El afán de venganza por parte de los países que optaron por las sanciones contra Rusia puede repercutir dolorosamente en sus economías, declaró el embajador de Rusia ante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Alexandr Lukashévich. 

«Creo que el afán de venganza en el plano económico por nuestra operación [en Ucrania] puede repercutir dolorosamente en las economías de los países que levantaron el garrote de las sanciones», dijo a los periodistas. 

El diplomático también señaló que le extraña la posición mantenida por los «pequeños de Europa» en materia económica. 

«Me extraña mucho la posición de los llamados pequeñines europeos, que se olvidaron por completo de su dependencia del gas ruso y se alinearon para respaldar a EEUU y la UE en su política de reprimir la cooperación energética con Rusia. Lo que más me preocupa es la posición absolutamente irresponsable de los dirigentes de tales países», señaló. 

Rusia empezó una «operación militar especial» en Ucrania el 24 de febrero con el fin de proteger a las personas de Donbás que «a lo largo de ocho años sufren vejaciones y genocidio por parte del régimen de Kiev», según definió su objetivo el presidente ruso, Vladímir Putin. 

Según el Ministerio de Defensa de Rusia, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica. 

Los países occidentales en respuesta a esa operación empezaron a imponer sanciones contra Rusia. 

Estados Unidos prohibió el 8 de marzo importar de Rusia petróleo, algunos de sus derivados, gas natural licuado y carbón. 

El Reino Unido declaró que hacia finales de 2022 dejará de importar el petróleo ruso y sus derivados. 

Según informó la subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, los embajadores estadounidenses procuran convencer a los países de su órbita de que se unan a las sanciones antirrusas. 

(Sputnik)