Ricardo Cusanno, expresidente de la patronal Fedecámaras y uno de los firmantes de la carta que remitieran 25 economistas, empresarios y académicos ligados con la oposición al presidente estadounidense, Joe Biden, en la que se solicitó el alivio de las sanciones impuestas sobre la industria petrolera, aclaró este lunes las razones por las cuales suscribió el texto, que en sus dichos, pretende beneficiar al pueblo venezolano y no a ninguna parcialidad política.  

«La carta es muy específica cuando establece que no es para favorecer ni a unos ni a otros sino el tema social venezolano. Y ese tema social venezolano, además, que al final termine tributando en libertades electorales y volver a la plena ejecución o a la plena vigencia de los preceptos constitucionales que deberían regir: libertades políticas, económicas y sociales. Yo creo que allí es donde debe estar el centro de todo eso», argumentó el empresario en una entrevista concedida al periodista Vladimir Villegas.

Cussano advirtió que esta misiva había que mirarla en contexto con otra, que se hizo pública, que el parte del mismo grupo –Foro Cívico– entregara al Ejecutivo en el marco de una visita que realizara el grupo al palacio de Miraflores, en la que «también se recordaba la necesidad de darle soluciones al drama humanitario, de darle soluciones a los presos políticos, pero también a temas sindicales, de universidades, al respecto a la propiedad privada, a temas de salud, todo lo que es la salud en general». 

Indicó, además, que por encima de las individualidades que suscribieron la petición a la administración Biden, lo relevante era reflexionar sobre el contenido y también sobre las críticas que una porción de los firmantes ha expresado contra las políticas del gobierno del presidente Nicolás Maduro, su antecesor, Hugo Chávez, e incluso quienes le antecedieron en el poder, en lugar de atrincherarse en posiciones extremistas que solo traen daños al país. 

«Si al final de cuentas si este tema es entre enemigos, entre no darle oxígeno a unos y a otros y en el camino hay un daño colateral llamado Nación, yo creo que en el camino estaríamos profundizando lo que tenemos 23 años reclamando», arguyó.

En contraste, Cussano defendió el beneficio que tendría el eventual alivio de las medidas coercitivas unilaterales sobre la calidad de vida de la población, aún a pesar de que ello redunde en beneficios políticos para el gobierno.  

«Efectivamente, el ingreso de recursos puede ayudar al ejercicio que tiene el gobierno en funciones de Estado de gobernar, de cumplir las funciones de los servicios públicos, empezar a procurar mejores condiciones salariales, a los pensionados, que se den las condiciones para que se pueda tener verdaderamente una política monetaria, fiscal y cambiaria que permita el regreso de la capacidad crediticia de la banca venezolana y que eso tribute en favor de la producción y del poder de compra del ciudadano», detalló.

La normalización de las relaciones Venezuela – EEUU

Según Cussano, Washington ya reaccionó a la carta pública y estableció contactos con algunos agentes «para seguir profundizando en los temas». En su decir, en estos encuentros, los participantes están «escuchando y haciendo planteamientos que puedan diseñar una mejor relación entre Venezuela y Estados Unidos». 

«Por ejemplo, si la relación Estados Unidos – Venezuela permite que el petróleo venezolano deje de venderse a descuento, haciendo malabares, donde hay malabares que hacen mucho más oscura la dinámica comercial y la transparencia de la relación comercial de Venezuela en la venta de ese petróleo, bienvenido sea, porque si hay transparencia hay menos posibilidad de corrupción», justificó.

El empresario se mostró esperanzado acerca de los frutos que podría rendir la reciente visita a Caracas de una delegación de alto nivel de la Casa Blanca, particularmente en lo tocante al restablecimiento de las relaciones consulares entre los dos países, suspendidas desde 2019. 

En este orden, manifestó que si este canal «permite que haya la reactivación de los consulados y los venezolanos que están en Estados Unidos tengan la oportunidad de sacarse su pasaporte sin problemas, o quienes tienen relaciones, firmar un documento; o al que se le murió un familiar pueda hacer un acta de defunción y traducirla y apostillarla, bienvenido sea, porque son soluciones para la gente». 

«Y si esas soluciones tributan a una negociación más macro, digamos transversal, que entonces nos permita salir de este problema –y cuando digo: ‘salir de este problema’ no es salir de unos o de otros, es salir de la imposición de un modelo y la construcción de un modelo donde quepamos todos, entonces buenísimo», agregó.

En su opinión «si hay una coyuntura geopolítica que le permite a Venezuela además, volver a los Estados occidentales», es la presente, derivada de la guerra en Ucrania. Por ello aseguró que la reinserción de Venezuela «en las dinámicas comerciales del mundo Occidental», una de las sugerencias que formularan los firmantes de la carta a Biden, «tiene que hacerse con plena transparencia», lo que a su juicio pasa por tutelas de organizaciones internacionales. 

«Hay grandes organizaciones, hay grandes instituciones multilaterales que podrían apoyar a que no exista corrupción y a que los ingresos vayan dirigidos a donde deben ir», defendió.

Sanciones, negociación y elecciones

El representante empresarial también admitió que las sanciones perjudican a la economía nacional, puesto que, según él, existe «temor» por parte de los agentes económicos en el contexto internacional. Así, explicó que «las sanciones han sido tomadas por los operadores, tanto financieros como comerciales, a los venezolanos nos ven como que si estamos en un bloqueo, al mejor estilo Cuba, y hay un sobrecumplimiento, por temor sencillamente a tener relaciones con venezolanos». 

Aunque el vocero patronal se manifiesta a favor de lo que se denominan «sanciones personales», aclaró que históricamente ha estado en contra de las sanciones generales y de los atajos violentos que ha tomado el sector de la oposición, tales como las guarimbas y la así llamada Operación Gedeón. 

«No podemos dejarnos llevar ni por emocionalidades ni por ‘status quo’ que pueden favorecer que no haya encuentro y negociación, ni mucho menos podemos anteponer cualquier interés personal o cualquier interés sectorial, las necesidades del ciudadano», advirtió. 

De esta manera, a su parecer, si mejoran las condiciones de vida «será más fácil que la gente pueda tener vocación para discutir los problemas políticos a través de las herramientas naturales como una elección, (…), pero además que quien gane respete al perdedor y que no haya ningún proceso que le genere mayores obstáculos a la vida del ciudadano». 

Para concluir, Cussano se refirió al estatus de la Mesa de Negociación instalada en México, cuyos encuentros están suspendidos desde el pasado mes de octubre. 

Pese a ello indicó que hasta hoy, según le han expresado miembros de «la comunidad internacional», esa puerta «no está cerrada», aunque es partidario de que se reanude con la inclusión de otros actores y derive en la convocatoria a un proceso electoral presidencial antes de la fecha prevista constitucionalmente. 

«Es verdad que como se pone en negrillas, casi gritando en las redes, que queremos un proceso electoral plena transparencia y después, autoridades que representen a todos; también es verdad que la salud, la luz, el agua, la educación, la alimentación, el salario, las libertades sindicales, la propiedad privada, el derecho a emprender tienen que ser reivindicados en el corto plazo y no en el 2025. Porque si es así, podemos llegar al 2024 en una mengua mucho mayor que la que hoy tenemos», argumentó.

(LaIguana.TV)