Estados Unidos ha tenido siempre el objetivo estratégico de eliminar a Rusia como un país que amenaza su hegemonía. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial lo hizo con el argumento de la amenaza comunista que encarnaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), pero luego de la desaparición de esta, ha quedado en evidencia que aquello era una coartada, pues ya Rusia no representa al comunismo y EE.UU. siguen empeñado en acabar con destruirla.

Este fue uno de los planteamientos centrales que sostuvo Atilio Borón en su conversación con  Miguel Ángel Pérez Pirela, en la sección Jueves de filosofía del programa Desde donde sea.

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Continuamos  con el ciclo de conversaciones con algunos de los más grandes pensadores de Nuestra América respecto a la guerra que se libra entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que encabeza Estados Unidos, y Rusia, una guerra que tiene como campo de batalla Ucrania y Europa. Es hora de mentes lúcidas, comprometidas y corajudas, con capacidad para decir las verdades que la dictadura neofascista mediática 2.0 internacional está escondiendo. Para ello tenemos a uno de los más grandes intelectuales en lengua castellana, mi amigo, hermano y maestro, Atilio Alberto Borón, archiconocido sociólogo, politólogo, catedrático y escritor argentino, doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard, profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e investigador adscrito del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC) de dicha facultad. Son momentos álgidos, Atilio, que tú habías venido anunciando. ¿Cuáles son los elementos históricos fundamentales que nos han hecho llegar a esto?

Atilio Borón (AB): Está bien esa presentación que haces porque la verdad es una guerra entre Estados Unidos con sus socios de la OTAN contra Rusia, en la que Ucrania pone los muertos y la destrucción del territorio. Yo voy a hacer un paralelismo que puede ser arriesgado, y es preguntarnos cómo se resolvió la Crisis de los Misiles en 1962 en Cuba. Cuando se habla de eso, muchas veces se dice que fue porque la Unión Soviética emplazó misiles en Cuba. Pero resulta que eso pasó porque pocos meses antes, EE.UU. había emplazado misiles de largo alcance en Turquía. Nikita Kruschov dijo: “Si ustedes no quieren retirar los misiles que pusieron en mi frontera, muy cerca de Moscú, yo les pongo los míos en Cuba”. Y la resolución del conflicto se produjo a partir de un diálogo directo entre (Jonh F.) Kennedy y Kruschov. A partir de la Crisis de los Misiles apareció el famoso Teléfono Rojo, que permitía comunicar sin intermediarios al Kremlin con la Casa Blanca. Al gran Fidel Castro lo dejaron al margen, no lo incluyeron en esa negociación, cosa que él criticó acerbamente. La población en Cuba reaccionó negativamente. Los cubanos cantaban: “¡Nikita, Nikita, lo que se da no se quita!”. Pero en la conversación final no tuvo nada que ver Fidel, a pesar de que era un líder de rango universal. Comparémoslo con el payaso que hay en Ucrania, con todo respeto para mis amigos payasos que son artistas. En el diálogo magnífico que sostuviste esta seman con Ramón Grosfoguel creo que él habló de la entrevista de Fox con un coronel retirado del Ejército de Estados Unidos de apellido Mc Gregor en la que él afirma que las operaciones realizadas hasta ahora por Rusia son preliminares. Dijo que “no han hecho lo que hacemos nosotros, que es bombardear con la Fuerza Aérea y arrasar todo: puentes, caminos y lo que sea”. Le preguntaron por la actitud de (Volodimir) Zelinsky y dijo que era una marioneta, un títere de EE.UU. No lo dijo Diosdado Cabello, no lo dijiste tú, no lo dijo Nicolás Maduro, no lo dijo Atilio Borón, sino un oficial retirado de EE.UU. Imagínate la cara del ancla de Fox cuando entendió que este hombre no iba a condenar la acción de Rusia sino a decir que EE.UU. lo hubiese hecho de un modo salvaje. Tenemos el caso del hospital que fue objeto de un ataque, que la prensa canalla le atribuye a Rusia, pero que había sido evacuado tres semanas atrás y por eso no hay fotos o videos de gente muerta. No dicen que era utilizado como refugio de integrantes del Batallón Azor. Acá hay una guerra no declarada oficialmente, pero en plena marcha, entre EE.UU. y Rusia. El objetivo es lograr lo que hicieron en Yugoslavia, que la destruyeron y de ella sacaron siete países, luego de haber sido un modelo exitoso de multiculturalismo, un tema que agobia a tantos países. El mariscal (Josip Broz) Tito, después de la Segunda Guerra Mundial logró una fusión, una articulación entre diferentes etnias, nacionalidades y religiones, y eso funcionó, hasta que estos tipos destruyeron todo. Quieren hacer lo mismo con Rusia y ella reacciona ante esa agresión. Hay que recordar que James Baker, secretario de Estado de la época, le aseguró a Gorbachov que la OTAN no se movería una pulgada hacia el este. Lo mismo dijo Helmut Kohl, cuando aseguró que en la ex Alemania Oriental no habría bases de la OTAN. Mintieron escandalosamente estos politiqueros y avanzaron hasta cubrir casi toda la frontera, salvo Bielorrusia y Ucrania y por eso, en cierto momento, Putin y la dirigencia rusa no tuvieron otro remedio que decir: “Bueno, esta es la línea roja porque si establecen bases de misiles en Ucrania, estos pueden llegar a Moscú en un lapso de apenas entre 5 y 7 minutos y eso es para nosotros inaceptable”. Putin, apenas al llegar al poder, dice que Rusia hizo todo lo que le pidieron, inclusive disolver el Pacto de Varsovia, que se había creado en 1956 como respuesta al pacto de la OTAN de 1949. Fíjense en los tiempos: la Unión Soviética que era para EE.UU., igual que hoy Putin, la encarnación del mal, demoró siete años en armar ese pacto entre los países de la Europa Oriental para defenderse de la OTAN. Ni bien se desintegró la URSS, una de las primeras acciones fue darle el acta de defunción al Pacto de Varsovia. La OTAN tenía que haber hecho lo mismo puesto que el enemigo era el comunismo y ya no había más comunismo, pues Rusia se había vuelto capitalista, se integró a la economía mundial, se abrió a la inversión extranjera, depositó sus ahorros en bancos europeos y norteamericanos. Entonces, ¿cuál es el rollo con Rusia? No era el comunismo, no lo era. Es destruir un país enormemente grande que puede ser un freno a la ambición imperial, al plan de dominación mundial (citando a Noam Chomsky). Rusia es tan grande como toda Suramérica, sacándole solo al estado Zulia de Venezuela. Entonces, el comunismo era la coartada porque Rusia dejó de ser comunista y aun así redoblaron el ataque. Hubo cinco períodos de expansión de la OTAN para ir, poco a poquito, rodeando a Rusia. Y hay que tener en cuenta una cosa: no es cierto que todos los países de la Unión Europea están en la OTAN.

