Este 22 de marzo, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela continuó analizando el decurso de los acontecimientos derivados de la guerra en Ucrania, si bien en esta oportunidad se enfocó en el devenir de las negociaciones, cuyo estancamiento sugiere que antes de pretender frenar el conflicto, hay poderes interesados en prolongarlo.
A modo de contexto precisó que en ejército ruso ha logrado establecer una suerte de medialuna en el este ucraniano, desde la frontera con Bielorrusia hasta Odessa en el sur, en procura de controlar los principales puertos en el Mar Negro.
De otra parte, indicó que Moscú anunció que las partes están de acuerdo en cuatro de los seis puntos en cuestión, en el marco de las conversaciones que sostienen las partes para poner fin al conflicto bélico.
Destacó asimismo que en Europa se consolida una crisis energética sin precedentes que ha afectado todos los mercados, frente al cual los gobiernos del bloque comunitario ya comienzan a anunciar recortes en el combustible y Rusia advierte que la prohibición de importación del crudo ruso traería consecuencias nefastas.
Para concluir la introducción, destacó que continúa el cerco contra los medios rusos y la imposición de una narrativa única antirrusa ante lo que evidentemente es una situación de elevada complejidad.
Negociaciones en curso, pero estancadas
Entrando en materia, el también director de LaIguana.TV indicó que han transcurrido más de tres semanas desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania. A la fecha, subrayó, el saldo se transa en muertes y destrucción, pero también en la imposición de medidas coercitivas unilaterales sobre la economía rusa cuyo impacto global es un hecho, así como la escalada de tensiones por varios frentes.
Por otro lado, recordó que el conflicto, como han apuntado diversos analistas desde el principio, si bien tiene como teatro de operaciones a Ucrania, es en realidad entre el Rusia y Occidente y amenaza con agravarse y extenderse, pese a que Moscú y Kiev entablaron conversaciones prácticamente desde el inicio de las hostilidades.
Pérez Pirela indicó que, sin embargo, a pesar de que ya se han concretado cinco encuentros entre las partes –tres presenciales y dos virtuales–, los avances han sido escasos y ni siquiera ha logrado concretarse completamente el establecimiento de corredores humanitarios para evacuar a la población civil.
En ese orden señaló que Según expresara este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, el gobierno ruso espera que las negociaciones con Ucrania fueran «más activas y sustanciales».
Refirió, asimismo, Peskov calificó de «procedimiento interno» el referéndum que propusiera el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para decidir cuál debe ser el formato que su país adoptará para los acuerdos con Rusia en relación con Crimea y el Donbás, si bien destacó que es prematuro hacer públicos los términos de las consultas porque ello «solo puede dañar el proceso de negociación».
En todo caso, para Zelenski, el objetivo prioritario es poner fin al conflicto armado y concretar garantías de seguridad para Ucrania, incluso antes de decidir qué sucederá con Crimea y la región del Donbás.
Sobre esto, recordó que la noche del pasado domingo, en una entrevista televisada, el mandatario sostuvo: «Esta es una historia muy difícil para todos. Tanto Crimea como Donbás, para todos. Y para encontrar una salida hay que dar este primer paso que dije: las garantías de seguridad, el fin de la guerra».
Citando a Zelenski, destacó que empero, este aseguró que está «dispuesto a plantear estos temas» en un eventual encuentro con su homólogo ruso, Vladímir Putin, si bien subrayó que la adopción de garantías de seguridad implica cambios en la Constitución y las leyes de su país, por lo que podría ser sometida a referéndum.
Más precisamente, el presidente de Ucrania detalló que «este proceso bastante largo será decidido tanto por la Rada –Parlamento– como por el pueblo de Ucrania. El formato de los compromisos con Rusia lo decidirá el pueblo. Le expliqué a todos los grupos de negociación: cuando se habla de todos estos cambios, y pueden ser históricos, no vamos a ningún lado, vamos a un referéndum. El pueblo tendrá que decir y responder a ciertos formatos de compromisos».
