Cuando Rusia inició su operación de desnazificación en Ucrania el pasado 24 de febrero, inmediatamente EE.UU., la Unión Europea y aliados dentro del G7, ametrallaron a Rusia con sanciones. Parecía castigo, pero realmente buscaban hacer algo que pudiera frenar el ascenso de Rusia en el marco de la configuración de lo que será el nuevo orden mundial. Que ya sabemos se están disputando. 

Entre las medidas punitivas se suspendió la compra de petróleo y gas natural ruso. Se desconectaron las entidades bancarias rusas de la red financiera internacional Swift. Se prohibió la distribución de mercancía e insumos hasta Moscú. Hablamos de 4 mil 300 acciones restrictivas contra Rusia entre febrero y marzo. Ya sobre Rusia pesaban 2.700 medidas coercitivas desde 2014.  
 
¿Qué ha hecho Moscú? Exigió que le paguen en rublos el gas natural. Y suspendió exportaciones de materias primas esenciales hasta finales de 2002. El canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró que Rusia no está aislada en absoluto, y hay hechos y datos que lo sustentan.

En esta entrega de Entre Líneas, la comunicadora e investigadora Naile Manjarrés expone algunos pese a la campaña triunfalista de grandes medios de comunicación y aunque algunos consorcios se hayan alejado de Moscú.   
 
Un nuevo orden financiero mundial 
 
El castigo contra Rusia parece haber sido tomado por el Kremlin como una nueva oportunidad. El presidente ruso ya lo dijo: tiempos de alianzas nuevas, de ampliar la producción, aceleró un proceso que se venía retrasando.  

Los grandes organismos también han hablado: la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, alertó sobre las consecuencias de desconectar a Rusia del sistema financiero global. Esto terminó siendo tan grave, que podría decirse que, si Rusia cae, se llevaría al mundo hacia una recesión.  

Incluso el ministro de Energía de los Emiratos Árabes tuvo que responder a las exigencias de la Unión Europea diciendo que no encontrarán productor sustituto del ruso a contra reloj.  
 
La eficacia de la diplomacia coercitiva  
 
Investigadores de la Universidad de Drexel y Filadelfia en EEUU estiman que sólo alrededor de un tercio de las sanciones que eleva occidente suelen tener éxito y lograr sus objetivos prepotentes. 
 
Sus cálculos partieron del estudio de 1101 casos de sanciones aplicadas por países, grupos de países u organizaciones intergubernamentales desde 1950. Cuando se incluyen las sanciones aún vigentes, se estima que alrededor del 30% tienen éxito al menos parcialmente. 

Más del 35% de todas las sanciones revisadas por este grupo entre 1950 y 2019 fueron impuestas por EE.UU. aunque la Unión Europea y la ONU no se quedan atrás en esta práctica desde 1990.  
 
En lo que respecta a Rusia, está castigada desde 2014 cuando Crimea se sumó a su territorio.
 
Ahora, aunque no satisfagan las pretensiones de occidente, cerca de 145 millones de personas que viven en Rusia padecen las sanciones al punto de ni siquiera poder sacar dinero de los bancos. 
 
Joe Biden lo reconoce ¿y eso de qué sirve? 
 
El presidente de EE.UU., Joe Biden, en un ataque de lucidez, reconoció que las sanciones provocarán escasez de alimentos en muchos otros países además de Rusia, pero este es simplemente el precio que los estadounidenses deben pagar, aunque reconozca que de nada han servido las medidas para torcer el brazo, mucho menos para cambiar la personalidad de un Estado como Rusia. 
 
Biden solo estaría avisando que lo que prometió a los estadounidenses para llegar a la Casa Blanca, no está ni cerca de lograrlo. Sabe que las sanciones contra Rusia hacen más pobres a sus ciudadanos, pero no hará nada por evitarlo.  
 
Analistas aseguran que la estrategia de Biden y del Partido Demócrata busca que las sanciones algún día causen suficiente daño en la economía rusa para obligar al Kremlin a retirarse de Ucrania.  
 
¿Y qué ha pasado en lo inmediato? Rusia recibe apoyo de China, India, Irán y Siria. Sobre este último Estado, recibe respaldo en tonos muy claros y fuertes como lo reflejan las declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores, Bashar al Jaafari: “no somos neutrales en la operación militar rusa en Ucrania. Somos socios de Rusia en esta confrontación directa con occidente. Los rusos estuvieron con nosotros y lucharon con nosotros, por lo que estamos en la misma trinchera en cualquier confrontación con occidente que nos ha estado ofendiendo”.   
 
Por otra parte, del lado de los “aliados” de occidente, Alemania se negó a dispararse en el pie cortando las exportaciones energéticas rusas.

(LaIguana.TV)