MAPP: ¡Correcto! Austria, por ejemplo, no está.

AB: Irlanda tampoco ni Suecia.

MAPP: Es decir, que no era una locura ni una petición absurda de parte de la Federación Rusa que Ucrania quedara fuera de la UE y de la OTAN.

AB: No. Es más, Putin había dicho que si Ucrania quería entrar a la UE, Rusia no tenía ningún problema con eso. El punto es que la UE no es la OTAN porque una tiene como motivo la integración económica y la otra es un pacto militar. Rusia tiene relaciones económicas muy sólidas con Europa. Es la que le suministra el gas, el que necesita 40% de la industria alemana. El problema para Rusia no es que Ucrania esté en la UE, sino que esté en una organización ofensiva, con armamento nuclear, estacionada en su frontera. Esto arrancó con el amigo Bill Clinton. Por eso cuando me dicen que hay presidentes progresistas en EE.UU., yo tiemblo, porque esos son los peores.  Clinton es muy simpático, y toca el saxo, como vos, y Obama es afroamericano y con un pensamiento supuestamente de avanzada, pero son los peores. Con Clinton comenzó la destrucción de Yugoslavia. Sin pasar por el Consejo de Seguridad, la OTAN desató la guerra en los Balcanes, violando la institucionalidad de las Naciones Unidas hasta el punto de casi ocasionar una guerra en toda Europa. Se llamó a una Conferencia de Seguridad Europea, en Munich, en 2007 y Putin plantea que Europa, todos los países, necesita fronteras seguras. Hoy en día, solo Rusia carece de fronteras seguras porque está cercada desde el Báltico hasta el mar Negro por una organización militar célebre por su belicosidad.

MAPP: Es impresionante ver en el mapa cómo Rusia está rodeada por bases militares.

AB: Sí. Está rodeada por occidente, por el sur, por varios de los países del Asia Meridional, y también por el Sudeste Asiático. (Mostró un mapa tachonado de banderas estadounidenses en casi todos el perímetro de Rusia).