«Yo no creo que Zelenski tenga tiempo para hablar de referéndum ni para retrasar las negociaciones. Cada segundo que pasa hay más muertes y más daños materiales, ya no hay tiempo para proponer esas metodologías», añadió, por su parte, el experto venezolano.
De otra parte, comentó que desde el Kremlin apuntan que los delegados rusos entregaron los borradores del acuerdo a los representantes de Zelenski hace varios días, pero todavía no se ha producido ninguna reacción, lo que ha hecho que Moscú señale a su contraparte de retrasar innecesariamente el proceso.
A este respecto precisó que, para el canciller ruso, Serguéi Lavrov, el conflicto podría terminar rápidamente, si Kiev accede a las demandas de seguridad rusas –a las que calificó de «mínimas»–, si deroga la legislación antirrusa vigente y si detiene a los grupos neonazis, que operan sin restricciones y con el consentimiento del gobierno en todo el territorio ucraniano.
En relación con la presencia de grupos neonazis en Ucrania, subrayó que se trata de «una verdad que Occidente ha querido ocultar».
El analista puntualizó que el diplomático acusó a los Estados Unidos de torpedear bajo cuerda las conversaciones. En su decir, Washington sería el responsable de que la delegación ucraniana no haya aceptado lo propuesto por el gobierno ruso para poner fin a las hostilidades.
Comienzan a surgir intentos de mediación. China se ofrecía y Turquía dio algunos pasos, pero frente al estancamiento, Suiza, país que goza de un estatus neutral desde 1815, se ofreció como mediador entre Moscú y Kiev, pese a que respaldó la batería de sanciones impuestas por Occidente a Rusia.
Aunque es cierto que el concepto de neutralidad –no involucrarse en conflictos ni adscribirse a alianzas militares o geopolíticas– ha sufrido modificaciones desde entonces, la postura de Berna ha sido objeto de críticas, pues en los últimos años ha colaborado con la OTAN y presentó su postulación como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
«Este estatus neutral de Suiza se vende muy bien en los corredores de la burocracia internacional, pero a la hora de la verdad, no es tan cierta como dicen», interpretó el comunicador.
Apuntó, asimismo, que previamente, las autoridades rusas habían rechazado cualquier oferta de mediación procedente de países que se hubieran sumado a las medidas coercitivas unilaterales contra su país.
Según expresó el canciller Lavrov, las naciones occidentales están demasiado involucradas en el conflicto como para ser garantes de un eventual acuerdo de paz entre las partes. Asimismo, aseguró que el Kremlin no pretende cortar las líneas de comunicación con sus pares de Occidente, pero subrayó que no propiciará ningún acercamiento.
EEUU y la UE apuestan a la guerra, no a la paz
En otro ángulo de la situación, mencionó que, entretanto, Estados Unidos parece dispuesto a deteriorar todavía más su ya frágil relación con Rusia, pues la semana previa, el presidente Joe Biden calificó a su par ruso de «dictador asesino», «matón» y «criminal de guerra».
«Biden está jugando con fuego, Biden está perdiendo los tiempos. Yo no sé si terminará su mandato. El hijo de Biden, mientras tanto, metido hasta los tequeteques en negocios con el gobierno ucraniano», advirtió. «Es un títere de todo este sistema de guerra», dijo en referencia al habla vacilante del anciano mandatario.
El filósofo comentó que la reacción rusa no se hizo esperar, pues el gobierno del presidente Vladímir Putin tachó de «inadmisible e inexcusable» lo expresado por Biden, a quien recordaron que esas palabras provenían del jefe de un Estado «cuyas bombas provocaron la muerte de cientos de miles de personas en todo el mundo». Pero el asunto no acabó allí, pues este lunes la cancillería rusa convocó al embajador estadounidense en Moscú, John Sullivan, para entregarle una nota de protesta.
En relación con este tema indicó que el organismo publicó un comunicado en el que se anunció que «el 21 de marzo, el embajador de Estados Unidos, John Sullivan, fue convocado al Ministerio de Exteriores de Rusia y se le entregó una nota de protesta en relación con las recientes declaraciones inadmisibles del jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, sobre el presidente de Rusia».
