Revisar los acontecimientos históricos de Venezuela siempre deja un aprendizaje. Las líneas que por años han descrito el devenir de una tierra llena de gestas emancipadoras, crean toda una realidad colectiva apegada estrictamente a los ideales libertarios. Si se repasa ese transitar, es bien sabido que, como herederos de esas ideas, el pueblo siempre saldrá en defensa de sus principios. 
 
Abril de 2002 se presenta como fiel ejemplo de esa realidad, fue el momento exacto para que el poder popular forjado en su carácter rebelde saliera como defensor de un proceso político del cual ha sido el principal protagonista, demostrando gran comprensión del momento histórico durante los días de aquel mes. 
 
A 20 años del golpe de Estado en Venezuela, se rememora uno de los hechos más lamentables del acontecer político contemporáneo del país, escenario en el que el pueblo asumió un rol sin precedentes que simboliza la génesis de la férrea defensa de un proyecto revolucionario y de su líder, Hugo Chávez. 
 
Los hechos que se suscitaron durante los días 11, 12 y 13 de abril de 2002, son un referente necesario al momento de remontarse a los hechos más relevantes del transitar democrático venezolano. En aquellas horas se marcó un antes y un después en el resguardo de la Constitución y de las Leyes de la nueva República que recién daba sus primeros pasos rumbo a la reivindicación en el marco de la creación de una manera de gobernar distinta. 
 
Desconocimiento de las conquistas del pueblo 
 
En la noche del 11 de abril, el comandante Chávez fue detenido y trasladado inicialmente al Fuerte Tiuna, mientras que Carmona se autojuramentó, como parece ser costumbre en quienes forman parte de la llamada oposición, al día siguiente, 12 de abril, como presidente interino, al margen de lo establecido en la Constitución. Inmediatamente disolvió todos los poderes que conformaban el Estado en ese momento, violó la Constitución, al reponer el nombre de República de Venezuela, quitándole la condición de Bolivariana. 
 
Estos actos provocaron que se levantaran las protestas de miles de venezolanos de diferentes extractos sociales. Las barriadas populares se convirtieron en estruendosos espacios de protesta.

Día y medio después, el poder popular organizado no escatimó esfuerzos, pese a la arremetida mediática, y el 13 de abril se manifestó junto a un grupo de oficiales y tropas patriotas para exigir el retorno del comandante Hugo Chávez, logrando restablecer el sistema democrático. 
 
Palabras de aquel Chávez rescatado gracias a la conciencia patriota de la unión cívico-militar 
 
En aquella oportunidad, inició haciendo un llamado a la calma. “Yo he estado incomunicado en las últimas horas y no tenía ninguna información de lo que estaba pasando y tenía una angustia muy grande y, lo primero y más importante que digo a todos los venezolanos es que vuelvan a sus casas, que vuelva la calma”. Asimismo, llamó a la reflexión y destacó la legitimidad de la Constitución. 
 
“Estos acontecimientos que trajeron sangre y dolor, son,  sin embargo, y debe ser una gigantesca lección para todos nosotros; que todos seamos capaces de mirar allí, que todos seamos capaces de leer esa lección, que todos seamos capaces de extraer de allí conclusiones, enseñanzas”, prosiguió. 
 
En medio de aquellas palabras como muestra de grandeza y a pesar de las circunstancias a las que fue sometido dijo, “Yo, así lo digo en nombre del Gobierno Revolucionario y Bolivariano, pacífico y democrático, no vengo ni con ninguna carga de odio ni de rencor contra nadie, absolutamente, no cabe en mi corazón ni el odio ni el rencor”, manifestó. 
 
Para cerrar aquel inolvidable discurso expresó: “Retorno después de dos días de ausencia, de incertidumbres. Retorno cargado espiritualmente de un gran amor, y sobre todo, si hace dos días yo los amaba a ustedes, hoy después de esta jornada histórica, de esta demostración sin precedentes en el mundo de cómo un pueblo y sus soldados detienen una contrarrevolución y hacen una contra contrarrevolución, sin disparar un tiro, sin derramar sangre, y reponen las cosas en su sitio. Después de esta jornada memorable, histórica, imborrable para siempre jamás, si ayer los amaba, hoy los amo muchísimo más. Amor con amor se paga”. 
 
Aquel 13 de abril de 2002, el pueblo se hizo protagonista de una gesta histórica y memorable que sirve de ejemplo para demostrar que se pueden alzar las banderas de la dignidad enarboladas con una respuesta profundamente democrática y llena de sentido patrio.

(Nota de Prensa)