MAPP: Y quieren hacer ver que el conflicto lo genera Putin porque se parece a Hitler…

AB: Pero para ser ecuánimes, para que no digan después que en tu programa tienes una visión ideológica distorsionada, les muestro marcadas en rojo las bases militares que Rusia tiene en la frontera norteamericana (mostró un mapa en el que no aparece ninguna bandera rusa). No hay ni una sola.

MAPP: Bueno, Putin se los ha dicho, ha preguntado cómo reaccionaría EE.UU. si ellos colocaran bases en Canadá o en México.

AB: Pero, además, hay un profesor de la Universidad de Chicago, un hombre bastante conservador, John Mearsheimer, que dijo en 2014 que la reacción de Putin al tomar Crimea fue totalmente natural y que EE.UU. habría hecho lo mismo,  que jamás habría aceptado un golpe de Estado patrocinado por una potencia adversaria que desaloje un gobierno proamericano en México o Canadá. Eso hubiese generado una inmediata invasión de EE.UU. al país en cuestión para poner las cosas en orden. Esto demuestra que a veces algunos teóricos conservadores son más lúcidos que la gente del progresismo light descafeinado de América Latina, que se rasgan las vestiduras y repiten las consignas de “No a la guerra” sin considerar que esta guerra empezó hace 30 años, que vino en una secuencia, que este es su tramo final, que no le dejaron a Putin otra alternativa que salir a la contraofensiva.

MAPP: Y Putin lo expuso en varias de sus alocuciones previas. Insistió en la línea roja a la que tú hiciste referencia. Y la respuesta de la OTAN fue prácticamente pueril, infantil: “Si no quieres OTAN vas a tener más OTAN”. Una clara provocación.

AB: El otro día, Ramón Grosfoguel habló en tu programa de ese informe de la Rand Corporation en la que se plantea cómo evitar que Rusia reemergiera como una potencia de rango global. Este plan lo pidió el Pentágono al año siguiente del derrumbe de la Unión Soviética. El informe en esencia lo que dice es que hay que inducir a Rusia a extenderse más allá de sus capacidades, haciéndola entrar en guerras de diverso tipo. Esto fue recogido por Paul Wolfowitz, un subsecretario de Defensa con George Bush padre, quien elaboró un informe especial en el que se decía que Rusia tenía que ser provocada a salir fuera de su frontera para que se desangrase económica, financiera y políticamente. Ese es el plan. Por eso Putin esperó quince años luego de esa conferencia de 2007. Ha preguntado qué más quieren de los rusos, si ya han abjurado del comunismo, abierto la economía, desarrollado el capitalismo, invertido dinero en Europa y en los mismos EE.UU. Lo que quieren es acabar con un país que puede ser una amenaza a la hegemonía norteamericana. Ellos procrearon esta guerra, le pusieron esta trampa a la que este hombre se resistió, pero llegó el momento en que no tenía más remedio. Fíjate que esta semana descubrieron laboratorios de armas bacteriológicas y no era uno, sino 30 laboratorios.

MAPP: Que fue la excusa por la que bombardearon y acabaron con Irak, entre otros países.

AB: Exactamente. Y lo interesante es que estaba empezando a salir información sobre esto que revela que el director del más avanzado de estos laboratorios era un personaje formado en EE.UU. Yo no creo en teorías conspirativas, pero tampoco soy un estúpido que piensa que las cosas ocurren al azar. Por algo Putin, que como decía Kissinger en 2014, es alguien a quien debe tomarse muy en serio porque es un gran estadista y un estratega de primer nivel, en la gran tradición de los cancilleres y ministros de Relaciones Exteriores que Rusia tuvo desde Pedro el Grande para acá. Lo digo porque algunos amigos me acusan de estar deslumbrado con Putin, pero esto lo dijo Kissinger, que es un criminal de guerra, pero con una capacidad de análisis fenomenal. Entonces, está claro que Putin no es un monigote, sino un personaje excepcional.  Además, es un hombre que tiene una visión del mundo producto de su función como  espía, pues fue coronel de la KGB, asentado nada menos que en Alemania.

MAPP: Y sus primeros trabajos de investigación como funcionario de inteligencia, casi en tiempos de pasante, fueron sobre la OTAN.