De otro lado, en la misma jornada el Kremlin anunció que suspendía sus conversaciones con Japón en relación con la soberanía de las islas Kuriles, debido al apoyo de Tokio a las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Occidente.
El archipiélago, ubicado al extremo Oriente de Rusia, es objeto de disputa entre las dos naciones desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, con esta decisión, el tratado de paz en el que trabajaban desde hace varios años queda en suspenso.
«Rusia se está moviendo, Rusia está moviendo su ajedrez geoestratégico», comentó.
Al otro lado del tablero precisó que, desde el gobierno ucraniano, las posturas son contradictorias, toda vez que, aunque el presidente Zelenski ha hablado de paz y ha insistido en la necesidad de poner fin a la guerra, sus acciones parecen dar cuenta de lo contrario.
Así, relató que el pasado 19 de marzo el mandatario condecoró como «Héroe de Ucrania» al líder del Batallón Azov, fracción de las Fuerzas Armadas ucranianas de ideología neonazi sindicada de ajusticiar a la población de etnia rusa residente en el Donbás y de usar a civiles como escudo humano en el conflicto actual.
«Cuando Putin habla de la desnazificación de Ucrania, habla precisamente de la lucha contra un gobierno que ha tomado batallones paramilitares neonazis y los ha incorporado a las Fuerzas Armadas; no se trata solamente de la integridad territorial de Ucrania y de su soberanía, sino de estas operaciones, que han sido denunciadas por Moscú antes del inicio de la operación especial», añadió.
Por si ello no bastara, indicó que Zelenski no ha rechazado los múltiples discursos xenofóbicos proferidos por nacionalistas en los medios de comunicación, incluyendo los de un médico voluntario, quien aseguró que había ordenado al personal a su cargo que castrara a todos los rusos porque no eran humanos sino «cucarachas».
En detalle, relató que Guennadi Druzenko, un médico ucraniano director y fundador de la ONG Pirogov First Volunteer Mobile Hospital (PFVMH) declaró en ante las cámaras de televisión de su país que había ordenado al personal a su cargo «castrar a todos los heridos porque ellos son cucarachas, no humanos», según consta en un video difundido a través de las redes sociales.
Con respecto a lo que se conoce de Durzenko, refirió que tiene 50 años, es natural de Kiev, cuenta con un título en derecho y está especializado en derecho comparado en la Unión Europea, si bien participa de la fundación como «médico voluntario» en el frente de batalla al este de Ucrania.
Según consta en su perfil público de la Wikipedia, en los años 2011 y 2012 «trabajó como coordinador de desarrollo regional para el proyecto Inversión Local y Competitividad Nacional (LINC)», financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
En una nueva demostración de su escaso interés para poner fin rápidamente al conflicto, Zelenski anunció la ilegalización de diversos partidos de la oposición, en su mayoría de izquierda, amparándose en la ley marcial que rige en el país.
«No solamente se cercenan medios sino partidos políticos de izquierda en nombre de la libertad y la democracia», cuestionó el experto antes de puntualizar que esta práctica, que empezó en 2015 con la ilegalización del Partido Comunista, promete exacerbar todavía más las confrontaciones en el seno de Ucrania, que contrariamente a lo que refiere la narrativa occidental, son bastante más complicadas y no se remiten exclusivamente al nacionalismo, aunque este haya tenido un papel preponderante en los últimos años.
Europa, otro actor de esta ecuación, también ha movido sus fichas y en ese orden relató que la Unión Europea aprobó este lunes una nueva estrategia defensiva común que, analizada en detalle, luce como una copia al calco de lo establecido en la carta fundacional de la OTAN.
Pérez Pirela explicó que el documento, que fue presentado en 2021 por el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, se conoce con el nombre de Brújula Estratégica y ha sido modificado tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania.
En decir del diplomático, el propósito fundamental sería «preparar mejor a la UE ante acontecimientos como una guerra en suelo europeo» y el «ambicioso plan de acción» tiene como horizonte el año 2030. Además, dijo a los medios que, para Bruselas, esta aprobación supone «un punto de inflexión» que «llega en un momento muy importante», vista la necesidad del bloque para «incrementar» sus «capacidades en seguridad y defensa».
