La inflación en Estados Unidos llegó al 8,5% interanual, con lo que se rompe un récord: un nuevo máximo histórico en los últimos 40 años. ¿Esto como podría afectar a México?

De acuerdo con información del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, los precios de la energía aumentaron un 32,0% con respecto al año anterior, mientras que el índice de alimentos subió un 8,8%, el mayor incremento en 12 meses desde mayo de 1981.

El Gobierno de Estados Unidos previó la situación y, desde el 11 de abril, adelantó que la inflación sería «extremadamente alta», mientras que la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se refirió a la inflación como «la subida de precios de Putin» al considerar que el alza se debe, en mayor medida, al conflicto en Ucrania, pero omitió recordar que las sanciones contra Rusia fueron impuestas desde Washington y no al revés.

Desde el pasado 8 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que, como parte de las sanciones contra Rusia, el país norteamericano no importaría petróleo, gas ni energía proveniente de territorio ruso.

La alta inflación que experimenta actualmente Estados Unidos, su tasa de crecimiento negativa, así como los bonos del Tesoro que traen tendencia negativa son indicadores de que el país podría experimentar una recesión económica, algo que realmente afectaría a México

«Si hay recesión con ellos [Estados Unidos], hay recesión con nosotros [México], es un hecho», aseguró a Sputnik Rodrigo Benedith, economista y experto en temas energéticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Esa situación, dice, se vería reflejada en el envío de remesas, un factor clave en la economía del país latinoamericano.

Si bien hubo una recesión por la pandemia, a diferencia de ésta, Estados Unidos y México tienen hoy por hoy una inflación elevada lo que, explicó el especialista, generaría una estanflación: una recesión económica con inflación elevada.

La alta inflación de Estados Unidos se compone de tres elementos básicos: el aumento en el precio de los alimentos, de la vivienda y de los combustibles, este último punto estrechamente ligado a las sanciones económicas que Washington impuso a Moscú, específicamente en el sector energético y con lo que se ha visto considerablemente reducida la importación de petróleo, gas y energía rusa.

La medida ha sido parcialmente aplicada, pues si Estados Unidos saca completamente del mercado al petróleo ruso, las consecuencias económicas podrían ser aún más catastróficas, explica Rodrigo Benedith.

«El aumento del precio del crudo es algo que nos pega. Una vez que sacas del mercado al petróleo ruso, que es uno de los grandes productores del mundo, eso te va a quitar mucha oferta del producto, y si te quita mucha oferta del producto te va aumentar el precio del barril y si te aumenta el precio del barril eso te sube todo lo que ya se venía viendo [en la pandemia], pero en esteroides», sentenció el experto.

Si el bloqueo al petróleo ruso se aplica como se ha hecho con Venezuela e Irán, el precio del barril podría elevarse a más de 200 dólares. «Si se les ocurre sancionar el gas, eso va a ser peor», sentenció el economista.

«Si Estados Unidos no ha sancionado el petróleo ruso y el gas es porque le es difícil transitar hacia mecanismos que le permitan contener la inflación y la recesión que produciría esto», dijo Benedith.

La orden ejecutiva firmada el mes pasado por Biden prohíbe también nuevas inversiones estadounidenses en el sector energético de Rusia y la financiación o habilitación de empresas extranjeras que estén realizando inversiones para producir energía en el país euroasiático.

Si no se imponen bloqueos al petróleo ruso, México tendría que transitar por el camino por el cual ha optado hasta el momento: subsidiar los combustibles. «Las sanciones a las materias primas rusas nos van a pegar», señaló el economista.

(Sputnik)