AB: Imagínate si no los conoce. Él se da cuenta de cuáles son los planes que EE.UU. tiene y sabe también cuál es el rol que le corresponde a Rusia en el nuevo equilibrio mundial. La transición geopolítica global, de la cual tanto se ha hablado, la emergencia del mundo multipolar, que la comenzó nuestro comandante eterno Hugo Chávez Frías, es una transición que ya se acabó. Y esto es lo que está enloqueciendo al establishment estadounidense. En la fase anterior había un conjunto de naciones que más o menos se equilibraban entre sí, pero hoy tenemos una Europa en decadencia, en una degradación total de su influencia global. Por ejemplo, Francia no tiene ya ninguna gravitación en los asuntos que ocurren cruzando el Mediterráneo, en el norte de África o en el Medio Oriente, cuando antes era, junto a Inglaterra, quien gobernaba en esas regiones. Recordemos que en 1956, cuando (Gamal Abdel) Nasser quiere nacionalizar el canal de Suez, quienes se oponen fueron Francia e Inglaterra, porque eran las potencias regionales en esa época y Eisenhower destrabó eso diciéndoles: “Chicos, ustedes ya son potencias jubiladas”. Esa declinación de Europa en los asuntos mundiales no hizo sino acelerarse en los últimos 20 años. ¿Hoy en día a quién le preocupa lo que diga Boris Johnson, una marioneta sin la menor relevancia; o Macron u Olaf Scholz, el canciller alemán. No juegan en las grandes ligas. Y también declinó la influencia de un país que en los años 80 parecía que iba a tragarse a EE.UU., como lo fue Japón. En esos años el temor en EE.UU. era que los japoneses estaban comprando la General Motors, la Ford, el edificio Chrysler… hoy Japón ya no cuenta más. A Japón, EE.UU. la destruyó económica y financieramente y el progre Obama le impuso a Japón una reforma constitucional para que sus fuerzas armadas puedan salir del territorio japonés. Este es el mundo que está creando EE.UU. para evitar perder posiciones. Están rearmando a Japón, con lo que eso significó en vísperas de la Segunda Guerra Mundial y ahora, una noticia de los últimos días, es el rearme alemán. Alemania se ha lanzado en una carrera alocada a duplicar del 1% al 2% del PIB el presupuesto militar. Además, por primera vez desde 1945, Alemania toma partido en una guerra europea, al colaborar con Ucrania. Esto dice que EE.UU. hoy en día ya no cuenta con la solidez de una Europa firme; no cuenta con un Japón con fuerza suficiente y se enfrenta a una alianza entre Rusia y China que es de una fortaleza extraordinaria. De allí su desesperación por atacar a Rusia que es el aliado fundamental de China. Esta es la lógica que preside este enfrentamiento, esta trampa, esta reacción de Putin y esta situación de Europa que no se va a quedar confinada en Ucrania, sino que probablemente rebase hacia otros países europeos.

MAPP: ¿Qué rayos está ganando Europa en una guerra que los va a dejar sin gas ni gasolina o con esos productos a precios exorbitantes? Ya Borrell ayer, de forma completamente descarada, les dijo a los europeos que deben gastar menos gas. EE.UU. propicia una guerra dentro de un territorio plagado de centrales nucleares y armas nucleares.

AB: Europa no gana absolutamente nada. Es la gran perdedora en toda esta historia. No solo va a ser testigo de la destrucción de un país, como Ucrania, donde lo peor está por venir, sino que probablemente produzca un desquicio en toda la UE en la medida en que tenga que enfrentar oleadas de cinco, seis, siete o diez millones de personas huyendo de la guerra y de la hambruna. No olvidemos que Ucrania y Rusia son graneros del mundo. Se está augurando una crisis alimentaria fenomenal. ¿Por qué Europa se presta a esto? Porque EE.UU. se las ingenió para tener a Europa en su bolsillo.  A través de la UE, del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional y del OTAN, Washington decide lo que hace Europa. Pocos gobiernos han tenido la valentía de plantarse ante EE.UU. para ejercer su soberanía nacional. Antes no lo hacían porque estaban espantados por el fantasma del comunismo. Buscaron ponerse bajo el paraguas norteamericano ante lo que consideraban una inminente invasión del Ejército Rojo que llegaría hasta Portugal en su avance desde los Urales. Ahora el temor declarado es el autoritarismo, la autocracia de Putin, pero el verdadero temor es que Rusia sea demasiado grande y se convierta no en la potencia dominante, pro sí en un árbitro de la política europea, que fue lo que hizo Rusia en la época de los zares, en el siglo XVIII, más que nada. En ese tiempo las guerras interminables entre los europeos (que lo único que saben hacer es pelear entre ellos, someter a otros pueblos y organizar tráfico de esclavos), el equilibrio lo proporcionaba el zar, que de alguna forma era el fiel de la balanza. Eso está presente todavía en el imaginario de la clase dirigente europea y por eso se han arrojado en brazos de EE.UU.