En particular, Borrell aludió a los 200.000 millones que la UE invierte en gasto militar, que es «casi cuatro veces más que Rusia (…) y tanto como China», si bien el monto no es en modo alguno comparable en términos de eficiencia. «Ciertamente, no es lo mismo 27 partes diferentes que una estructura militar integrada», alegó.
Para el diplomático, la UE está redefiniendo su estrategia de seguridad sobre la base de que el continente «está en peligro» y por ello cifró sus esperanzas en que las modificaciones ayuden al bloque «a superar lagunas y evitar solapamientos para hacer más de forma conjunta, en coordinación con la OTAN y sus socios internacionales».
Trascendió, asimismo, que «en la recta final de la negociación» se añadió al preámbulo de la Brújula Estratégica la frase: «la solidaridad entre los Estados miembros está reflejada en el artículo 42.7 del Tratado de la UE», lo que supone que, en apego a la carta fundacional de la Alianza Atlántica, los Estados miembros tienen la disposición de «defenderse entre sí ante las amenazas».
De momento, el bloque europeo anunció que desplegará 5.000 efectivos adicionales, si bien se destacó que es la OTAN la que sigue estando a cargo de la defensa regional.
«Yo no estoy seguro que la OTAN deje organizarse a la UE en un frente militar. Sería algo que fortalecería al bloque europeo y de alguna forma lo independizaría de la OTAN; más precisamente de Washington», que es quien manda en la Alianza, completó.
Además, este lunes, Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, reiteró que su país no enviará tropas a Ucrania, pero sí avanzó la posibilidad de que lo hiciera otro miembro de la OTAN, frente a lo cual el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, ratificó que su país responderá ante cualquier intento de injerencia extranjera en el desarrollo de su operación militar en Ucrania.
Al inicio de la jornada de este martes, la Organización de las Naciones Unidas advirtió a Rusia que tendría que negociar la paz con Occidente, pues no hay manera de que obtenga una victoria militar en Ucrania, indicó el comunicador.
Citando lo dicho por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, indicó que, en su decir, «esta guerra no se puede ganar. Antes o después, tendrá que moverse del campo de batalla a la mesa de paz. Esto es inevitable».
Para argumentar su posición, Guterres precisó que hay «progreso diplomático» en varios asuntos clave del conflicto, lo que debería ser «suficiente» para detener el fuego y avanzar en una negociación seria.
Para cerrar este aspecto del análisis, reseñó que, para inflamar todavía más la situación, el presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró este lunes que el mundo se aproxima a un nuevo orden mundial y que es su país quien debe liderarlo.
«Si alguien tiene dudas de por qué esta guerra está en curso, ahí tiene parte de la respuesta», cuestionó.
La larga sombra de las armas químicas y biológicas
Para contrastar las hipótesis de los hechos, Miguel Ángel Pérez Pirela comparó los señalamientos de los países hacia Rusia acerca de sus pretensiones de emplear armas de destrucción masiva, frente al comprobado financiamiento estadounidense de laboratorios de investigación biológica con fines bélicos.
A modo de contexto recordó que según las convenciones internacionales está prohibido el uso de armas químicas y biológicas en las guerras y de esto se agarraron el entonces presidente estadounidense George W. Bush y sus aliados de la OTAN para invadir Irak en 2003 y para bombardear Siria una década después.
Aún antes del inicio de las hostilidades, Washington acusó a Moscú de planear ataques con armas químicas en una eventual operación militar en Ucrania, lo que fue categóricamente desmentido desde el Kremlin.
«Permítanme recordarles que Estados Unidos sigue siendo el único país que aún no ha cumplido con sus obligaciones bajo la Convención sobre Armas Químicas (CAQ) y no ha eliminado sus arsenales nacionales», dijo a inicios de febrero el embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov.
Esto fue recordado nuevamente este 21 de marzo por el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, en el contexto de unas relaciones bilaterales que, según el Kremlin, dependen de las próximas acciones de la Casa Blanca para sostenerse.
