a más de un centenar de personas, declaró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. 

«Quiera anunciar a esta Cámara que a estas horas se ha circulado a los Estados miembros un nuevo paquete de sanciones que incluye a más de 100 responsables de distintos niveles del Gobierno y de la nomenclatura rusa, y más sanciones económicas espero que sean aprobadas antes de que acabe esta sesión», dijo Borrell al intervenir en el Parlamento Europeo.  

La Comisión Europea comunicó que «se han incluido en la lista otras 160 personas con respecto a acciones que socavan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania», alcanzando así un total de 862 individuos y 53 entidades rusas sancionadas por la UE. 

La mayoría de los nuevos sancionados, 146, son miembros del Consejo de la Federación Rusa, que ratificaron las decisiones gubernamentales de los Tratados de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua con las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y el resto son personalidades clave en la economía rusa. 

«14 oligarcas y destacados empresarios involucrados en sectores económicos clave que proporcionan una fuente sustancial de ingresos a Rusia, en particular, en las industrias metalúrgica, agrícola, farmacéutica, de telecomunicaciones y digital, así como a sus familiares», dice el texto. 

El alto funcionario europeo aseguró que las sanciones también tendrían efectos a largo plazo sobre la población rusa. 

«Desgraciadamente no podemos esperar que tengan efectos en los próximos días. Su impacto será duradero pero se manifestará progresivamente a lo largo del tiempo», subrayó Borrell. 

Además, el alto diplomático europeo criticó «la vulnerabilidad» de la economía rusa al señalar la «impresionante» caída del rublo e indicó que «la economía rusa está poco intrincada con la economía mundial». 

«Rusia es hoy básicamente una gasolinera y un cuartel. Es un sitio donde venden hidrocarburos y con ello alimentan a unas Fuerzas Armadas dispuestas a intervenir donde haga falta, desde el Sahel al Cáucaso, por Siria y ahora en Ucrania», resaltó Borrell. 

Asimismo, el jefe diplomático advirtió que «las consecuencias de las sanciones que hemos decidido aplicar contra Rusia en la dimensión financiera y económica», es uno de los dos factores incontrolables de la UE junto con «el equilibrio del poder militar». 

«Esta confrontación va a durar, es como el COVID y no va a desaparecer un buen día, va a permanecer y dejar su marca en la historia y su evolución va a depender de varios factores que no controlamos», destacó Borrell. 

Donetsk y Lugansk, territorios que se independizaron de Ucrania en mayo de 2014, pidieron asistencia militar a Moscú para frenar los bombardeos de Kiev que, según ambas repúblicas, se intensificaron desde mediados de febrero. 

El 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una «operación militar especial» en el territorio de Ucrania y el Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no van dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica. 

Tras el inicio de la operación militar, Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en algunas ciudades, y decretó la movilización general. 

Las sanciones sectoriales, también por primera vez, incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la paralización de las reservas internacionales de su Banco Central y el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas. 

(Sputnik)