MAPP: En estos días, con un toque de humor, la portavoz rusa María Zajárova le respondió a un funcionario francés que declaró que harían todos los esfuerzos para arrodillar económicamente a Rusia. Le dijo que tienen 800 años tratando de hacerlo. 

AB: Y han fracasado y van a fracasar otra vez. Europa no tiene nada que ganar. Va a poner los campos donde habrá destrucción de cosechas, pérdida de animales, destrucción de ciudades, muertes por miles y miles y millones de refugiados que representan no solo un problema económico sino que exacerban las tendencias más retrógradas, reaccionarias y chauvinistas de la política europea.

MAPP: No olvidemos que hay una efervescencia de partidos ultraderechistas en varios países de Europa, y en otros ya están en el poder, a imagen y semejanza de los años 20, 30 y 40 del siglo pasado.

AB: Eso se va a exacerbar. Luego veremos a los intelectuales y medios europeos lamentándose del triunfo del fascismo, pero ellos mismos han hecho todo lo posible para que eso ocurriera. Europa tiene todo para perder. Habría tenido mucho para ganar si hubiera seguido teniendo buenas relaciones con Rusia. Tendrían suministro seguro de gas porque Rusia siempre ha cumplido y le ha pagado a Ucrania por el gasoducto que pasa por territorio ucraniano rumbo a los países de Europa. Dejemos de prestarle oídos a lo que dicen algunos pseudoizquierdistas latinoamericanos que hablan del imperialismo ruso. Las inversiones en el exterior de Rusia no llegan a 10% de las inversiones en el exterior de EE.UU. No hay ninguna seriedad en el manejo de estas categorías.

MAPP: Muchos analistas dicen que Europa lo que ha hecho es empujar a Rusia hacia China. ¿Qué crees?

AB: Absolutamente. Si hubiesen sido más inteligentes, el empujón no hubiese sido tan fuerte. Hay dos cosas: Europa empuja por su miopía, producto de la absoluta mediocridad de la clase dirigente europea, como lo plantea en varios artículos Boaventura de Sousa Santos. Lo segundo es la enorme capacidad de atracción de ese verdadero Júpiter económico que es China hoy. Es el primer socio comercial o financiero de 144 países, algo que jamás lo logró EE.UU. en toda su historia. Aunque los europeos, en su estupidez, no hubieran empujado a Rusia, ella naturalmente se iba a una alianza de largo plazo, estratégica, con China. ¿Qué necesita China? Necesita agua, gas, petróleo y eso es lo que tiene de excedente Rusia en su enorme territorio. Rusia también puede darle a China tecnología de punta en la industria militar. Hay una absoluta complementación entre ambas potencias. Los chinos, que son una civilización milenaria, con gran experiencia en todos estos asuntos de guerras y tensiones internacionales se dieron cuenta muy tempranamente que después de Ucrania venía Taiwán. Por eso plantearon desde el principio una política que se ha ido haciendo cada vez más fuerte en contra de la injerencia norteamericana y en contra del papel de la OTAN en Ucrania y Rusia. Ellos saben muy bien que una Rusia debilitada podrá serles de menos ayuda en momentos en que inevitablemente. EE.UU. procure avanzar en la destrucción de China, empezando con una provocación que será reconocer la independencia de Taiwán y su definitiva separación de China. Voy a contarles una anécdota que nunca hice pública. Yo estuve en 1997 en China, cuando se iniciaba su fenomenal despegue económico que lo ha llevado a ser la principal economía del mundo, se le mida como se le quiera medir. Conversé entonces con algunos funcionarios, no de muy alto rango, pero eran asesores de otros con algún poder de decisión en el aparato estatal chino. Me sorprendió ver cómo estaban compaginando una estrategia de atracción del capital extranjero, una apertura, pero sabemos que más pronto que tarde, EE.UU. nos hará la guerra, que va a intentar destruirnos porque jamás va a tolerar una China fuerte y poderosa. En ese tiempo me pareció una afirmación un poco exagerada.