El ministerio de Defensa de Rusia advirtió en días pasados que nacionalistas ucranianos podrían estar preparando una operación de bandera falsa con químicos para implicar a Rusia y justificar una intervención occidental, una situación que podría ocasionar, a juicio del director de LaIguana.TV, podría desatar la Tercera Guerra Mundial a escala militar.
De acuerdo con el gobierno ruso, esta provocación se produjo la noche del pasado 20 de marzo en una planta química ubicada en la ciudad de Sumy, en el noreste del país, en la que se han sucedido enconados combates desde el inicio de las hostilidades.
Pérez Pirela subrayó que lo que sí está fuera de toda cuestión es que Estados Unidos financió laboratorios de investigación biológica con agentes patógenos potencialmente peligrosos, como admitió la subsecretaria de Estado Victoria Nuland, quien participó activamente en la promoción del golpe de Estado de 2014, en el que se depuso al presidente ucraniano Víctor Yanukovich y tras el cual se desató la guerra en el Donbás.
En una interpelación ante el Congreso, Nuland confirmó la denuncia formulada por Rusia, manifestó abiertamente el interés de Washington para que las tropas rusas no se hicieran con la información y aseguró que su gobierno trabajaba con ucranianos para impedirlo.
«El problema no es que haya laboratorios con armas químicas y biológicas, el problema es que los descubrieron», criticó el analista.
Tras el hallazgo, las autoridades rusas alertaron que esos laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos en los que aparentemente se habría experimentado con agentes como el coronavirus de murciélagos y el ántrax para producir armas biológicas, también representaban una amenaza para Europa.
En fecha posterior, se comunicó que el financiamiento estadounidense a estas actividades ascendió a los 32 millones de dólares y se acusó nuevamente a los países occidentales de avivar el conflicto, al aprobar el envío de más armas a Ucrania.
De manera similar, China ha exigido reiteradamente a Estados Unidos la realización de una investigación para determinar los hechos en torno a las denuncias de fabricación de armas biológicas financiadas por Washington en suelo ucraniano, sostuvo el comunicador antes de pasar a otro tema.
Prolongación de la guerra a cualquier precio
A juicio de Pérez Pirela, este convulso escenario, en el que la prolongación de la guerra a cualquier costo parece ser el signo predominante, ha hecho pensar que el objetivo real de Occidente tras esta andanada de sanciones, es destruir a Rusia desde adentro y tratar de generar una conmoción social que termine derrocando a Vladímir Putin.
Al respecto comentó que en opinión de Kiril Vyshinsky, director ejecutivo del grupo de medios Rossiya Segodnya y miembro del Consejo de Derechos Humanos bajo los auspicios del presidente de la Federación de Rusia, el propósito de las sanciones occidentales contra Rusia es sacudir la situación interna.
«Es obvio y comprensible que el propósito de las sanciones actuales contra Rusia es sacudir la situación interna. En Occidente, parten de la idea de que hay élites, y si les quitan sus yates, comenzarán a levantar una intifada interna», dijo Vyshinsky en entrevista con Sputnik.
No obstante, el experto advierte que al contrario de lo que podría pensarse, la mayor parte de la gente se da cuenta de la jugada occidental y la rechaza.
Más allá de estos aparentes errores de cálculo de Washington y Bruselas, Pérez Pirela indicó que analistas como el politólogo argentino Atilio Borón, opinan que el objetivo terminal de Estados Unidos y sus aliados europeos es balcanizar a Rusia en varias repúblicas más débiles, como en su día lo hicieran con la extinta Yugoslavia.
Así las cosas, no cabe duda que si este es el escenario real que se esconde tras los inéditos paquetes de medidas coercitivas unilaterales impuestos y la extensión del conflicto bélico en Ucrania, una conmoción interna resulta altamente favorable a Occidente para alcanzar la meta.
Borón también destaca que las continuadas violaciones a las garantías de seguridad con las que Occidente se comprometió, aún antes de la caída de la Unión Soviética, son la causa final de este lamentable conflicto.
Para contrastar esta postura, recuperó las opiniones de Henry Kissinger, exsecretario de Estado de los Estados Unidos, quien tiene más de dos décadas advirtiendo de las consecuencias de expandir la OTAN hacia las fronteras rusas.
