Cualquier virus cambia con el tiempo, y el SARS-CoV-2 no es la excepción.  

Se han encontrado una o dos mutaciones al mes en su genoma. La mayoría de ellas tienen poco o ningún efecto sobre las propiedades del patógeno. Pero hay algunas que le dan ventajas vitales. Por ejemplo, aumentan su tasa de propagación o le permiten evadir la inmunidad.  

La consolidación de estos cambios es lo que lleva a la aparición de nuevas variantes del virus. 

(Sputnik)