MAPP: Pero hoy no…

AB: Ahora no, la historia los absolvió, como diría Fidel. La historia les dio la razón y por eso Obama desplazó el grueso de la flota de EE.UU. hacia el mar del Sur y el mar del Este de China. Están preparando el asalto. La primera fase es destruir al gran aliado, que es Rusia. Pero les va a salir mal la historia porque Putin no se va a quedar empantanado como le pasó a los soviéticos en Afganistán porque el hombre tiene a su disposición una capacidad de ataque fenomenal. Cuando vea que la intransigencia es absoluta, dirá que no se va a emplear armas nucleares, pero van a bombardear alguna de las ocho centrales nucleares que tiene Alemania en su pequeño territorio y alguna de las 58 centrales nucleares que tiene Francia. Basta con que él le diga a su alto mando que saque de circulación dos de esas centrales en cada país y se acabó la historia porque ¿qué van a hacer Alemania y Francia? Además, Rusia ha dado un salto tan fenomenal en tecnología misilística que EE.UU. no tiene cómo resolver esa desventaja por ahora. Tienen misiles hipersónicos que se desplazan a 7, 8 o 9 mil kilómetros por hora. El misil más rápido de EE.UU. no va más allá de 1.500 kilómetros por hora. Estos misiles podrían llegar en menos de hora y media de Moscú a Nueva York.

MAPP: La propagando occidental, de forma hegemónica, dice que a Rusia todo le está saliendo mal porque no ha llegado todavía a Kiev. Lo presentan como una debilidad cuando se ha hecho de ese modo para evitar daños mayores a los civiles.

AB: Es lo que dice el coronel McGregor. Ellos pueden llegar cuando quieran. El tema es que no han querido llegar del modo americano, produciendo gigantescos daños colaterales. No hay ninguna duda. Por eso creo que Ucrania y los europeos están jugando con fuego; que es muy grande la mediocridad de la dirigencia Europea; que es evidente el fracaso de la izquierda y de los verdes europeos, que eran una esperanza de renovación. Todos se han convertido en unos furibundos partidarios de la OTAN y la ven como si fuera la Orden de las Carmelitas Descalzas, unas personas que van repartiendo la bondad y la felicidad por el mundo. Hay quien dice que, por el contrario, es la organización criminal más grande e importante del planeta y que ustedes, por cierto, la tienen en su frontera porque Colombia es aliado extracontinental de la OTAN, y la tenemos también en la Argentina, en nuestras islas Malvinas. La OTAN es un ejército imperial dirigido por EE.UU. (hay montones de pruebas de esto, no son los belgas ni los alemanes ni los portugueses quienes dirigen la OTAN), de alcance mundial, instalada en América Latina y el Caribe. Tú le decías a Grosfoguel que aparte de las bases colombianas, Venezuela está rodeada por otras en el Caribe…

MAPP: Sí, todas estas islas vecinas que hacen parte de países de la OTAN tienen bases militares, por no hablar de Guayana y Brasil. Es un mapa muy parecido al que tú mostrabas de Rusia.

AB: Y sabiendo las características de la OTAN, China sabe que no se va a quedar en Europa, que irá a atacarla de un momento a otro.

MAPP: Pero China tiene comprada parte de la deuda de EE.UU., un pequeño detalle.

AB: Además, hay un informe de un militar norteamericano, antes de esta guerra, en el que advertía al Pentágono que no se engañara porque si China decide invadir a Taiwán, resuelve ese tema en menos de dos o tres días y cuando EE.UU. llegue allá con sus pertrechos, ya los chinos habrán armado una fortaleza inexpugnable. Les dijo que recuperar Taiwán sería algo peor que la batalla de Okinawa y lo más probable es que la pierdan. En ese contexto hay que interpretar este tema, que ha dado lugar a muchos memes muy divertidos, que es la forma como el maestro Biden tiró a la basura a Juanito Guaidó y ha ido al pie de Maduro, con el sombrero en la mano y humildemente a decirle “mire, compañero, perdónenos, pero necesitamos su petróleo”. Eso le ha dado un espaldarazo fenomenal a la enorme y heroica resistencia del pueblo y del gobierno bolivariano frente a tantos años de bloqueo, agresiones, insultos, sabotajes e invasiones. No fue Maduro a Washington, sino Biden el que fue a Caracas. Según los memes, a Juanito lo están sepultando en Madrid y en la ceremonia están Leopoldo, María Corina y Vargas Llosa, que tiene a su cargo el responso fúnebre.

MAPP: Por cierto, EE.UU. también fue a Teherán. Está tocando las puertas de Venezuela y de Irán. Parece una reconfiguración energética y geoestratégica sin precedentes. ¿Cómo lo ves?

