El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su pronóstico de crecimiento de la economía mundial en 2022 y lo situó en un 3,6% en lugar del 4,4% previsto en enero, según el informe.

El organismo, además, rebajó del 3,8% al 3,6% su pronóstico del crecimiento de la economía mundial en el año 2023.

«Este informe proyecta un crecimiento global del 3,6% en 2022 y 2023, 0,8 y 0,2 puntos porcentuales menos que en el pronóstico de enero, respectivamente», señaló el FMI.

Previsión del precio promedio del petróleo

Sin embargo, El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó en 29,52 dólares la previsión del precio promedio del petróleo en 2022, o en un 38%, hasta los 106,83 dólares por barril, dice el informe de FMI.

«El precio promedio de petróleo en 2021 se situó en 69,07 dólares, el precio estimado para 2022 será de 106,83 dólares, y en 2023, 92,63 dólares», resalta el informe.

El FMI destaca que los precios del petróleo aumentaron un 36% entre agosto de 2021 y febrero de 2022 como resultado de una recuperación activa de la demanda del crudo, un efecto a corto plazo que tuvo la variante ómicron a finales de 2021, así como el crecimiento de la tensión geopolítica.

Según el informe, varios países tendrán más posibilidades de extracción y es probable que se liberen las reservas petroleras, lo que podría contener el alza de los precios a mediano plazo.

Previsión de crecimiento económico de Rusia

También el FMI revisó su previsión de crecimiento económico de Rusia en 2022 y ahora espera una caída del 8,5% en lugar de un aumento del 2,8% previsto antes, según el informe de la organización.

«La previsión base prevé una fuerte contracción de la economía en 2022, con una caída del PIB de alrededor del 8,5%, y un nuevo descenso del 2,3% en 2023 [en vez de un crecimiento de 2,1%]», resalta la nota.

Según el FMI, las duras sanciones, que incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema de transacciones bancarias internacionales SWIFT, el embargo sobre la importación de su petróleo y gas por parte de varios países y la congelación de parte de los activos del Banco Central ruso, tendrán un grave impacto en su economía.

Además, la retirada de las compañías extranjeras frenó muchos sectores, como la aviación, las finanzas, la esfera TI (tecnología de la información) y la agricultura.

«El aislamiento financiero y la pérdida de confianza de los inversores provocarán una importante caída de la inversión y el consumo privados, sólo parcialmente compensada por el gasto presupuestario», señala el informe.

El FMI estima que la economía rusa creció un 4,7% en 2021, tras un descenso del 2,7% en 2020.

(Sputnik)