En años recientes, a propósito del Euromaidán, el inicio de la guerra en el Donbás y el empeño occidental e incorporar a Ucrania a la Alianza Atlántica, el exfuncionario calificó la tentativa como «imprudente», pues ello resultaría simplemente inadmisible para Moscú, sintetizó el filósofo.
En vuelta de tuerca, subrayó que la opinión de Kissinger coincide con la expresada por el canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien afirmó que la operación militar en Ucrania es «la culminación de la política de Occidente» adelantada desde la década de 1990, con la que se ignoró sistemáticamente la visión del mundo de Rusia.
De otro lado señaló que la Unión Europea continúa a la zaga de Washington en sus pretensiones de alargar el conflicto, pues este lunes aprobó 500 millones de euros adicionales en armas para Ucrania y anunció que estudiará nuevas sanciones sobre el carbón y el petróleo rusos.
Según detallara en rueda de prensa el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, se trata de un «acuerdo político» que se aprobó en la reunión extraordinaria que celebraron los ministros de Asuntos Exteriores, cuya formalización aún no tiene fecha porque el Consejo de la UE todavía no ha definido el procedimiento legal.
«Las conclusiones fueron muy claras. Todos los Estados miembros están extraordinariamente unidos en apoyo a Ucrania», sostuvo Borrell, quien aprovechó la ocasión para acusar a Moscú de perpetrar «crímenes de guerra» y «violaciones de la ley internacional» en suelo ucraniano.
Pérez Pirela destacó que al ser inquirido por la prensa acerca de la posibilidad de imponer nuevas medidas coercitivas unilaterales contra Rusia, Borrell comentó que «algunos Estados miembros han planteado cuestiones relacionadas con la energía», pero advirtió que «se trata de conseguir una respuesta eficaz que no signifique un coste inasumible para los Estados miembros».
De acuerdo con EFE, en el grupo de los 27 varias naciones habrían aludido a la posibilidad de impedir la importación de petróleo o carbón rusos, si bien se descartó restringir el comercio de gas, pues «es una cuestión más delicada por la gran dependencia que tienen de ese carburante» algunos países europeos.
Estas tentativas provocaron la reacción de Moscú y en ese sentido refirió que el viceprimer ministro ruso, Alexandr Nóvak, advirtió nuevamente que, si Occidente opta por prescindir del gas ruso, el precio del petróleo podría alcanzar los 300 dólares por barril y en la peor circunstancia, incluso 500.
En todo caso, como estaba previsto, las sanciones contra la economía de la Federación Rusa empiezan a sentirse en todo el orbe, pues los precios del combustible siguen en aumento –con el subsecuente incremento en los precios de todas las mercancías– a lo que se añade una creciente preocupación por la seguridad alimentaria en el mundo, sostuvo el comunicador.
A modo de ilustración comentó que, en las últimas semanas, ciudadanos de diversos países se han volcado a las calles para exigir mejoras salariales frente a la escalada inflacionaria y ya comienzan a registrarse los primeros signos de escasez de alimentos básicos en algunas ciudades en las que tales situaciones no se han registrado hace décadas.
«Imagínense ustedes que venimos de una crisis económica, pandémica y pospandémica, una crisis alimentaria. Cuando se esperaba una recuperación, sucede todo esto», apuntó.
Recordó, asimismo, que antes del inicio de la guerra en Ucrania, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que los alimentos se encarecieron en relación con 2021, principalmente por causa de la disminución de la oferta de aceites vegetales.
Para concluir señaló que, sin embargo, de extenderse las hostilidades, la situación solamente empeorará, puesto que al efecto de las sanciones habría que sumar la potencial pérdida de las cosechas en Ucrania, uno de los principales productores de trigo y otras fuentes básicas para la elaboración de alimentos.
«Este conflicto bélico, financiero, económico y mediático está apenas comenzando, porque ya los efectos en las cadenas están dados; los efectos en las cadenas suministro de alimentos, de energía, de petróleo están dados y el mundo se enfrentará a una grandísima crisis planetaria de alimentación», aseguró.
(LaIguana.TV)