AB: La declinación de EE.UU yo la vengo pronosticando desde hace mucho. Por ejemplo, este artículo (lo mostró) titulado ¿Hacia una era post-hegemónica?: el fin de la Pax Americana, me lo publicaron allá en 1994, en la revista Security Dialogue, la única vez que acerté en una publicación indexada estadounidense. Cuando se publicó, me dijeron de todo: “charlatán, sudaca, no entiendes nada”. Pero se cumplió todo. Era algo que se veía venir viendo fríamente los datos, los números. ¿Por qué ahora van a Teherán y van a Caracas? Porque EE.UU. no puede reemplazar el gas ni el petróleo ruso. Supongamos que Biden diga “ya, comencemos”, no puede ser algo inmediato. No se trata de un tipo que vende arepas en las calles de Caracas. Es algo que debe pedirse con cuatro o cinco meses de anticipación. ¿Cuántos barcos especiales para transporte de gas se necesitan para llevar gas suficiente para la calefacción de Europa y para surtir a 40% de la industria alemana? Sería un convoy interminable. No hay, no existen esos barcos. Es mucho más lo que grita EE.UU. que lo que efectivamente tiene para esta confrontación.

MAPP: Biden dijo algo muy grave en boca del presidente de EE.UU.: que las sanciones son para evitar una Tercera Guerra Mundial. Y ayer, el presidente Nicolás Maduro dijo algo que me pareció muy asertivo, que ya comenzó la Tercera Guerra Mundial y las sanciones son armas de esa guerra. ¿Qué piensas tú?

AB: Está en curso. Por ahora es con armamentos convencionales y otros propios de la guerra híbrida. La guerra comunicacional está desplegada de una manera bestial. Ya es vomitiva la cantidad de mentiras que dice la prensa occidental, con un descaro absoluto. Llegan al extremo de usar  imágenes de videojuegos para decir que son ataques rusos.

MAPP: Y bloquean medios al peor estilo de Musolinni o Franco.

AB: Sí, entonces, ya esa guerra empezó. Lo que hay que hacer es evitar que pegue el salto a la guerra termonuclear porque, como Putin lo dijo, si se llega a eso no habrá ganadores. Todos perdemos. Con la tecnología vigente, ya  no funcionaría eso que llamaron la teoría del Primer golpe, del First strike, que estaba en los textos norteamericanos de los 80. En ese tiempo decían que si EE.UU. tomaba la iniciativa y daba un sablazo nuclear a la URSS, acababa con ella, no iba a haber capacidad de respuesta. Ya eso no es así. Aun a una pequeña potencia nuclear, como Corea del Norte no le podés mandar un bombazo nuclear y, al mismo tiempo, evitar que te responda. Por eso fue que Trump primero le dijo de todo a Kim Jong-un y, finalmente fue allá y peregrinó y se encontró con él en la frontera. Eso fue porque los japoneses y los coreanos del sur estaban temblando de pánico con esa escalada verbal. Los diplomáticos de estos países estaban acreditados en Washington le dijeron a Trump que este hombre es de armas tomar y tiene capacidad de réplica. En cuanto apriete el botón, ya Seúl, que se encuentra a 250 kilómetros, estará reducida a cenizas. Y Tokio, aunque está más lejos, se encuentra al alcance de un misil norcoreano. Por eso le rogaron que bajase la temperatura de diálogo. Y ahí fue cuando Trump retrocedió porque es más inteligente que Biden, quien es de una excelsa mediocridad.

MAPP: Y el hijo de Biden es alguien con muchos intereses en Ucrania.

AB: Claro, era el CEO de la compañía más grande de gas de Ucrania y ahora que el padre es presidente, él se quedó como director del Departamento Legal.

MAPP: De esto nadie habla.

AB: No, son  cosas que la prensa canalla oculta. Entonces, volviendo a una posible guerra nuclear, está claro que no habrá ganadores porque incluso si hay solo un pequeño intercambio de bombas, el invierno nuclear podría extenderse por todo el planeta y afectar a los países del sur, no se va a quedar solo en Europa. Y aquí hay un detalle muy grave: me parece que Biden está sufriendo un proceso muy serio de deterioro senil. Yo estoy seguro de que el establishment militar norteamericano le ha recomendado que no diga eso de la Tercera Guerra Mundial. Porque ese es una opinión que podemos dar tú o yo, pero no el presidente de EE.UU., que tiene en sus manos la botonera de las bombas.

MAPP: Tenemos a Inglaterra invadiendo las Malvinas desde hace tantos años, y tenemos a gobiernos que uno supone progresistas y de izquierda, reclamándole a coro a Putin que deje de invadir Ucrania, cultivando y nutriendo ese discurso hegemónico que nada tiene que ver con los ataques a la realidad.

AB: Hay ciertamente esa confusión de parte de una izquierda que se siente chantajeada por los medios hegemónicos, que siente que puede ser confinada y convertida en un sector totalmente marginal, en parias intelectuales si se aparta del consenso dominante, que, como dice el gran maestro Noam Chomsky, es un consenso manufacturado. Cuando se habla de la invasión de Putin estamos ante un contrasentido como sería plantear que Bolívar invadió el territorio de la Nueva Granada o que San Martín invadió a Chile. Una invasión es cuando se viola la soberanía de un país que no representa ninguna amenaza (ni militar ni verbal) para una potencia que arrasa a esa nación y ocupa su territorio. Los dos casos más importantes son el de Hitler con Polonia, que era neutral y fue invadida cuando no había ni siquiera empezado la Segunda Guerra Mundial; y  el otro caso es el de Irak. Pero cuando un país se defiende no se trata de una invasión. Hay que dar esta batalla: no ha habido una invasión rusa a Ucrania, sino una intervención, una incursión de las fuerzas armadas rusas ante un enemigo que estaba preparándose para dar un ataque mortal en contra de Rusia. Las campañas de nuestros libertadores Bolívar y San Martín, fueron similares. Ellos van a otros territorios porque allí se estaba rearmando la reacción realista para ahogar en sangre a la revoluciones de independencia de América Latina. Por eso no hablamos de la invasión de Bolívar o de San Martín, sino de sus campañas libertadoras. No es una equiparación absoluta, entre lo ocurrido acá en el siglo XIX y lo que está pasando hoy en Ucrania, pero hay que tener cuidado con los términos, hay una batalla semántica en este punto. No se trata de una invasión porque hubo una agresión previa y se va a librar la batalla en el lugar donde están los dispositivos del enemigo. ¿Qué otra cosa podía hacer cualquier gobierno: comunista, socialista o liberal si no lo que hizo Putin? Cualquier gobierno estadounidense lo hubiese hecho.

MAPP: Muchas gracias por tu participación. Sé que has estado muy activo en estos días, pero no podías estar ausente de este ciclo de Desde donde sea. ¿Cuál sería tu reflexión de cierre?

AB: Lo primero es mandarles un abrazo a ti y al equipo de La Iguana que está haciendo una tarea extraordinaria en eso que Fidel llamó  “la gran batalla de ideas”. Ustedes están llevando el estandarte más importante en América Latina y ojalá surjan muchos imitadores. Mi mensaje es que debemos mantener la convicción en nuestras creencias. Tenemos la razón de nuestro lado. Nuestro antiimperialismo tiene sólidos fundamentos históricos, teóricos, económicos y políticos. No tenemos motivos para cejar en nuestro esfuerzo. En estos momentos debemos hacer, como decía el Che Guevara, no creerles ni un tantito así. Si van a Caracas, vamos a hacer los negocios, pero nada más allá de eso. Ya le he salido al paso a unos estúpidos que dicen que Maduro va a romper su alianza con Rusia.

MAPP: Hoy se reunió la vicepresidenta Delcy Rodríguez con el canciller Serguéi Lavrov en Turquía.

 

AB: Sí, lo vi. Pensar eso es subestimar a Maduro, que ha demostrado tener una inteligencia política extraordinaria. Hay que seguir firmes en la lucha, no dejarnos engañar, saber que todos los grandes medios oficiales nos están mintiendo sistemáticamente. Recurrir a fuentes como La Iguana, recurrir, como mi blog www.atilioboron.com.ar, el portal Brasil De Fato. Y pensar que si seguimos hacer vamos a poder, finalmente, torcerle el brazo al imperio. Yo tengo fe en que lo vamos a lograr, tal vez más tarde que temprano, pero lo vamos a lograr.

MAPP: Yo recomiendo sobremanera tu blog como un refugio de ideas de avanzadas en estos oscuros tiempos de censura intelectual y de una izquierda titubeante, para informarse realmente sobre lo que está pasando. No te detengas, hermano, que tú eres luz intelectual, luz de batalla, luz de lucha para todos nosotros.

AB: Hasta la victoria siempre.

MAPP: Venceremos, Atilio Alberto.

(LaIguana.TV)